Foto: JJBose
"Una empresa, especialmente una gran corporación, proporciona un ejemplo de un ámbito dentro del cual el sistema de precios deja de orientar, al menos parcialmente, las decisiones. La organización interna de una corporación empresarial es jerárquica y burocrática. Los precios exteriores – los que se practican en los mercados en los que la empresa interviene – tienen, sin duda, una influencia poderosa sobre las dinámicas internas de la empresa y en muchas empresas, al menos, se intenta simular el funcionamiento de un mercado hipotéticamente perfecto, para conseguir resultados más eficientes que los que logran los mercados reales, lentos y con información imperfecta. Pero en el interior de una empresa y especialmente a los niveles más bajos, las relaciones entre los empleados de una empresa son muy diferentes a los intercambios de mercado en condiciones de competencia perfecta que describimos en los libros de texto. Como ha señalado Herbert Simon, un contrato de trabajo es diferente en muchos aspectos de un contrato mercantil ordinario; lo que vende un trabajador es su voluntad de obedecer a una autoridad. Este es un concepto que tiene una importancia central. Es obvio que el trabajador siempre puede darse de baja y abandonar la empresa, pero dado que existen costes de cambiar y éstos no son, a menudo, insignificantes, el establecimiento de una relación laboral crea una expectativa de continuidad en el tiempo”
Kenneth Arrow, Los límites de la organización
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