A lo largo de la historia evolutiva humana, puede haber habido algunas mujeres de mente independiente que se pensaron bien las cosas y decidieron evitar el dolor y los riesgos de la maternidad. Esas mujeres no son nuestras antepasadas.
También puede haber habido familias que decidieron acabar con las reglas y costumbres que fomentaban la crianza de los hijos. Nuestros antepasados no pertenecían a familias como esa. Nuestros antepasados formaban parte de familias que creían en la importancia de los niños y trabajaban duro para producir la siguiente generación. La razón por la que existimos
Lesley Newson & Peter J. Richerson, A Story of Us. A New Look at Human Evolution, 2021, p 98
Las mujeres no trabajan poniendo ladrillos ni los hombres cuidando niños pequeños. Las mujeres venden ropa y los hombres venden tornillos. Las mujeres arreglan el pelo a otras mujeres y los hombres arreglan motores. Las mujeres juzgan y los hombres redactan contratos de compraventa de empresas. Las mujeres son jefas de personal y los hombres son jefes de operaciones. Las mujeres bailan y los hombres corren. Las mujeres tienen hijos y los hombres tienen carreras y las mujeres que quieren tener hijos eligen a hombres con carrera. Y luego está Manolito, que trabaja en una guardería y Lucía que tiene una medalla Field en matemáticas. Y está Carlos que es un peluquero de señoras millonario y Matilde que diseña productos financieros para Goldman Sachs y trabaja 100 horas a la semana sin desmaquillarse.
En ámbitos como el de la Justicia, la Administración Pública, la Sanidad o la Universidad, los hombres están siendo expulsados (obsérvese que también uno se puede poner woke y posmoderno y decir que las mujeres están 'expulsando' a los hombres de determinados ámbitos de la vida profesional). En Medicina, casi el 80 % de los que acceden cada año a las facultades son mujeres. Matemáticas e Ingeniería tienen notas de corte inferiores a Medicina o Veterinaria.
El fracaso escolar femenino en España está en los niveles de los países más desarrollados mientras que el masculino es de los peores del mundo desarrollado (y ¡es una brecha que no se ha reducido!).
Sin embargo, centenares de estudios empíricos abordan la cuestión de por qué las mujeres no están más presentes en ámbitos especialmente competitivos o en los que tienen que ver con el uso de matemáticas.
Este estudio insiste en picar la misma piedra. Solo que como ya no les queda piedra que picar, ahora entran en las emociones. Es realmente notable que en lugar de fijarse en STEM, los autores del estudio de esta consultora insertada en una universidad privada católica (cuya orden propietaria segrega por sexos a sus miembros) "pongan el foco" en "las matemáticas y el uso de herramientas cuantitativas como componente central y transversal a todo aquello que cae dentro del ámbito STEM". La explicación que dan los tres autores del estudio para esta extraña selección del 'foco' es que el uso de matemáticas es lo que distingue STEM "frente a otros ámbitos del conocimiento y las habilidades". Pero uno pensaría que, al nivel al que se usan, las matemáticas se usan en todas las Ciencias pero donde tienen un valor añadido especial es en las ciencias sociales en forma de estadística, no en las Ciencias puras y en las Ingenierías. Como nos enseñara Wilson, la física se monta sobre las matemáticas, la química sobre la física y la biología sobre la química.
Los tres autores no quieren hablar de STEM. Quieren hablar de Matemáticas porque saben, antes de empezar a analizar nada que es el único ámbito en el que la brecha en educación entre hombres y mujeres es favorable todavía a los hombres.
No sé de dónde sacan los autores que (i) las matemáticas proporcionan "el mayor valor añadido potencial para la economía" (si es así, lo que querríamos es que más chicos estudiaran matemáticas en lugar de Relaciones Laborales o ADE, no que chicas que no tienen preferencia por las matemáticas alteren sus preferencias y estudien matemáticas en lugar de otras ciencias. Eso sería pretender una asignación ineficiente de los recursos. Es como un empresario que pretendiera aumentar sus ventas con publicidad engañosa, es decir, manipulando las preferencias de los consumidores para después venderles el producto que no quieren. ¿No es preferible que ese empresario venda precisamente el producto que quieren los consumidores?
España produce cinco veces más periodistas o politólogos que matemáticos. Eso sí que es una asignación ineficiente de los recursos, pero eso no parece preocupar a nadie.
