Charles Goodhart y Michael Hudson cuentan en este artículo de Voxeu cómo era y por qué sería bueno recuperar la tradición prerromana de los jubileos o el perdón de las deudas como herramienta de lucha contra la desigualdad (del perdón de las deudas al perdón de los pecados apenas hay distancia. Es claro que el cristianismo se “apropió” de una institución “cultural” pagana). Dicen que estos jubileos antiguos se caracterizaban por afectar sólo a las deudas de los agricultores, no a las deudas comerciales; por implicar la liberación de los esclavos que lo eran por haber incurrido en deudas que no podían pagar (de la esclavitud por deudas – recuérdese el terrible Derecho romano primitivo- pasamos a la prisión por deudas y, por fin, a la declaración de concurso por deudas. El libro de Graeber sigue siendo fascinante, aunque tenga bastante de ficción y no olvidemos que la servidumbre se extingue en Europa del Este a finales del siglo XIX y la esclavitud en América en la misma época). De ahí que el jubileo no implicase la liberación de los cautivos de guerra. En fin, la liberación de las deudas implicaba que los agricultores que habían tenido que ceder sus tierras a los acreedores recuperaban la posesión de éstas.
¿Por qué eran tan bondadosos los reyes de la Antigüedad? Un incentivo para proclamar jubileos lo proporcionaba la competencia entre gobernantes. El rey vecino podía alentar una rebelión en el Estado enemigo prometiendo que, si él conseguía el poder, proclamaría un jubileo. Pero la razón fundamental es, quizá, que el mundo era ancho y estaba vacío. Un deudor al que acechara la esclavitud, la pérdida de todos sus bienes y de la propia familia (las deudas se pagaban con la esclavitud de los miembros de la familia del deudor) tenía todos los incentivos para huir y establecerse fuera del alcance de sus acreedores, con lo que el reino perdía en impuestos y en servicios personales (militares o de trabajo en obras públicas). Por tanto, en la medida en que la mano de obra fuera escasa y que los campesinos pudieran “votar con los pies”, las élites veían constreñida su capacidad para expropiar la producción de aquellos y consolidar la estratificación de la sociedad y la desigualdad radical. Los jubileos acaban en Roma – explican los autores – porque la relación de poder entre agricultores libres y grandes terratenientes y élites económicas y políticas vence definitivamente a favor de estos últimos, probablemente con la extensión del poder de Roma fuera de la península italiana.
El resto del artículo tiene poco interés para los europeos (o cualquiera que no sea estadounidense) ya que propone soluciones para el sobreendeudamiento de los norteamericanos, soluciones que consisten, básicamente, en reformas fiscales. Ninguno de los dos fenómenos se produce en Europa donde, además, los impuestos son muy elevados. De hecho, si algún efecto ha tenido la resolución con dinero público de la quiebra de las cajas de ahorro es que ha actuado de “jubileo” de las deudas de los que compraron vivienda en lo peor de la burbuja y no han podido pagar al banco. Las cajas asumieron primero estas deudas que han acabado absorbidas por el Estado.
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