No hagan caso. Al igual que ocurre con las actividades peligrosas, que otros las hagan sin que les pase nada no significa que ustedes deban copiar su comportamiento. Lo que uno hace bien lo hace bien por alguna razón. Sin comprobar previamente que se dan las circunstancias y requisitos para que nosotros podamos hacerlo bien también simplemente imitando la conducta del otro, no deberíamos confiarnos.
Darwin era extraordinariamente inteligente y capaz de pensar a un alto nivel de concentración cuando daba esos paseos por “el camino de arena”. También estaba pensando con un elevado grado de concentración en las varias horas al día que pasaba gestionando su correo, esto es, leyendo las cartas que le llegaban desde todas partes del mundo (en la biografía de Humboldt se da cuenta del intercambio epistolar con el sabio alemán). De modo que las 4 horas y media que resultan de sumar los períodos que pasaba sentado en su mesa o al microscopio, son en realidad 8 o 9 horas diarias cuando menos si incluimos todas aquellas en las que Darwin utilizaba su cerebro para pensar sobre la Naturaleza.
Probablemente su aparentemente “ligera” jornada de trabajo no funcione en otras actividades, y el “no hacer nada a toda velocidad” y la falta de concentración nunca hicieron a nadie un triunfador, pero forma parte de la condición de un genio que parezca que producir grandes cosas se haga sin esfuerzo aparente.
Tras una caminata matutina y el desayuno, Darwin se metía en su estudio a las 8 de la mañana y trabajaba normalmente durante una hora y media. A las 9:30 leía el correo de la mañana y respondía a las cartas recibidas. A las 10:30, Darwin volvía al trabajo serio en el aviario o en el invernadero o en cualquiera de los edificios donde hacía sus experimentos. Para las doce de mediodía ya podía afirmar satisfecho "Hoy ha sido un buen día de trabajo". Entonces, daba una larga caminata por "el camino de arena", un camino que había trazado poco después de comprar Down House. (Parte del "camino de arena" atravesaba tierras arrendadas a Darwin por la familia Lubbock.) Cuando regresaba, tras una hora o más de paseo, Darwin almorzaba y continuaba contestando al correo. A las 3 se echaba una siesta; una hora más tarde se levantaba, daba otro paseo por el camino de arena, y regresaba a su estudio hasta las 5:30 de la tarde, momento en el que se juntaba con su esposa, Emma, y su familia para cenar. Con este horario, Darwin escribió 19 libros, incluidos volúmenes técnicos sobre plantas trepadoras, percebes y otras materias; el controvertido "El Origen del Hombre" y "El origen de las especies", probablemente el libro más famoso de la historia de la ciencia, y un libro que aún afecta la manera en que pensamos sobre la naturaleza y sobre nosotros mismos.
Cualquiera que revise su agenda no puede dejar de notar la paradoja del creador. La vida de Darwin giró en torno a la ciencia. Desde sus días de estudiante, Darwin se dedicó a la recolección científica, la exploración y eventualmente la teorización. Él y Emma se mudaron al campo desde Londres para tener más espacio para formar una familia y tener más espacio -en más de un sentido de la palabra- para la ciencia. Down House le dio espacio para laboratorios e invernaderos, y el campo le dio la paz y la tranquilidad necesarias para trabajar. Pero al mismo tiempo, sus días no nos parecen muy ocupados. Los tiempos que clasificaríamos como "trabajo" consisten en tres períodos de 90 minutos. Si hubiera sido profesor hoy en una universidad, le habrían negado la cátedra. Si hubiera estado trabajando en una empresa, lo habrían despedido en una semana.
Alex SooJung-Kim Pang, Darwin Was a Slacker and You Should Be Too, Nautilus 46, 2017, marzo
2 comentarios:
"Leería el correo", "respondería a las cartas", "retornaría al trabajo". Esa es una de las formas de expresar hábitos en el pasado en inglés (would + infinitive), pero no en español. Darwin, en español, "leía el correo", respondía a las cartas" y "retornaba al trabajo".
Muchas gracias, corregido!
Publicar un comentario