Puede que tardasen tiempo en percibir la naturaleza de su error, que no encontrasen la caja de las herramientas para rectificarlo, hasta pasado un tiempo de ahondar en su fuero interno buscando unos miligramos de fuerza moral, aquel rescoldo que no se había apagado del todo frente al fracaso completo de la causa que en el pasado defendieron y de los errores que cometieron mientras la servían con la obediencia debida.
Una disminución a largo plazo de las emisiones del sector eléctrico no solo es inevitable sino inminente, incluso cuando el mundo entra en una nueva fase de mayor demanda de electricidad a medida que electrificamos todo tipo de tecnologías, desde el transporte hasta la calefacción.
Por "violación borrosa" me refiero al sexo que no era coercitivo, pero que hacía que la parte femenina se sintiera violada. La violación borrosa describe un choque de perspectivas: la de la mujer que se siente agraviada, a menudo sólo después de haber tenido la relación sexual, y la del hombre que puede haber sido agresivo, pero que no tenía intención de violar a una mujer. Es decir, la violación difusa no describe la violación real.
Es una parte necesaria para aumentar la productividad. Como Jonathan Haskel y sus colegas han demostrado (pdf), gran parte del crecimiento de la productividad no proviene de la mejora de la eficiencia de las empresas existentes, sino del cierre de plantas ineficientes y de la apertura de otras con mejor rendimiento. Es por eso que una mayor competencia en el mercado debe ser parte de cualquier estrategia para aumentar la productividad: fomenta la entrada de mejores empresas y la salida de las peores.
El nacionalismo es un credo obsesivo que se alimenta del miedo a perder la lengua, el territorio, la cultura o el poder; y del miedo a que la realidad no responda a la ideología y, por tanto, a la ficción. Decía con razón el historiador John Lukacs, haciéndose eco de un viejo axioma, que conviene fijarse en el filo de las ideas porque terminamos pareciéndonos a aquello en lo que creemos. El postprocés no constituirá, me temo, una excepción a esta regla
En su magnífica colección de ensayos Writers and Politics, que me influyó enormemente cuando lo encontré por primera vez en una biblioteca pública de Devonshire en 1967, Conor Cruise O'Brien lo había expresado mejor de lo que yo podía esperar entonces: "¿Es usted socialista?", preguntó el líder africano. Le dije que sí. Me miró a los ojos. —La gente me ha estado diciendo —dijo con ligereza— que usted es un liberal... La declaración, en su contexto, invitaba a una negación. No dije nada. Y, sin embargo, mientras conducía a casa después de mi entrevista con el líder, tuve que darme cuenta de que un liberal, incurablemente, era lo que yo era. Independientemente de lo que yo pudiera argumentar, estaba más profundamente apegado a los conceptos liberales de libertad —libertad de expresión y de prensa, libertad académica, juicio independiente y jueces independientes— que a la idea de un partido disciplinado que movilizara todas las fuerzas de la sociedad para la creación de un orden social que garantizara una libertad más real para todos en lugar de sólo para unos pocos. La idea revolucionaria me pareció más inmediatamente relevante para la mayor parte de la humanidad que los conceptos liberales. Pero fueron los conceptos liberales y su importancia a largo plazo —aunque no el nombre de liberal— los que mantuvieron mi lealtad....
La gente comenzó a entonar las palabras "Lo personal es político". En el instante en que escuché por primera vez esta expresión mortal, supe, como se sabe por la expresión de cualquier tontería siniestra, que se trataba de una muy mala noticia. A partir de ahora, bastaría con ser miembro de un sexo o género, o de una subdivisión epidérmica, o incluso de una "preferencia" erótica, para calificar como revolucionario.. A ninguno de nosotros nos habría gustado levantarnos y decir que nuestro sexo, sexualidad, pigmentación o discapacidad eran cualidades en sí mismas. Hay muchas maneras de fechar el momento en que la izquierda perdió o, preferiría decir, descartó su ventaja moral, pero esta fue la primera vez que vi que la traición se llevó a cabo de manera tan barata.
Decir "Nuestro amigo mutuo" es un solecismo. Lo correcto es decir "amigo común"
Christopher Hitchens, Hitch-22
En la ciudad de Barcelona, capital de Cataluña, están juzgando a un hombre llamado Pedro Varela, que vendía libros. La Fiscalía pide para él doce años de cárcel. Su especialidad era la pseudociencia nazi, maguferías negacionistas,
Por las mismas fachas, un colectivo Intransigent de Catalunya retiraba de los edificios públicos placas escritas en castellano. Su portavoz lo justificaba: «Estas placas ensucian nuestra imagen de cuna de la patria catalana». La joven portavoz se llamaba Sílvia Orriols y hoy es diputada electa en el Parlamento de Cataluña y alcaldesa del pueblo de Ripoll, que, por supuesto, ya tiene todas las placas cambiadas. La diputada, madre de cinco catalanes, ha llegado a serlo tras extender su racismo desde los andaluces hasta los moros (ardiente gradiente), es decir, dando una satisfacción completa a lo racialmente catalanesco. Su perturbación cognitiva comparte, probablemente, las mismas características de los lóbulos frontales de Varela y el mismo relato cultural, que es el del nacionalismo. Pero con una esencial diferencia: Varela vende libros y la alcaldesa firma edictos. Hay también una diferencia algo más sutil: mientras Orriols protege su racismo con el embadurnamiento catalanista, el de Varela va a pelo.
La democracia que permite a pingajos como Orriols representar parlamentariamente la deyección catalana ha de permitir necesariamente vender sus libros a Varela. Pero si, a pesar de todo, el señor fiscal quiere emprender una cruzada deliberativa sobre la verdad, la libertad y el odio, que proceda de arriba abajo y en su escarbar en la basura se digne considerar como atenuante la del público lector.
Una universidad es una comunidad, pero no un club, un lobby o un sindicato. Lo que agrupa a todos sus miembros es su dedicación a la enseñanza y a la investigación de las disciplinas que la componen. En ella debe reinar la más amplia libertad académica, con el único límite del servicio a los fines recién mencionados. Y la única manera de que la universidad pueda procurar a todos sus miembros esa libertad intelectual, sin la cual su función quedaría asfixiada, es el mantenimiento de su independencia respecto de las modas sociales y las presiones políticas. Porque sólo así puede garantizar a todos sus profesores y estudiantes -que no se han reunido en la universidad por sus afinidades políticas, ideológicas, religiosas o sindicales- su libertad individual para participar en la acción política y en los movimientos sociales que consideren pertinentes. En el momento en el que la universidad, como institución, se pronuncia colectivamente a favor o en contra de una determinada opción política, aunque lo haga con la mejor intención, estará de hecho restringiendo la libertad académica de sus miembros y censurando la posición individual de quienes, en su seno, no compartan esa postura. La experiencia del modo en que muchas universidades del mundo se han desnaturalizado al politizarse es un aviso suficiente contra ese peligro.
y ver también sobre el mismo tema, este artículo de Rodríguez Prieto, también en EL MUNDO y el de Simon Kuper (dije que no le volvería a citar pero...) en Financial Times que, curiosamente, se titula "A university is not a tribe" se ve que ha habido telepatía entre Pardo y Kuper)
Cómo y por qué enseñar a leer a tu hijo de 2 años: El término técnico para la lectura a una edad muy temprana es hiperlexia. Pero no hay evidencia de que tenga nada más que beneficios en niños normales. Y por qué los niños dejan de leer cuando cumplen 9
No hay comentarios:
Publicar un comentario