lunes, 8 de abril de 2019

Idiotas, sinvergüenzas y derivados: lo que no se puede hacer directamente, no se puede hacer indirectamente y lo que se puede hacer indirectamente se ha de poder hacer directamente


Banquero: Nuestro cliente tiene algunas acciones de XYZ, y le gustaría eliminar el riesgo de que bajen. No quiere pagar mucho por esa cobertura, pero está dispuesto a renunciar a las ganancias de una eventual subida en la cotización. ¿Puedes estructurar algún tipo de derivado que le ayude a protegerse? 
Especialista en derivados:  A ver, ¿es dueño de unas acciones y no quiere perder dinero si las acciones bajan pero no le importa no ganar si las acciones suben? 
Banquero: Exactamente, sí, ¿puedes hacer algo? 
Especialista en derivados: Creo que tu cliente debería vender las acciones de XYZ 
Banquero: Oh no, no puede hacer eso, firmó un acuerdo con la compañía que no le permite vender las acciones. 
Especialista en derivados (ED): ¿Y no aceptó también no contratar derivados sobre las acciones? 
Banquero: No lo creo, estoy seguro de que no se le prohíbe protegerse frente al riesgo de que bajen . 
ED: ¿En serio? 
Banquero: Te envío el acuerdo. [Envía el contrato] 
ED: Aquí dice que "no podrá vender, ni asegurarse, ni reducir su exposición al riesgo, ni adquirir o vender opciones ni hacer nada que sea semejante o equivalente a cubrirse de tales riesgos”
Banquero: Bueno, pero estábamos pensando que podría haber algún tipo de... ¿derivado? 
ED: ¡Venga ya! 
Banquero: No me estás ayudando nada, ¿De verdad que tú te dedicas a estructurar derivados?

En este punto diría que tuve que atender otra llamada. Si fueras realmente bueno, construirías un derivado mágico que de alguna manera ayudaría a  cubrir el riesgo del cliente pero no infringiría el contrato. Si usted fuera un poco menos bueno, construiría un derivado que no cubriría el riesgo del cliente, pero que un vendedor lo suficientemente bueno podría hacérselo tragar al banquero y tal vez incluso al cliente. (¡ponerse corto una cesta de acciones correlacionadas) Si usted fuera... digamos, normal... construiría un derivado que cubriría el riesgo del cliente e infringiría claramente el contrato, lo vendería al cliente, y dejaría que fuera él el que se preocupara por la futura demanda.

Esto es de la columna de Matt Levine titulada Lyft Is Angry About Lockups porque, al parecer, algún estructurador de derivados está permitiendo a los accionistas de Lyft que prometieron no vender tras la salida a bolsa cubrirse frente al riesgo de que las acciones bajen

La confianza es esencial para que pueda haber descentralización



No se escapa a nadie el interés que tiene esta cuestión para la organización territorial de un país. Si el soberano no puede confiar en que los órganos descentralizados actuarán con lealtad al conjunto, esto es, adoptarán las decisiones “correctas”, no tendrá incentivos para aprobar constituciones que descentralicen el poder y, en consecuencia, no se obtendrán las mejoras de bienestar que vayan asociadas a la descentralización. En España hemos hecho las cosas en sentido temporal inverso. Hemos descentralizado sin comprobar, previamente, que nos podíamos fiar de los nacionalistas periféricos a los que hemos delegado las tareas que se hacían centralizadamente hasta 1978. Y ahora nos hemos encontrado que los nacionalistas periféricos han utilizado esas competencias para adoptar las decisiones “incorrectas”, esto es, las que aumentan su poder a costa del bienestar del conjunto. En consecuencia, si los que dirigen una empresa pueden delegar en mayor medida que los que dirigen otra semejante, dado que los beneficios de delegar son mayores cuanto mayor es el tamaño de la empresa, cabe esperar que las empresas de los países de alta confianza estarán organizadas de forma más descentralizada y, por tanto, podrán aumentar su tamaño. Si las empresas más grandes son también más productivas que las pequeñas (porque aprovechan economías de escala y de alcance y de diversificación de riesgos de forma más completa que las pequeñas), el resultado es que el nivel de confianza social también afecta a la productividad de una economía: donde haya más confianza, las empresas más productivas serán más grandes y atraerán los recursos – humanos y de capital – que estén siendo utilizados por las más pequeñas y menos productivas.

En este trabajo, los autores aplican este razonamiento a las empresas:
Un elevado capital social en un área aumenta la descentralización de la toma de decisiones dentro de las empresas, y esta descentralización puede mejorar la productividad al facilitar el aumento de tamaño de las empresas ceteris paribus. Con un modelo basado en Garicano (2000) para analizar cómo afecta la confianza a la organización de las empresas. El consejero-delegado puede tomar las decisiones relativas a la producción de la empresa por sí o puede delegar estas decisiones a los gerentes de cada planta o factoría de la compañía. Cuando la confianza es alta, los gerentes de planta tienden a resolver los problemas "correctamente" (en lugar de, por ejemplo, robarle a la empresa), de modo que es más probable que los consejeros-delegados deleguen. Además, al delegar, el consejero-delegado puede aprovechar en mayor medida sus capacidades ya que puede utilizarlas sobre un equipo más grande, lo que lleva a que la empresa pueda alcanzar un mayor tamaño. Llevamos estas predicciones a los datos y encontramos apoyo en las hipótesis de que la confianza aumenta la descentralización y aumenta el tamaño de las empresas. Aunque otros mecanismos, como incentivos intensos (salario referido a resultados)o una vigilancia más estricta, también podrían hacer más probable que un gerente de planta realice acciones correctas, la confianza puede tener un efecto más allá de éstas. Este aspecto de la cultura corporativa es ciertamente enfatizado por muchos científicos sociales como crítico en el fomento de la autonomía y la productividad.

