viernes, 20 de octubre de 2023

La conjura contra España (xii): un Tribunal Constitucional en manos de una mayoría de magistrados superobedientes

 


Chyrum Lambert 

Divido a mis oficiales en cuatro grupos. Hay oficiales inteligentes, laboriosos, lerdos y perezosos. Por lo general, estas características aparecen combinadas de dos en dos. Así, algunos oficiales son inteligentes y laboriosos - su lugar es el Estado Mayor. Otros son lerdos y perezosos, son el 90 por ciento de todos los ejércitos y se les pueden encargar tareas rutinarias. Los que son, a la vez, inteligentes y perezosos están cualificados para las más altas responsabilidades de liderazgo, porque poseen la claridad intelectual y la compostura necesaria para las decisiones difíciles. En fin, hay que tener mucho cuidado con los que son lerdos y laboriosos. Nunca les encargues nada importante porque sólo provocarán desastres

Kurt von Hammerstein-Equord

"Lerdo" Despectivo. [persona] Que comprende con dificultad y lentitud lo que se le explica o enseña y no demuestra inteligencia.


Lean esta crónica de Ángela Martialay. El Tribunal Constitucional, compuesto por nueve personas, al menos, que no deberían haber aceptado el cargo porque no reúnen los requisitos para ocupar tan elevada posición, acaba de profundizar en la tremenda metedura de pata que cometió la quizá menos inteligente (pero más laboriosa) de sus componentes - la magistrada Balaguer - en su ponencia de la sentencia según la cual era perfectamente constitucional privar a un órgano constitucional - el Consejo General del Poder Judicial - de sus competencias porque estuviera en funciones, a pesar de que la Constitución sólo prevé que entre 'en funciones' el Gobierno.

Como Balaguer y los demás magistrados que componen la mayoría 'progresista' son 'superobedientes' al Gobierno del PSOE, intentaron agradar a su señorito incluyendo en dicha sentencia una frase que, más o menos, decía que no hay nada en la Constitución que impida al legislador atribuir la designación de los 12 vocales del CGPJ de extracción judicial (los 8 restantes se eligen, de acuerdo con el art. 122.3 de la Constitución, 4 por el Senado y 4 por el Congreso por mayoría de 3/5) en exclusiva a una de las dos cámaras, esto es, sólo al Congreso y por mayoría ordinaria. 

Balaguer y los demás de la cuerda del Gobierno no se dieron cuenta de que tal afirmación implicaba que estaban prejuzgando, de manera que si, finalmente, las Cortes aprobaran una reforma de la LOPJ que previera que los 12 vocales de extracción judicial se eligieran por el Congreso y por mayoría ordinaria y la oposición presentara un recurso de inconstitucionalidad, ninguno de los siete magistrados que votaron a favor de esa sentencia podrían intervenir en el recurso por falta de imparcialidad. 

A Conde-Pumpido, preocupado por haber dejado en manos del soldado equivocado un asunto tan "importante" y asustado del "desastre" que Balaguer y sus limitados conocimientos de Derecho han provocado, no se le ha ocurrido otra cosa que ¡encargar a su inexistente gabinete de prensa! ("El Gabinete de Prensa del Presidente del Tribunal Constitucional quiere aclarar", dice la nota) que publique una nota en la que dice, más o menos, que la sentencia no dice lo que dice sino que se limita a repetir lo que decía la jurisprudencia del TC sobre ese asunto en los años ochenta del pasado siglo ("reseñaba la doctrina del Tribunal") de modo que el follón que se ha armado es "una falsa polémica".

O sea, que la escasamente preparada para el cargo profesora Balaguer se equivocó al "acudir a la STC 108/1986" porque esta sentencia no dice en absoluto que el legislador tenga libertad para atribuir la designación de los 12 vocales de extracción judicial a una sola de las Cámaras. Y es lógico que no dijera nada porque a nadie en 1986 que estuviera en su sano juicio se le ocurriría imaginar que una mayoría en el Congreso querría algún día privar al Senado de la participación en la elección de los vocales del CGPJ en igualdad de condiciones con el Congreso de los Diputados. Los tiempos cambian, debió de pensar la constructivista Balaguer.

De manera que, con la nota de prensa del Gabinete del Presidente Conde-Pumpido ha reconocido, a la vez, (i) que Balaguer es poco inteligente pero laboriosa; (ii) que los demás magistrados de su mayoría son, en el mejor de los casos, perezosos (¿Cómo no se dieron cuenta y aconsejaron suprimir esa expresión? ¿quizá no leyeron la ponencia?) y (iii) él, que se considera muy inteligente pero es perezoso, ha caído en la trampa de su pereza al no supervisar lo que hacía el 'soldado' Balaguer. Con ello ha demostrado que no le importa hacer el ridículo y deteriorar el ya escaso prestigio del Tribunal interpretando sus propias sentencias mediante una nota de prensa reforzando el argumento de los que sostienen que los siete miembros de la mayoría han perdido la imparcialidad en relación con cualquier recurso que tenga que ver con la conformación del Consejo General del Poder Judicial. 

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