Los autores no tienen en cuenta esas enormes diferencias en el número de egresados y de matriculados en carreras como Matemáticas en comparación con otras carreras en las que la presencia femenina es muy mayoritaria ¿Dónde están los hombres que deberían 'equilibrar' esas carreras? En el fracaso escolar. No llegan a la universidad, veremos que así se explican las cifras de la FP. Y, además, como son más aversas al riesgo, las chicas terminan las carreras en mayor proporción que los chicos. Otra prueba de la mayor 'fragilidad' de los varones. Pero, al parecer, la 'fragilidad' no es una barrera que impida florecer a los varones como la ansiedad lo es de las mujeres, a pesar de que, como digo, el gran problema de la educación española son los varones 'zoquetes' de clase baja y, entre ellos, los que estudian, por imposición de los 'nacis' de la ciudad donde tiene su sede ESADE en una lengua que no es la suya materna. Seguimos esperando al gran estudio de ESADE sobre los efectos negativos sobre el desarrollo cognitivo de los varones de la inmersión en catalán o euskera. A ver si lo patrocina el Santander o Iberdrola.
Afirman (ii) que las matemáticas es el ámbito "que concentra más barreras para las niñas desde temprana edad y para las mujeres conforme avanzan en su periplo educativo y laboral" O sea, feminismo 2.0: las niñas se enfrentan a "barreras" que impiden su "acceso" a los puestos laborales mejor pagados. 'barreras' a las que no se enfrentan los varones, al parecer.
La brecha está desapareciendo sola
El rigor de los autores se muestra en que la 'brecha de género' no es un resultado de su análisis, sino que es el punto de partida ("podemos identificar de qué manera operan las brechas de género en cada etapa de la vida"). Lo curioso es que la brecha está desapareciendo sola, pero eso no es suficiente
La nota media en competencia matemática a los 15 años ha descendido en la última década tanto para los chicos como para las chicas, siendo la caída para los primeros sustancialmente mayor (14 puntos frente a 7).
¿No debería preocuparnos que haya caído más en los chicos? ¿Qué hace mal nuestra escuela con los varones para que su competencia matemática caiga el doble que la de las chicas?
No. Nos preocupa que la diferencia no haya desaparecido
Además, la brecha de género ha descendido —aunque de forma irregular— pero persiste en los niveles medios y altos de rendimiento. El Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) que realizan los alumnos y alumnas a los 15 años —independientemente del curso en que se encuentren— de todas las comunidades autónomas apunta en esta misma dirección: en España, las chicas de esa edad obtienen peores resultados que los chicos en matemáticas; concretamente, 10 puntos menos , una diferencia que, si bien es cierto que ha descendido durante la última década —
respecto de la cual, los autores dicen
Resulta especialmente llamativo el cierre relativo de la brecha de género en la capacidad de interpretar y evaluar: mientras que en 2012 los chicos obtenían 20,8 puntos más que las chicas en esta competencia clave, en 2022 la diferencia es de 5,6 puntos, la más baja en componentes y procesos .
la relación entre la autopercepción, afección y ansiedad matemática a los 15 años y los resultados en matemáticas, encontramos que la relación es positiva y estadísticamente significativa y, además, de gran magnitud en todas las variables. Sin embargo, las diferencias de género en estas relaciones son menores y en algunos casos, irrelevantes... sentir ansiedad hacia las matemáticas se asocia con una reducción de la calificación de -20,8 puntos para chicos y -18,6 para chicas. En 2012 era mayor: -28,8 y -25,3 puntos respectivamente.
Pese a que a los 15 años las chicas manifiestan realizar un esfuerzo mayor que los chicos para entender las matemáticas, la brecha de género en autopercepción y afección por las matemáticas persiste
las actitudes de género explican el menor desempeño de las niñas en matemáticas sólo en familias blancas relativamente acomodadas, mientras que, aparentemente, no son tan importantes para el desempeño de las niñas provenientes de familias con otros perfiles socioeconómicos (Dossi et al, 2021)
Los hombres son más competitivos en el ámbito laboral que las mujeres en promedio (y se motivan más en deportes) Y también lo son, y así lo reconocen los autores pero no extraen ninguna consecuencia, en la escuela
La existencia de diferencias de nota especialmente entre el alumnado con mejores resultados podría explicarse, al menos en parte, por la bien documentada brecha de género en la disposición a competir. En este sentido, la respuesta a entornos competitivos parece que efectivamente difiere entre hombres y mujeres, y esta brecha de género en el rendimiento competitivo no se refleja en el rendimiento no competitivo (Niederle y Vesterlund, 2010). Estas diferencias podrían implicar, según este estudio, que ciertos resultados de exámenes de matemáticas podrían estar exagerando la ventaja de los hombres sobre las mujeres, especialmente en los de mejor nota. En la misma línea, un experimento natural en el que explotan la variación en la exigencia de los exámenes observó que las alumnas de secundaria superan a los alumnos en todas las pruebas, pero en mayor medida cuando el nivel de exigencia es más bajo (Azmat et al, 2016).