La forma de probar la existencia de causalidad entre mayores niveles de confianza social y mayor tamaño y productividad de las empresas es comparar el nivel de descentralización en la toma de decisiones en el seno de multinacionales de distintos países  y sus filiales nacionales en países extranjeros. Se trata de comparar las que tienen su sede central en un país de “confianza alta” con multinacionales con su sede central en un país con “confianza baja”.

La confianza se mide a través de la pregunta que hace Pew en sus encuestas en todo el mundo sobre si se puede confiar en los extraños.
Encontramos que el nivel de confianza prevaleciente en el país donde la multinacional tiene su sede central tiene una fuerte correlación positiva con la descentralización en la ubicación de la filial en el extranjero: por ejemplo, en California, y en una filial de una multinacional sueca (Suecia es un país de alta confianza) el grado de descentralización habría de ser mayor que en una filial de una multinacional francesa (Francia es un país de confianza relativamente baja).
Es decir, que el consejero-delegado de una multinacional francesa con sede en París delega menos decisiones en el administrador de la filial californiana que lo que lo hace el consejero-delegado de una multinacional sueca.

El trabajo tiene mucho mérito porque tenían que encontrar los datos que les permitiera medir el grado de descentralización de las empresas que van a utilizar para efectuar el estudio. El modelo teórico de la descentralización es el siguiente (sobre el que los autores añaden la idea de que el jefe ha de poder confiar en los subordinados en los que delega la decisión). Esta es la “teoría” detrás del estudio:
Nuestro punto de partida son los modelos de Garicano (2000) y Garicano y Rossi-Hansberg (2007) sobre la organización jerárquica de la experiencia. Las empresas tienen que tomar decisiones sobre el proceso de producción. Las decisiones se toman en el nivel jerárquico más bajo en el que un agente esté en condiciones de tomarlas adecuadamente. Al organizarse jerárquicamente, las empresas se enfrentan a un dilema entre los costes de adquisición de información (a) y los costos de comunicación ("ayuda") (h). Tomar decisiones a niveles inferiores implica aumentar la carga cognitiva de los agentes a esos niveles. Por ejemplo, la descentralización desde el consejero-delegado a los gerentes de planta sobre la decisión de invertir en nuevos equipos requiere capacitar a los gerentes de planta para descontar los flujos de caja utilizando el coste de capital apropiado para compararlos con el coste de la inversión. En la medida en que el gerente de la planta no pueda tomar esta decisión, la misma será trasladada a la sede central de la empresa. Pero esto aumenta los costes de comunicación en la jerarquía porque el gerente de la planta tendrá que explicar algunos de los detalles del proyecto de inversión potencial, y después de resolver el problema el consejero-delegado tendrá que explicar al gerente lo que debe hacer. Por lo tanto, el alcance de la descentralización depende del equilibrio óptimo entre saber y pedir instrucciones.

Nicholas Bloom, Raffaella Sadun, John Van Reenen, The organization of firms across countries, The Quarterly Journal of Economics (2012), 1663–1705

¡Cielo santo el Ministerio de Justicia!




Gracias, Fernando! Como se puede comprobar, en el Ministerio de Justicia ya no saben ni poner un examen. La única actividad del ministerio que exige cierta capacidad de gestión y el resultado es un examen de acceso infumable lleno de preguntas tontas sobre el trato con compañeros y una concepción de la deontología profesional anclada en el siglo XIX. Pero lo de esta pregunta sobre la retribución del "administrador único" fijada por el "consejo de administración" es de traca. Obviamente, si hay consejo de administración, no hay administrador único. El funcionario que ha redactado la pregunta se debe de referir, sin duda, al consejero-delegado. Pero la pregunta llegó así a las mesas de los exámenes. 

La incompetencia del gobierno de Sánchez es de tal calibre que deberíamos aprovechar la pifia para suprimir el examen de acceso a la abogacía. Se podría sustituir por un test que haga cada uno cuando quiera y que lo gestione la Dirección General de Tráfico. Cuando a nuestros graduados en Derecho les den el carné de conducir, les pueden dar, de regalo, la licencia para ejercer. 

domingo, 7 de abril de 2019

La eficiencia de la regla de la mayoría cuando los individuos que forman el grupo pueden formar coaliciones y la futarquía


J. Niépce (París, 1957)

Hace bastantes años publiqué un trabajo al respecto aplicado a las sociedades de capital. La conclusión era que la regla de la mayoría como mecanismo de toma de decisiones en un grupo funciona perfectamente respecto de las decisiones que mejoran cuanta más información se agregue, esto es, cuando se trata de mejorar la “calidad” de la decisión pero que tiene más problemas cuando se trata de decidir cómo se distribuyen los resultados del trabajo en común realizado por todos los miembros de un grupo. Típicamente, en las sociedades anónimas o limitadas, en las decisiones que tienen que ver con el reparto de beneficios o las que, de cualquier otra forma (transacciones vinculadas, remuneración de los administradores) distribuyen activos del patrimonio social entre los socios. En estas decisiones, la regla de la mayoría sigue funcionando muy bien (maior pars, melior pars) cuando no se forman coaliciones estables. Decía en aquel trabajo que cada socio tiene incentivos para votar la distribución “justa” porque no sabe si estará con la mayoría o con la minoría, de manera que no le interesa, para nada, beneficiar a unos o a otros en dicho reparto. Pero cuando se forman coaliciones estables entre algunos miembros del grupo que les dan la mayoría, el “velo de la ignorancia” se levanta y los que votan saben si resultarán especialmente beneficiados o perjudicados con la decisión de distribución y, naturalmente, votarán lo que les interese. El Derecho de Sociedades establece multitud de reglas para limitar tal redistribución, desde la figura de los derechos individuales del socio a la impugnación de los acuerdos sociales abusivos pasando por los quorum reforzados o los derechos de veto a favor de los socios minoritarios o la atribución de derechos de separación.

