Luisma es catalán y consejero de Interior

Las explicaciones del consejero de interior del gobierno catalán sobre la fuga de Puigdemont: los catalanes somos como el Luisma

"Es que los catalanes somos como el Luisma. Y nos creímos lo que nos dijo Puigdemont. ¿Pero no ven que los catalanes votamos una y otra vez a gente como Puigdemont, Junqueras o Illa? Si es que somos así"

El jefe de ese grupo armado nacionalista que son los Mossos ha dicho ahora que ya no cree en Turull. que "este viernes situó ya al expresident de vuelta en su residencia de Waterloo (Bélgica)". Después de decir que creyeron en Puigdemont, el muy desconfiado dice que no creen en Turull. Hay que ver. Ni el Luisma supera a Sallent.

Añade este cuerpo policial, que ya ha dado muestras suficientes de que traiciona la ley cada vez que haga falta, que ellos querían detener a Puigdemont a las puertas del Parlamento catalán, y que Puigdemont les engañó. ¿Podemos poner nuestra vida y hacienda en manos de una policía que se deja engañar por los delincuentes? ¿Una policía que se fía de los delincuentes a los que tiene que detener? ¿Les vamos a creer cuando dicen que no hay acuerdo alguno entre Illa, Collboni, Aragonés y Puigdemont para asegurar a este último que no sería detenido a cambio de que no jodiera el pleno de investidura del primero? ¿Vamos a creer que en La Moncloa no sabían nada de todo esto? ¿Hay todavía un español que crea que vivimos en un estado de derecho donde la ley se cumple y es igual para todos? Pues ya verán ustedes como, en las próximas elecciones, hay casi 7 millones de españoles  que votan al PSOE. Eso sí, la inútil operación "jaula" de este grupo armado de estricta obediencia nacionalista, fastidió a los barceloneses de bien. Pero en fin, los barceloneses siempre están dispuestos a sacrificar su bienestar por la causa nacionalista.

PS. Un episodio más de la eterna batalla entre la política y el Derecho. De  la lucha por el Derecho. Por someter al poder político a la Ley. Y, me temo, una escaramuza que se saldará, como muchas en los últimos cinco años, con la derrota del Derecho y el triunfo de la política por encima del Derecho.