lunes, 6 de mayo de 2024

Citas: Milanovic, John Müller, Caño, Cayuela, Pascual, Orwell

Cabreriza - Soria, foto de Blas Gonzalo


Branko Milanovic incurre en la falacia "Qué verde era mi valle"

No están viendo su papel como el que tradicionalmente era el papel de las universidades, es decir, tratar de impartir a las generaciones más jóvenes valores de libertad, moralidad, compasión, abnegación, empatía o cualquier otra cosa que se considere deseable. Su papel hoy en día es ser los directores generales de las fábricas que se llaman universidades. Estas fábricas tienen una materia prima que se llama estudiantes y que convierten, a intervalos regulares anualmente, en graduados. En consecuencia, cualquier perturbación en ese proceso de producción es como una perturbación en una cadena de suministro. Hay que eliminarlo lo antes posible para que se reanude la producción. Los estudiantes que se gradúan tienen que ser "producidos", los nuevos estudiantes traídos, el dinero de ellos tiene que ser embolsado, los donantes tienen que ser encontrados, más fondos son los que deben ser asegurados. Los estudiantes, si interfieren con el proceso, deben ser disciplinados, si es necesario por la fuerza. Hay que traer a la policía, poner orden en el poder. 

A los administradores no les interesan los valores, sino el resultado final. Su trabajo es equivalente al de un CEO de Walmart, CVS o Burger King. Usarán la charla sobre valores, o "ambiente intelectualmente desafiante", o "discusión vibrante" (¡o lo que sea!), como se describe en un artículo reciente en The Atlantic, como el habitual discurso promocional y performativo que los altos directivos de las empresas hoy en día producen en un abrir y cerrar de ojos. No es que nadie crea en esos discursos. Pero es de rigor hacerlos. Es una hipocresía ampliamente aceptada. El problema es que tal nivel de hipocresía todavía no es del todo común en las universidades porque, por razones históricas, no eran vistas exactamente como las fábricas de salchichas. Se suponía que iban a producir mejores personas. Pero esto se olvidó en la lucha por los ingresos y el dinero de los donantes. Por lo tanto, la fábrica de salchichas no puede detenerse y hay que llamar a la policía.

John Müller, ABC

En su carta, el presidente se lamenta. ¿Qué esperaba Pedro Sánchez que sucediera después de romper todas las reglas no escritas de la cultura política que cuajó en la Transición? Creo que es poco lo que nos pasa para el grado de ruptura de la confianza social que ha sembrado sobre todo con su segunda investidura, 

El feminismo no es el cielo (El cielo es el conjunto de todos los bienes sin mezcla de mal alguno)

... a Winston le molestaban casi todas las mujeres y especialmente las jóvenes y bonitas porque eran siempre las mujeres, y sobre todo las jóvenes, lo más fanático del Partido, las que se tragaban todos los slogans de propaganda y abundaban entre ellas las espías aficionadas y las que mostraban demasiada curiosidad por lo que de heterodoxo hubiera en los otros

- 1984, George Orwell -


Para lo que ha quedado la Universidad


Italia: el coste de la mala política (la que se practica en España desde 2015 al menos). Francisco Pascual, EL MUNDO

La explicación hay que buscarla en la productividad, donde Italia muestra un trastorno interno impresionante: en el sector manufacturero crece un 24% desde el año 2000, sólo superada por Alemania; en el sector servicios y la agricultura apenas evoluciona en dos décadas, y en las administraciones públicas se hunde diez puntos desde principios de siglo. De este modo, los ciudadanos de una potencia industrial que ha doblado sus exportaciones de bienes desde 2010 no sólo no ganan más, sino que pierden. El salario medio en paridad de poder de compra italiano entre 1991 y 2022 ha caído 488 dólares, mientras que en Alemania ha aumentado 13.747 y en Francia 13.125.

Dedicado a los que decían que da igual que el gasto público aumente. A todos esos socialdemócratas bienintencionados, muchas mujeres, que, no obstante, jamás votarían al PP ni aunque el PSOE nos llevaran a la ruina. Aquí está la ruina: el despilfarro privado viene limitado por el mercado. Los que invierten mal, quiebran. Si el Estado asigna mal los recursos (por ejemplo, gasta en "memoria histórica" o en promoción del catalán o el euskera o el gallego, esto es, políticas que no solo no aceleran el crecimiento económico, sino que lo reducen, o en pagar pensiones que son las más elevadas de Europa en términos de tasa de sustitución del salario, que obliga a pagar salarios más bajos e impide a las empresas españolas atraer el talento por el que compiten con las empresas suecas o norteamericanas) solo tenemos la política para limitar el despilfarro. O sea, las elecciones. Y la gente no vota popperianamente, especialmente las mujeres, lo que significa que no hay más límite al despilfarro que la quiebra del país. 


Tú finge que preparas y pones en práctica un plan de reformas y yo fingiré que son eficaces y te daré 80.000 millones para que los gastes (El Confidencial)

Si la Comisión Europea no es estricta en la calificación de las reformas, se cargará el sistema de los fondos europeos basado en el mecanismo tipo NextGenerationEU”, advierte González-Páramo. Si el programa no cumple el objetivo de mejorar la productividad y la competitividad de los países europeos con las inversiones y las reformas, será difícil que pueda producirse una segunda ronda en el futuro, lastrando así la expectativa del avance hacia un gran presupuesto comunitario de inversión.

 

Los locos de la motosierra "Los gobiernos responsables suelen poner los intereses nacionales por encima de sus intereses particulares" (Antonio Caño. The Objective)

Y los gobiernos irresponsables se dedican solo y exclusivamente a hacer política. España lleva 10 años en los que los gobiernos nacionales y regionales solo hacen política y apagar - mal - los fuegos que se han venido declarando.


"Uno de los recuerdos más persistentes de mi infancia es pasar frío escuchando al abuelo hablar del invierno en Soria" (Ricardo Cayuela, The Objective)

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