En el post que resumo a continuación, el autor explica estas mismas ideas aplicando la teoría de juegos. Antes de reproducir, traducidos, algunos párrafos, hay que señalar que el autor se refiere a la “colusión”. Y esto tiene interés. La colusión no es más que una forma de cooperación. Y la cooperación con otros es lo que permite a los individuos obtener las ventajas de las economías de escala y de la diversificación de riesgo. Como se ha hartado de explicar Turchin, los individuos humanos cooperan con los de su grupo y compiten con otros grupos. Y a la cooperación para competir es a lo que se puede denominar razonablemente “coludir”. Cuando los miembros de un cártel se ponen de acuerdo para fijar precios o repartirse los mercados, están cooperando para mejor extraer el excedente a los consumidores. Si ese cártel estuviera dirigido contra consumidores que no son miembros del grupo (cártel de exportación, donde los consumidores afectados por el cártel son los de otros países), no tendría por qué ser ilegal. Porque el único bienestar relevante es el del grupo. Es más. Sólo la colusión entre los miembros de un grupo permitirá a éste ganar en la rivalidad o en la guerra con otros grupos. Por tanto, si entendemos un acuerdo colusorio como lo entiende nuestro Código civil, esto es, como un acuerdo “en perjuicio de tercero”, la colusión sólo es ilícita cuando se dirige (el tercero perjudicado es) contra un miembro del propio grupo. Y ¿por qué es ilícita la colusión? Porque elimina los incentivos de los miembros del grupo para jugar a juegos de suma positiva ante la seguridad o la sospecha de que, en la fase distributiva, no recibirán su parte equitativa de las ganancias del juego de suma positiva. Los intercambios de mercado son juegos de suma positiva: X solo comprará el objeto R a Y si R vale más para X que para Y. Viceversa: Y sólo venderá R a X si el precio vale más para él que retener R. Pero si X o Y han de sospechar que X no pagará el precio o que Y no entregará R, esto es, que no recibirán lo que se merecen dado lo que han entregado, simplemente no se desarrollará el juego cooperativo que es la compraventa. Y lo mismo con las sociedades. Si X, Y, y Z se ponen de acuerdo para realizar un proyecto en común y repartirse los resultados, Z no participará – el juego cooperativo de suma positiva no se llevará a cabo – si ha de temer que, una vez producido el resultado, X e Y se confabularán para quedarse con todo y dejarlo con un palmo de narices. Y lo podrán hacer si el reparto se hace de acuerdo con lo que diga la mayoría. Por eso, el Código civil es tan renuente a dejar en manos de un socio el reparto de las ganancias sociales entre los socios.

Por tanto, prohibimos la colusión cuando el acuerdo tiene por objeto perjudicar a alguien respecto del cual tenemos algún deber. Respecto de cualquier otro conciudadanos, todos tenemos el deber de neminem laedere, no hacer daño, que se refleja en el art. 1902 CC. Como respecto de los extranjeros no tenemos obligación alguna, confabularnos para mejor derrotarlos no está prohibido.

Semejantes son los casos de la compra de votos o el soborno.

Vayamos con lo que explica Vitalik Buterin:
“es muy difícil, y probablemente imposible, crear mecanismos que mantengan las propiedades deseables en un modelo en el que los participantes puedan coludir, que en un modelo en el que no puedan hacerlo. Es probable que la mayoría de la gente ya tenga alguna intuición al respecto; ejemplos específicos de este principio se encuentran tras normas bien establecidas como el Derecho de la Competencia que prohíbe los cárteles de fijación de precios, pero también la compra de votos o el soborno. Pero la cuestión es mucho más profunda y general.

En la versión de la teoría de juegos que se centra en la elección individual, es decir, la versión que asume que cada participante toma decisiones de forma independiente y que no permite la posibilidad de que grupos de agentes actúen como si fueran uno para beneficiarse entre sí, hay pruebas matemáticas de que debe existir al menos un equilibrio estable de Nash en cualquier juego (esto es, una solución al juego en la que nadie puede mejorar sus resultados cambiando su decisión), y los diseñadores de mecanismos tienen un amplio margen de maniobra para "diseñar" juegos con el fin de lograr resultados específicos. Pero en la versión de la teoría de juegos que permite la posibilidad de coaliciones, llamada teoría de juegos cooperativos, hay grandes clases de juegos que no tienen ningún resultado estable del que una coalición no pueda desviarse provechosamente.

