Wasta is an Arabic term that refers to an implicit social contract, typically within a tribal group, which obliges those within the group to provide assistance (favorable treatment) to others within the group. Members of the group have a largely unqualified obligation to provide assistance when asked and those who ask for assistance have no obligation to provide direct compensation for assistance provided.One is said to “have wasta” when those from whom they can request assistance are in positions of power…Wasta can be viewed as a source of nepotism, cronyism and corruption generally.
Dos ideas:
1. El hecho de que no haya contraprestación por el beneficiado por la wasta que vaya directamente a “remunerar” al que ha prestado el favor puede hacer más persistente la wasta. Los que hacen el favor no se sienten “corrompidos” y, por tanto, no se hacen ningún reproche moral ya que su actuación es puramente altruista. Si las conductas altruistas están extendidas en un grupo humano (lo que es probable que ocurra en los países árabes por lo duro del entorno que hace que la asistencia recíproca sea esencial para la supervivencia), como dicen los autores, la wasta entrará en decadencia cuando los reciprocicators vayan reduciéndose en número conforme vayan apreciando que las posibilidades de resultar beneficiados por la wasta (esto es, que ellos reciban la ayuda de otros miembros de la tribu) se reduce. Para eso es fundamental la existencia de un sistema de vigilancia o supervisión del cumplimiento de las reglas de la wasta, sistema que es más costoso de mantener conforme aumenta el tamaño del grupo, las dificultades para identificar a sus miembros y, sobre todo, las dificultades para comprobar si alguien ha incumplido con la regla de “ayuda a los miembros de tu tribu”. Igualmente, conforme las transacciones entre los miembros de la tribu vayan representando una proporción menor de las transacciones totales realizadas por los miembros (esto es, las transacciones con no-miembros se incrementan), los beneficios de la wasta se reducen.
2. La wasta se mantiene si la sociedad en su conjunto no tiene un sistema jurídico de “valores impersonales” – no propios de un grupo específico dentro de la sociedad – que se refleje y cuyo cumplimiento se garantice por algún tipo de third party enforcement común a toda la sociedad. En el caso de los países árabes, como explican los autores, el carácter artificial de los Estados creados después de la segunda guerra mundial explica la prevalencia de los vínculos tribales sobre los vínculos estatales y, por tanto, de la ética de la pertenencia al grupo sobre la ética impersonal propia de los Estados modernos. Así, es muy relevante el diferente contenido de la ética de la tribu (la regla es: “ayuda a los de tu tribu sobre todas las cosas”) en comparación con la ética del Estado moderno cuyo contenido básico incluye la igualdad en el acceso a los bienes y servicios públicos y la irrelevancia del origen de los individuos (pertenencia a un grupo u otro, cualquiera que sea el criterio de definición de los grupos).
En otros términos, la wasta es compatible – y eficiente – con una economía de mercado y una meritocracia si “su ámbito de aplicación” se limita convenientemente. Fundamentalmente, si no se utiliza en el ámbito del sector público, sino en las relaciones entre particulares (el que hace el favor lo hace a su costa, no a costa del erario público) porque en dicho ámbito, el que hace el favor asume el coste de la wasta en los mismos términos que lo hace el que no contrata a mujeres o a negros porque es un machista o un racista. En el pecado lleva la penitencia, su “gusto por la discriminación” está internalizado y la competencia acabará con su empresa si su gusto por tratar mejor a los miembros de su tribu convierte a su empresa en menos eficiente que las de la competencia. Hay muchos estudios, en sentido contrario, que prueban la eficiencia de, por ejemplo, discriminar en la contratación de empleados en favor de miembros del mismo pueblo, raza, grupo al que pertenecen los que ya son empleados. Se reducen los costes de búsqueda (los empleados actuales buscarán a los nuevos) y los costes de vigilancia (los actuales empleados supervisarán a los nuevos para que el empresario no cambie su política de contratación que favorece al grupo al que pertenece.
Un Estado que legitime en su propio ordenamiento la wasta como medio de acceso a los bienes y servicios públicos estaría suicidándose. De ahí que, cuando un Estado se forma a partir de varios grupos ninguno de los cuales tiene fuerza suficiente para imponerse a los demás, vemos dos tipos de resultados. O bien, la wasta y, en general, los “bancos de favores” entre los miembros de una tribu en lo que se refiere a los servicios públicos se consideran ilegales y, a menudo, implica la comisión de delitos. O bien, los distintos grupos se “reparten” el Estado de manera que la igualdad no se garantiza entre los individuos, sino entre los grupos (Líbano).
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