La menor disposición a competir de las chicas puede explicar, al menos en parte, la brecha de género en la elección temprana de itinerarios científicos, indicando no solo que los chicos son más propensos a competir sino también que esta diferencia puede explicar buena parte de la diferencia de género en la elección de especialización en bachillerato (Buser et al, 2017). La brecha de género en la elección de itinerarios STEM en Bachillerato... no es una realidad exclusiva de España: se observa también en secundaria para el caso de Países Bajos (Buser et al., 2014), en Bachillerato para el caso de Suiza (Buser et al., 2017). Ambos estudios analizan si la brecha de género en la especialización en matemáticas puede predecirse mediante una medida experimental de la disposición a competir. Encuentran que el alumnado con una mayor propensión a la competición, independientemente de las calificaciones, tiene una mayor probabilidad de elegir una especialización en matemáticas, siendo los chicos más propensos a competir. Estas diferencias presagian notables diferencias de género en la elección de la especialización en las universidades.
Pero lo más interesante es lo de la Formación Profesional.
Aquí los autores no tienen problema (v. gráficos 15 ss) a pesar de que según datos oficiales, en FP Básica, más del 70 % de los alumnos son varones. (en la superior está la cosa equilibrada, lo que debe 'leerse' en relación con la Universidad donde las mujeres son amplia mayoría). Según datos oficiales (el Ministerio está lleno de feministas 2.0, fíjense en el vocabulario (los hombres 'acaparan' pero las mujeres 'representan')
Así, existen familias acaparadas prácticamente por los hombres, por ejemplo, Instalación y Mantenimiento (97,4% en FP Básica, 97,7% en G. Medio y 95,5% en G. Superior),Transporte y Mantenimiento de Vehículos (97,3% en FP Básica, 96,5% en G. Medio y 95,3% en G. Superior), Electricidad y Electrónica (96,4% en FP Básica, 96,4% en G. Medio, 93,7% en G. Superior) y Fabricación Mecánica (97,1% en FP Básica, 96,3% en G. Medio y 90,7% en G. Superior). Por el contrario, las mujeres representan un porcentaje muy elevado de la matrícula en familias como Imagen Personal (79,6% en FP Básica, 87,2% en G. Medio y 93,0% en G. Superior), Servicios Socioculturales y a la Comunidad (52,5% en FP Básica, 86,7% en G. Medio y 86,6% en G. Superior), Textil, Confección y Piel (57,8% en FP Básica, 78,0% en G. Medio y 81,0% en G. Superior) y Sanidad (76,4% en G. Medio y 76,4% en G. Superior).
¿Qué indica el hecho de que las diferencias en proporción de graduados en STEM sean mayores en la FP que en la Universidad? ¿No explica eso por qué hay muchas más chicas en la Universidad? ¿No es una prueba de que la escuela (que conduce a la Universidad) expulsa a los chicos en mucha mayor medida que a las chicas? ¿Que la escuela, el instituto de bachillerato y la universidad no son nada inclusivos con los varones? ¿No explica esto por qué la insatisfacción con la escuela es mayor en los varones que en las mujeres?
Si no fuera por la FP ¿no veríamos cifras aún 'peores' para las chicas en Ingenierías, Matemáticas e Informática en la Universidad? ¿Debemos promover que las chicas estudien "electromecánica de maquinaria" o de "vehículos" o "instalaciones eléctricas" o debemos animarlas a que hagan Bachillerato? ¿Qué opciones tiene un varón de 15 años 'del montón' y una chica de 15 'del montón'?
Pero, sobre todo, la FP no puede ser muy exigente en matemáticas: ¿no invalida todo su análisis el hecho de que la brecha de género sea muy superior en FP donde la relevancia de las matemáticas es menor? ¿No parece que esta brecha se explica enteramente por razones que no tienen que ver con las matemáticas y si con las explicaciones tradicionales acerca de que las mujeres prefieren trabajar con personas y los hombres con cosas?