Los juegos de mayoría, formalmente descritos como juegos de agentes N donde cualquier subconjunto de más de la mitad de ellos puede capturar una recompensa fija y repartírsela entre sus miembros, una configuración inquietantemente similar a muchas situaciones en el Derecho de Sociedades, la política y muchas otras situaciones en la vida humana, son parte de ese conjunto de juegos inherentemente inestables. Es decir, si hay una situación con algún pool fijo de recursos y algún mecanismo establecido actualmente para distribuirlos, y es inevitablemente posible que el 51% de los participantes puedan conspirar para tomar el control de los recursos, no importa cuál sea la configuración actual, siempre puede surgir alguna conspiración que sea rentable para los participantes. Sin embargo, esa conspiración sería a su vez vulnerable a nuevas conspiraciones potenciales, posiblemente incluyendo una combinación de conspiradores y víctimas anteriores... y así sucesivamente.

Por eso decía en mi trabajo que, para que la regla de la mayoría en la distribución de los resultados dé resultados equitativos, es imprescindible que no se formen mayorías estables. Ahora bien, si las mayorías no son estables, esto es, si los miembros de cada mayoría pueden traicionar a ésta en la siguiente ronda, tales resultados no se producen.

Continúa el autor explicando cómo diseñar sistemas de gobierno que eviten la colusión. Y alude a la futarquía, un término inventado por Robin Hanson según el cual, los elegidos por los votantes definen las políticas y los votantes utilizan un mercado de predicción para determinar cuáles tendrán más exito y esas se ponen en marcha.Así pues, consiste en atribuir el gobierno de un grupo al “mercado de predicción”. El autor dice que si el que vota se juega algo – pone una prenda y obtiene una ganancia o una pérdida en función de lo acertado que resulte su predicción –, los resultados son semejantes a los de la futarquía que “funciona haciendo del voto no solo expresión de opinión sino también una predicción, con una recompensa por hacer predicciones acertadas y una penalización por hacer predicciones fracasadas”. Aplicado a la selección de los contenidos de un blog que recibirán una proporción mayor de los ingresos publicitarios del mismo, el autor propone que “cualquiera pueda votar a favor o en contra del contenido – del post enviado por cualquiera – y que haya un comité que es el que toma la decisión de lo que se publica o no. Cada vez que se emite un voto a favor o en contra, hay una pequeña posibilidad de que el comité decida. Cuando el comité decide, si lo hace por la publicación del post, los que votaron a favor reciben una recompensa y los que votaron en contra una penalización: este “mecanismo estimula a los participantes a tratar de predecir los juicios del comité”. 

Semejante, dice el autor, es obligar al que vota a favor de una decisión a comprar unas ficha al precio que tenga en el momento de comenzar la decisión, de manera que si la decisión es finalmente adoptada, se enriquecerá porque el valor de la ficha habrá aumentado y viceversa.

Estos sistemas de gobernanza impiden la colusión porque separan a los votantes de los que toman las decisiones. Pero, como dice el autor, se limitan a reforzar la eficacia de un sistema – el comité, los representantes elegidos por votación – que ya de por sí impide razonablemente la colusión.

Otra técnica para reducir los efectos perversos de la regla de la mayoría y maximizar la producción de bienes públicos, es impedir que una misma persona pueda ocupar varias posiciones. Un hombre un voto es la regla en las elecciones políticas – se prohíbe la compra de votos – y es la regla también en las asociaciones. En las sociedades de capital, sin embargo, se pueden acumular posiciones mediante la compra de acciones o participaciones. De esta forma, un individuo puede alcanzar la mayoría y distribuir los resultados en su beneficio. A la compra de votos se equipara el soborno a los otros miembros para que voten en el sentido preferido por el más rico. Para asegurar el cumplimiento de la regla “un hombre, un voto” puede crearse un mecanismo identificador del individuo “infalsificable” e intransferible. Me contaron el otro día que los transportistas de Glovo alquilan su posición a amigos o colegas que necesitan sacarse unos euros trabajando un fin de semana. Si es así, sería un incentivo más de Glovo para no contratar laboralmente a sus transportistas. Pero significaría también que Glovo podría contratar a más transportistas y retener la renta que ahora va al cedente.

Vitalik Buterin, On Collusion, 2019

El pengö y la hiperinflación



Tamás Lossonczy contó en sus memorias su experiencia con la hiperinflación desatada en Hungría tras la 2ª guerra mundial y provocada por las nuevas autoridades comunistas en la primavera de 1946:
Ayer a las 10 de la mañana fui al Ministerio de Cultura a recoger el dinero que me habían pagado por una pintura mía que habían comprado para el museo. El acuerdo era de 10 gramos de oro. Le pregunté por el precio del oro a un joyero de camino. Por la mañana, un gramo de oro valía 190-200 mil millones de pengö. Un dólar era 170 mil millones de pengö.... para las 2 p.m. el precio del oro había subido a 280 mil millones y el dólar a 260 mil millones. Yo quería usar el dinero para poner cristal en las ventanas del estudio, que costaba 11 dólares, que según el tipo de cambio de ayer a mediodía equivalía a 2 billones 860.000 millones, por lo que tendría una pérdida de 860.000 millones.
Como el dinero no valía nada, reapareció el trueque y Lossonczy recuerda que un cuadro suyo se vendió por “veinte kilos de harina”. En agosto de 1946, el pengö fue sustituido por el forint a una relación de cambio de 400.000 trillones de pengö por cada forint.

