Tomó la vida como le vino.
Aguantó sin rechistar las desgracias.
Disfrutó lo que pudo.
Sobrellevó lo que le tocó en suerte.
Siempre agradeció a la vida
Lo bueno que le había dado.
Fue marido, maestro y padre excepcional
Nunca falló
A nadie
Nunca pidió nada
Nunca se quejó de nada
Nunca se vanaglorió de sus méritos
Siempre se preguntó
Qué es lo que había que hacer
Y lo hizo,
Con todas sus fuerzas
Que eran muchas.
Y al final se inclinó sobre la tierra.
Para que el golpe contra el suelo,
El golpe de todos los que le debemos tanto
No fuera tan duro.
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