¡Es la Evolución, estúpido!
Ningún varón tiene que limitar su carrera profesional para tener hijos y su éxito en el mercado romántico depende, por ello, casi exclusivamente de su capacidad para ganar más dinero que las mujeres. Las mujeres siguen siendo las que eligen pareja y siguen casándose hacia arriba. Y lo hacen porque, no se olvide, somos hijos de las mujeres que decidieron tener hijos. Las que decidieron no tenerlos no han pasado sus genes. ¿Cómo la perspectiva de tener hijos no va a ser importante en las decisiones profesionales de las mujeres en mayor medida que en los hombres?
Eso lleva a pensar que los hombres se concentrarán en los sectores que paguen mejores salarios y ofrezcan más oportunidad de ganancia y que estén dispuestos a asumir más riesgos (para tener más éxito en el mercado romántico). Esos sectores son más competitivos y los varones tienden a ser más competitivos que las mujeres en promedio, es decir, están dispuestos a realizar más sacrificios y a asumir más riesgo que las mujeres. En esas condiciones, lo natural es que veamos que las posiciones preferidas por los hombres reciben mejores salarios.
Los autores podrían haber hecho una comprobación simple: más del 70 % de los jefes de recursos humanos son mujeres y seguro que ya son mayoría las jefas de asesoría jurídica. Seguro que más del 70 % de los jefes de marketing o COO son hombres. Compárese el nivel salarial de unos y otros. Las empresas, hipócritamente, colocan a las jefas de recursos humanos en el mismo nivel directivo que los COO o los de ventas. Si las chicas son menos competitivas, puede predecirse que los salarios de los puestos por los que compiten sobre todo chicas (para cuya cobertura hay muy buenas candidatas mujeres) tenderán a ser más bajos que los de los puestos en los que los chicos son los principales solicitantes. Es más, si las chicas son menos competitivas, observaremos una segregación creciente por sexos en los puestos profesionales en los que uno y otro sexo tengan ventaja (más conocimientos, habilidades o rasgos de la personalidad, mejores notas o más competición).
Pero todo esto no es lo peor. Lo peor es que este estudio, como todos los de su clase, se ocupa sólo de las mujeres-blancas-ricas-de élite y se olvidan de los pobres, los fracasados etc que en los países desarrollados son crecientemente varones. Insistir en preocuparnos por Lucía, una chica de-todo-sobresaliente, que prefiere hacer Derecho a estudiar Ingeniería eléctrica para pasmo de su padre (y comprensión profunda de su madre) y no hacerlo por Manolo, que ha repetido dos cursos, ha tenido sus primer encuentro con la Administración de Justicia en su adolescencia y ha empezado tres "itinerarios" profesionales para ir saltando de trabajo mal pagado en trabajo peor pagado es un derroche de los recursos sociales y una crueldad.
Conclusiones
1. No parece que invertir más recursos diferencialmente en las niñas de nuestros colegios mejorará el bienestar de la Sociedad española.
2. Ponerse como objetivo equilibrar la presencia de hombres y mujeres en todos los ramos de la actividad es un objetivo absurdo porque se desconoce todo sobre los costes y beneficios asociados a lograrlo.
3. Es un error pensar que el hecho de que haya pocas chicas relativamente en Matemáticas o Informática es un problema en una sociedad abierta en la que no hay barreras significativas a la elección de carrera profesional y las posibilidades de realización personal son amplísimas.
4. Es un sofisma lo de "no podemos renunciar a la mitad del talento".
5. Y no tenemos ni idea de los costes que está suponiendo la feminización de ámbitos predominantemente masculinos. Pero haberlos, - costes - haylos - porque no hay comidas gratis.
En esas circunstancias, lo mejor es dejar que cada uno haga lo que quiera y utilizar el Derecho para luchar, como siempre, contra la discriminación.
Hay que superar el feminismo 2.0, el que quiere la igualdad aunque los afectados 'voten' con su vida y su dinero otra cosa. El feminismo 1.0 se preocupaba por el acceso. Necesitamos un feminismo 3.0 que abandone la concepción de la relación entre sexos como una relación entre opresores y oprimidos y que tenga más afición por la verdad y la ciencia que por la gestión de las emociones cuando de estudiar la Naturaleza y la Sociedad se trata.