Anne Applebaum, Iron Curtain p 239-240

Los efectos de la imprenta


Tras la aparición de la imprenta,
el precio bruto de los libros cayó un 2,4% al año durante más de un centenar de años después de Gutenberg. Teniendo en cuenta de las diferencias de contenido y de la características físicas de los libros, tales como como el formato, las ilustraciones y el uso de múltiples colores de tinta, los precios cayeron en 1,7% anual. 
Estas disminuciones de precio indican tasas modernas de crecimiento de la productividad y constantes caídas reales en el precio de los almacenar y transmitir ideas. Sobre estos años, la proporción de libros escritos en el idioma local, esto es, en las lenguas vernáculas aumentaron dramáticamente. En el los primeros años de impresión, casi todos los libros estaban en latín; a finales del siglo XVI, se escribían tanto libros populares como académicos en la lengua vernácula. 
Tras la introducción de la imprenta, los salarios de los profesores universitarios aumentaron drásticamente. Por ejemplo, antes de la imprenta, la paga de los profesores en una universidad italiana era en promedio 70-90% más alto que la de trabajadores cualificados, pero el profesor medio ganaba lo mismo que un trabajador calificado. La imprenta se extendió a Roma a finales de la década de 1460 y a otras ciudades italianas en la década de 1470… tras la extensión de la imprenta, los sueldos de los profesores aumentaron drásticamente. 
Si bien el precio general de los libros en Europa se redujo de manera constante, en lugares donde hubo un aumento de la competencia entre impresores, los precios cayeron rápida y drásticamente. Así, cuando una imprenta adicional entraba en un determinado mercado local, los precios de los libros caían un 25%. Las disminuciones de precios asociadas con el desplazamiento de monopolio a tener múltiples empresas en un mercado era aún mayor. 
La competencia de precios llevó a los impresores a competir en dimensiones distintas de los precios, en particular vía diferenciación de productos. Esto tendrá implicaciones para la difusión de las ideas. 
Una gran cantidad de investigaciones históricas sugiere que la imprenta jugó un papel absolutamente central en la difusión del protestantismo y, más ampliamente, en el fomento de la competencia religiosa..... En las ciudades en las que había varios impresores que competían entre sí justo antes de la llegada de Martín Lutero, las ideas protestantes se difundieron más. 
Las ciudades con mercados de medios de comunicación más competitivos, y donde las ideas protestantes se difundían con mayor frecuencia, tenían más probabilidades de adoptar cambios legales formales, iniciando nuevos compromisos con la educación pública y la provisión de servicios públicos. 
Los primeros textos matemáticos impresos en Europa fueron "aritmética mercantil", (contabilidad) que proporcionaba instrucción a los comerciantes. Con la impresión, surgió una literatura de formación empresarial que redujo los costes del conocimiento para los comerciantes. Las innovaciones clave fueron las matemáticas aplicadas, las técnicas contables y los sistemas de pago sin efectivo.

Jeremiah Dittmar, Europe's transformation after Gutenberg: the impact of new media and competition March 2019


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Comercio marítimo en el Mediterráneo de la Edad Antigua


Rosa Bonheur
La navegación marítima en el Mediterráneo comenzó en sociedades de cazadores-recolectores alrededor de 10.000 BCE. Sabemos que los humanos comenzaron a colonizar islas en esa época (Broodbank, 2006). También movieron obsidiana, una roca volcánica, a distancias considerables. Con la llegada de la vela. 3.000 a.C., el transporte marítimo tenía una ventaja considerable en términos de coste sobre el transporte terrestre. Las redes comerciales regionales crecieron en importancia en el Mediterráneo durante los siguientes dos milenios. Pero la mayor parte de esta navegación era de cabotaje…

Sólo a partir de alrededor del año 900 a. C.,m los fenicios y otros navegantes empiezan a cruzar sistemáticamente el Mediterráneo de forma habitual. Una densa red comercial comenzó a surgir, y en vísperas de la edad clásica, el Mediterráneo era constantemente entrecruzado por fenicios, griegos y otros pueblos navegantes. Esto es, el comercio se expandió a una escala muy superior a lo que habían visto los milenios anteriores. El ratón casero es una señal de la magnitud de esta expansión. Originaria del sudeste asiático, esta especie llegó a la costa este del Mediterráneo alrededor del año 12.000 a.C. Desde allí, lentamente alcanzó el sur de la Anatolia y el noreste de África durante los siguientes 10.000 años. Para el año 1.000 a.C., apenas se había extendido a Grecia. Luego, con el la intensificación de las conexiones marítimas entre el Mediterráneo, el ratón rápidamente apareció por todo el centro y el oeste del Mediterráneo (Cucchi et al, 2005).

Medimos el crecimiento por la presencia de yacimientos arqueológicos de asentamientos o urbanizaciones. Encontramos una relación positiva intensa entre la conectividad y los emplazamientos arqueológicos. El efecto de las conexiones en el crecimiento en la Edad de Hierro del Mediterráneo es hasta dos veces más grande que los efectos que Donaldson y Hornbeck (2016) encontraron para los ferrocarriles estadounidenses. Aunque es poco probable que estos resultados sean directamente comparables, las magnitudes sugieren un papel importante para el comercio incluso en una coyuntura tan temprana de la historia.

Los efectos de las conexiones alcanzan su punto máximo alrededor del año 500 a.C. y luego se debilitan. Esto puede deberse a la aparición de nuevos asentamientos entre 900 y 500 a.C. en las localidades mejor conectadas. A medida que la densidad de las ciudades crecía, se fundan nuevas ciudades en ubicaciones relativamente peor conectadas, ya que las mejores ya estaban ocupadas. Estas ciudades, sin embargo, persisten.

