En la discusión económica de las ligas de fútbol, una de las cuestiones más debatidas es la de si las ligas están deviniendo menos competitivas – más desiguales – y si esa desigualdad (siempre ganan la liga los mismos equipos) está haciendo el fútbol menos atractivo. No parece que el “balance competitivo” (que haya más o menos equipos en el grupo de los que tienen chances de ganar) sea muy relevante en términos de éxito social. El autor de este trabajo aportan una visión del problema que tiene gran interés y que confirmaría que el cambio del sistema de reparto de los derechos de retransmisión televisiva (en manos de los equipos individualmente considerados hasta 2016 y ahora comercializados centralizadamente por la Liga) no estaba justificado ni por razones de equidad en su reparto ni para hacer más atractivo el campeonato aumentando los ingresos de los equipos más modestos de manera que aquél se vuelva más disputado en lugar de ser “cosa de dos o tres” (Real Madrid, Barcelona y, recientemente, Atlético de Madrid).
Como habíamos sugerido en otro lugar, es probable que, dentro de los equipos de primera división, los objetivos de los que están en el cuarto superior y los que están de la mitad para abajo en las clasificaciones tengan objetivos diversos: los del primer cuarto aspiran a ganar trofeos nacionales e internacionales (Champions, Europa League), los de la mitad de abajo aspiran a que “no les den la patada” a 2ª División. Descender a 2ª es un desastre financiero para los equipos que, no olvidemos, son empresas muy sencillas (gestionar un equipo de fútbol requiere de menos talento gestor que una mercería).
El autor explica que la Liga española tiene algunos rasgos particulares en comparación con las otras grandes ligas europeas (Premier, Bundesliga, Serie A, Ligue 1). Como se aprecia en el gráfico, la desigualdad ha aumentado en todas ellas – excepto la italiana que ya era muy desigual – pero las razones de ese aumento se ha debido, en el caso español, a que los equipos punteros se han separado (en número de puntos que obtienen cada año) del pelotón lo que no ha conducido, sin embargo, a que el Madrid o el Barça ganen más títulos ligueros que los correspondientes equipos de las otras ligas europeas. Es decir, en lo alto de la liga no hay menos “competencia” en España que en otros países. Y, si se examinan los resultados obtenidos por los equipos españoles en los campeonatos europeos, la Liga española tampoco hace mal “su trabajo” si se tienen en cuenta los éxitos del Real Madrid, el Barcelona pero también del Atlético de Madrid, el Valencia, el Villareal o el Sevilla.
El resultado más interesante es otro: en el pelotón (los equipos que ocupan la mitad baja de la tabla) es bastante igualitario y que como los equipos de la parte media y baja de la tabla compiten por no descender y son relativamente iguales, la probabilidad de descender no se ve afectada por lo reciente que haya sido su ascenso a primera división:
Los resultados muestran que España es el único país en el que ser un equipo recién ascendido no tiene ningún impacto en la probabilidad de descender para ninguna de las especificaciones. En todas las demás ligas, haber promovido a primera división incrementa la probabilidad de descender. En el caso de Inglaterra, dependiendo de la especificación utilizada, los efectos marginales muestran que el hecho de haber ascendido recientemente aumenta la probabilidad de volver a descender entre el 16 y el 19 por ciento. En la liga alemana, la probabilidad aumenta a un rango entre 16 y 27 por ciento. Por último, Italia es el país donde los equipos recién ascendidos tienen peores perspectivas, ya que la probabilidad de que desciendan aumenta en torno al 30 por ciento en comparación con el resto de los competidores
El autor concluye que
El éxito de los equipos españoles en las competiciones internacionales es sorprendente, dada su debilidad económica en comparación con algunos de sus competidores europeos. Una posible explicación podría ser el hecho de que la Liga es más igualada, no sólo en la mitad inferior de la distribución, sino… en prácticamente cada decil. Una competencia más intensa en la liga nacional podría por lo tanto producir equipos que también son más competitivos en el exterior, y las barreras de entrada más bajas aumentarían la competencia y mejorarían la eficiencia. Si este es el caso, entonces la mejor manera de garantizar el éxito internacional es garantizar un alto nivel de movilidad que fomente la competencia.
Y no se puede estar más de acuerdo.
Quizá podría añadirse que la mayor competitividad de la Liga española se debe a que el primer cuartil de la 2ª División ejerce una enorme presión competitiva sobre la parte baja de la tabla de primera división lo que intensifica la competencia en la primera división.
En la primera división de la Liga española no juegan – diríamos – sólo los 20 equipos que la forman, sino también los 5 u 8 equipos que ocupan los primeros puestos de la Segunda División. Esta presión competitiva de los “entrantes” (competencia potencial) es muy eficaz, precisamente, por los dos rasgos detectados por el autor que son casi privativos de la liga española: la igualdad en la parte baja de la tabla y que los equipos que logran subir a primera, no tienen por qué esperar que serán también los que desciendan el año siguiente, de modo que los equipos de 2ª tienen enormes incentivos (ya hemos dicho cuán grande es la diferencia de ingresos) para ascender a 1ª división y, una vez que están allí, para no ser de los que desciendan.
Al permanecer, en media, más años que sus comparables ingleses, alemanes o italianos en la primera división, pueden reforzarse (disfrutarán de mayores ingresos durante varios años) y, con mucha suerte, consolidar su situación en primera división.
Por tanto, la Liga española es más competitiva, ceteris paribus, porque los equipos de primera compiten no sólo entre ellos, sino – la mitad más baja de la tabla – con los equipos de segunda división que están en la parte alta de la tabla. En las otras ligas, más desiguales en la parte baja de la tabla, puede predecirse qué equipos bajarán a segunda división con más seguridad, lo que reduce la capacidad de estos equipos para reforzarse con un aumento de ingresos durante el número de años suficiente, lo que reduce la igualdad y la tensión competitiva en la parte baja de la tabla sin que sea predecible, al propio tiempo que estos equipos puedan alcanzar nunca a los que están en la cabeza de la primera división. Añádase que los mejores jugadores de esos equipos que están en la parte baja tienen ocasión de brillar en ellos y ser reclutados por los equipos más potentes y se comprenderá que si Dios hubiera diseñado una liga deportiva, se parecería bastante a la Liga española.
Fernández-Roldán Díaz, Alejandro, Decomposing competitive balance in the major European football leagues : a Rawlsian approach 2017-06
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