Jan David Bakker, Stephan Maurer, Jörn-Steffen Pischke and Ferdinand Rauch, Trade and growth in the Iron Age March 2019

Contrarius consensus


Peter B Campbell, Palazzo Alltemps

“Prout quidque contractum est, ita et solvi debet: ut, cum re contraxerimus, re solvi debet: veluti cum mutuum dedimus, ut retro pecuniae tantundem solvi debeat. Et cum verbis aliquid contraximus, vel re vel verbis obligatio solvi debet, verbis, veluti cum acceptum promissori fit, re, veluti cum solvit quod promisit. Aeque cum emptio vel venditio vel locatio contracta est, quoniam consensu nudo contrahi potest, etiam dissensu contrario dissolvi potest”
D. 46.3.80 Pomponio iv ad Q. Mucium:

(“De la manera que se contrató alguna cosa debe ser resuelto el contrato, de suerte que, cuando se haya contratado mediante una cosa, se debe pagar con la cosa, como, cuando hayamos dado en mutuo, se debe devolver otra tanta cantidad. Y cuando contratamos verbalmente alguna cosa, la obligación se debe disolver ó con la cosa, ó verbalmente; verbalmente, como cuando al promitente se le da por pagado[;] con la cosa, como cuando entrega lo que prometió. Igualmente, cuando se contrato compra, ó venta, o locación, como quiera que se pueden contratar por el nudo consentimiento, se pueden disolver también por el disentimiento contrario”: trad. de D.I. García del Corral, Cuerpo del Derecho Civil Romano, Digesto, iii, Barcelona, 1889, 613).
En efecto, el ‘contrarius consensus’ nace como respuesta a la exigencia de dar por terminados los contratos consensuales por el mutuo acuerdo de las partes y bajo el respeto de los principios de la praxis romana. Por el hecho de que los contratos consensuales surgieran en el ámbito del comercio internacional, el tráfico no les permitía ser simplemente considerados como contratos de ejecución inmediata sino como de ejecución futura, y por eso, entre el momento de su celebración y ejecución, podían cambiar las circunstancias, de modo que las partes desearan darlo por terminado. Así por ejemplo, en el caso de la compraventa, su función no consistía en el mero cambio de cosa por precio, sino también en el acuerdo de hacer en el futuro un intercambio que a las partes no les convenía ejecutar en el momento de la celebración del contrato; y era por lo tanto probable que los supuestos de hecho con base en los cuales el vendedor o el comprador habían convenido una emptio venditio cambiasen, y en consecuencia surgiese el deseo mutuo de dar por terminado el contrato anteriormente celebrado, para lo cual se debía usar la figura que sirviese para tales fines sin violar la regla de simetría… se recuerda que la obligación arcaica no se extinguía como efecto directo del cumplimiento de las obligaciones a cargo del deudor, sino que era necesaria la intervención de un acto idéntico en la forma al que había creado la obligación, y dirigido a extinguirla… De ahí que, una vez reconocida la fuerza obligatoria de los contratos fundados en el mero consenso, sin formalismo alguno, era natural que la ejecución de las obligaciones nacidas del contrato pudiese resolver el vínculo, y que, en aquellos casos en los que se quisiese la resolución sin ejecución de las prestaciones, el mero consentimiento de las partes fuese válido para eliminar el fundamento del vínculo contractual… 
...el ‘contrarius consensus’ era un caso particular, pues como era un pacto celebrado posteriormente a la celebración del contrato, no se le aplicaba la disciplina propia de los pactos ex intervallo y por consiguiente su aplicación era ipso iure. Esto era debido a que, por una parte, representaba el consentimiento de las partes dirigido a la extinción del vínculo obligacional y al cual el pacto hacía referencia; y por la otra, a que ese pacto, al tener su eficacia en los bonae fidei iudicium, configuraba el contenido del contrato con los elementos que las partes le insertaban y por ello determinaba su verdadero alcance, el cual, en este caso, era la terminación del contrato…
Así pues, del análisis de D. 18.5.3 Paulus Libro xxxiii ad Edictum se infiere un concepto unitario del ‘contrarius consensus’ como un pactum conventum con su respectiva función resolutiva del acto constitutivo del contrato consensual y una específica tutela procesal negativa característica de los pactos. La diferencia en la estructuración de la figura en dicho fragmento radica en el otorgamiento de sus efectos, ope exceptionis o ipso iure, respecto al contrato. En efecto, se deduce que Juliano entiende el ‘contrarius consensus’ como un pacto al sostener que la tutela judicial que le corresponde a la resolución consensual del contrato es una exceptio pacti con el fin de repeler la acción de compra interpuesta por el comprador contra el vendedor; por su parte, Paulo no refuta el carácter de pacto del ‘contrarius consensus’ sino que simplemente se concentra en el tema de los efectos, y por ello afirma que eliminar el vínculo obligatorio principal extingue todo aquello que sea propio de la relación contractual, como son las garantías; esto es, entiende los efectos del pacto sobre el oportere ex fide bonae
la resolución del contrato consensual por mutuo acuerdo de las partes, a partir del análisis casuístico propio del derecho romano, está demarcada por la exigencia de que no hayan sido ejecutadas las prestaciones que emanan del contrato, el equilibrio del vínculo contractual y la pérdida de la cosa. 
… la exigibilidad de la res integra hace que exista una coherencia del ‘contrarius consensus’ respecto al sistema contractual romano pues, al ser considerada la resolución consensual del contrato como un pactum, solo puede tutelarse judicialmente mediante una exceptio, y no por medio de una actio, que solo se concede a los contratos. Entonces, permitir que las prestaciones se ejecuten y luego celebrar un acuerdo resolutorio sobre el contrato ejecutado, por ejemplo mediante una datio a una de las partes, podría generar alguna situación obligacional posterior, y por lo tanto la posibilidad de que del pacto resolutorio nazcan acciones dirigidas a la restitución de aquello que fue dado por una de las partes, lo cual va en contra, se repite, de la regla consistente en que de un pacto no se produce acción sino excepción… 
...de la ejecución de las prestaciones del contrato deriva un estado de cosas definitivo en el mundo externo: la extinción de las obligaciones que surgen del contrato debido al pago y el cumplimiento de lo acordado en el contrato. Por lo anterior, el ‘contrarius consensus’ no podría oponerse contra un crédito ya extinguido 


sábado, 6 de abril de 2019

La segunda revolución industrial: las economías de escala y alcance y el logro de una eficiencia productiva elevada


Oporto, Elena Alfaro
Un nuevo tipo de empresa industrial apareció repentinamente en las dos últimas décadas del siglo XIX. A lo largo del siglo XX, estas empresas se crearon y continuaron creciendo de manera muy similar, y continuaron agrupándose en los sectores con las mismas características. Estas empresas industriales aparecieron por primera vez cuando las modernas redes de transporte y comunicaciones se completaron -redes que a su vez fueron construidas, operadas, ampliadas y coordinadas por grandes empresas jerárquicamente organizadas. En la década de 1880, los nuevos sistemas de ferrocarriles, telégrafos, buques de vapor y cables hicieron posible el flujo constante y programado regularmente de bienes e información, en un volumen sin precedentes, a lo largo y ancho de la economía nacional e internacional. Nunca antes los fabricantes podían hacer pedidos de grandes volúmenes y confiar en que su entrega se realizaría en el plazo de, digamos, una semana; ni tampoco podían prometer a sus clientes entregas a escala semejante en una fecha determinada. El potencial para una mayor velocidad y volumen de producción de bienes generó una ola de innovaciones tecnológicas que se extendió por Europa occidental y los Estados Unidos durante las últimas décadas del siglo XIX, creando lo que los historiadores han llamado propiamente la Segunda Revolución Industrial... protagonizada por los productos químicos, equipos eléctricos, maquinaria ligera y pesada y metalurgia
La más revolucionaria de las nuevas tecnologías fue la que generaba y transmitía electricidad para el alumbrado, la automoción urbana y la energía industrial. Estas nuevas industrias impulsaron el crecimiento económico y desempeñaron un papel fundamental en la rápida transformación de las economías comerciales, agrarias y rurales hacia economías modernas e industriales urbanas. Las empresas de nueva creación que crearon y expandieron estas industrias casi inmediatamente comenzaron a competir en los mercados internacionales. 
Estas ventajas potenciales en cuanto a costos no podrían realizarse plenamente a menos que se mantuviera un flujo constante de materiales a través de la planta o fábrica para asegurar una utilización efectiva de la capacidad... 
Durante la década de 1880, el Standard Oil Trust de John D. Rockefeller concentró su refino de queroseno en tres nuevas e importantes refinerías con capacidad para procesar 6.500 barriles diarios lo que redujo los costes unitarios de casi 2,5 céntimos de dólar en 1880, año en el que las plantas más grandes contaban con una capacidad de entre 1.500 y 2.000 barriles diarios, a 0,45 céntimos de dólar en 1885. Esta reducción permitió que el queroseno fabricado en Estados Unidos por Standard Oil superara en ventas a sus competidores en el mercado europeo, utilizando petróleo ruso, y en los mercados asiáticos, utilizando petróleo de las Indias Orientales. Su sucesor directo, Exxon, sigue siendo la compañía petrolera más grande del mundo. En cuanto a las economías de alcance, tres empresas alemanas -Bayer, BASF y Hoechst, aún hoy, más de un siglo después, las tres empresas químicas más grandes del mundo, redujeron el coste de un solo colorante, la alizarina, de cerca de 200 marcos por kilogramo a principios de la década de 1870, a 23 marcos en 1878, y a 9 marcos para 1886. En la década de 1890, estas empresas concentraron su producción en una o dos gigantescas fábricas en la ribera del Rin, en las que las materias primas traídas por el agua y el ferrocarril se transformaban en una variedad de productos químicos intermedios que, a su vez, se transformaban en centenares de colorantes y productos farmacéuticos acabados diferentes. La adición de cada nuevo colorante o fármaco añadía poco a los costes totales de producción, lo que permitía reducir los costes unitarios de cada colorante y fármaco en mucha mayor medida que sus competidores más pequeños... 
El crecimiento hacia nuevos mercados de productos era más complejo que la expansión al extranjero, porque casi siempre requería nuevas inversiones en activos físicos y humanos complementarios. Es decir, requería la creación de nuevas capacidades... La expansión hacia mercados de productos relacionados se produjo en primer lugar en las industrias basadas en la ciencia... para explotar las economías de alcance en la producción y la investigación y desarrollo.
Sin embargo, la inversión en instalaciones de producción lo suficientemente grandes como para explotar estas ventajas no era en sí misma suficiente... se realizaron otras dos series de inversiones. Los empresarios que organizaron estas empresas crearon organizaciones nacionales y luego internacionales de comercialización y distribución...  
 La inversión tripartita de los "pioneros", como yo los llamo, proporcionó una base sobre la cual los directivos y trabajadores aprendieron el potencial de las nuevas tecnologías y las formas de mejorar los procesos de producción y distribución. Los nuevos entrantes tenían que construir plantas de tamaño comparable y hacerlo después de que los pioneros ya hubieran empezado a corregir los errores en los nuevos procesos de producción. Los aspirantes tenían que crear redes de distribución y venta para captar clientes en los mercados en los que ya se habían establecido las empresas pioneras. Tenían que contratar equipos de gestión para competir con los que ya se encontraban en la parte baja de la curva de aprendizaje en sus actividades especializadas de producción, distribución e investigación y desarrollo (en las industrias tecnológicamente avanzadas). Aparecieron tales aspirantes, pero en pequeño número... Por ejemplo, en el caso de los productos colorantes, las empresas que usaban esos tintes en su producción de telas, cuero, papel y otros materiales, tenían que aprender a aplicar los nuevos productos. Por ejemplo, cuando Bayer había terminado de construir sus fábricas en Leverkusen, tenía una fuerza de ventas de químicos cualificados que trabajaban en todo el mundo con más de 20.000 clientes... lo que permitió a Bayer distribuir sus productos en todo el mundo y derrotar a la industria inglesa...  una década después de la construcción de la primera central eléctrica de Thomas Edison en 1882 en Nueva York, dos empresas en los Estados Unidos (General Electric y Westinghouse) y dos en Alemania (Siemens y Allgemeine Elektricitäls Gellschaft, AEG) habían realizado las inversiones en producción, distribución y gestión para explotar economías de escala y de alcance en la construcción de maquinaria eléctrica. Nada comparable ocurrió en Gran Bretaña, a pesar de que Sir William Mather, socio principal de Mather & Platt, uno de los más grandes fabricantes británicos de maquinaria textil, había obtenido las patentes de Edison al mismo tiempo que Emil Rathenau en AEG... En el breve período comprendido entre 1925 y la embestida de la Gran Depresión, los conocimientos y habilidades adquiridos por las empresas alemanas en materia de productos químicos, equipos eléctricos, maquinaria y metales permitieron a las empresas alemanas recuperar en 1929 su posición anterior en los mercados mundiales (que habían perdido como consecuencia de su derrota en la Primera Guerra Mundial)...
 En las nuevas y transformadas industrias oligopolísticas de capital intensivo, las empresas pioneras y los nuevos entrantes compitieron vigorosamente por una cuota de mercado en los mercados nacionales e internacionales. Aunque los precios de los productos seguían siendo un arma competitiva importante, estas empresas competían aún más enérgicamente a través de la eficiencia funcional y estratégica: es decir, llevando a cabo procesos de producción y distribución con mayor capacidad; mejorando tanto los productos como los procesos a través de la investigación y el desarrollo sistemáticos; localizando fuentes de suministro más adecuadas; prestando servicios de comercialización más eficaces; diferenciando los productos (en los productos de marca envasados, principalmente a través de la publicidad); y entrando con mayor rapidez en los mercados en expansión y saliendo de los mercados en declive. En este clima de competencia oligopolística, la cuota de mercado y los beneficios cambian constantemente... 
Esta competencia por las cuotas de mercado impidió que los oligopolios se convirtieran en monopolios. El aprendizaje acumulativo acentuado por tal competencia oligopolística creó capacidades organizativas que se convirtieron en poderosas barreras para la entrada de nuevos competidores. Tales capacidades explican la persistencia a largo plazo de la rentabilidad de los mismos actores durante décadas. Estas capacidades y las ganancias no distribuidas se convirtieron en la base de su crecimiento continuo.
Las empresas crecieron hacia arriba para controlar los materiales y hacia abajo en la cadena de producción para controlar los puntos de venta (integración vertical); pero.... para la mayoría, la estrategia continua de crecimiento a largo plazo fue la expansión hacia nuevos mercados geográficos o de productos. El traslado a zonas geográficamente distantes se basaba normalmente en las ventajas competitivas que aportaban las capacidades organizativas aprendidas gracias a la explotación de las economías de escala. Los movimientos hacia los mercados de productos relacionados se basaban más en las capacidades desarrolladas a partir de la explotación de las economías de alcance
El desarrollo de capacidades organizativas es el resultado de la resolución de problemas relacionados con la ampliación de los procesos de producción, la adquisición de conocimientos sobre las necesidades de los clientes y la modificación de los productos y procesos en función de las necesidades de los clientes, el conocimiento de la disponibilidad de suministros y la fiabilidad de los proveedores, y el conocimiento de las formas de contratación y formación de los trabajadores y los directivos..... De estas habilidades, las más críticas fueron las de los altos ejecutivos....  Las habilidades y el conocimiento eran específicos de cada empresa y de cada industria. No eran, por supuesto, patentables. Eran difíciles de transferir de una industria a otra o incluso de una empresa a otra, precisamente porque se habían aprendido en un contexto organizacional muy específico. 
La creación, el mantenimiento y la expansión de estas capacidades permitieron a las empresas estadounidenses y alemanas en las dos décadas anteriores a la Primera Guerra Mundial expulsar a los competidores británicos de los mercados internacionales, e incluso del mercado nacional británico, en la mayoría de las industrias de capital intensivo de la Segunda Revolución Industrial... y permitieron a las empresas alemanas recuperar rápidamente su posición en los mercados mundiales tras una década de guerra, derrota e inflación entre 1914 y 1924, y volver en los años cincuenta tras una guerra mucho más devastadora.
Si la unidad de análisis es la empresa y no la transacción - como cree Williamson -, entonces la naturaleza específica de las infraestructuras y capacidades de la empresa se convierte en el factor más importante a la hora de determinar lo que se hará en el seno de la empresa y lo que se hará en el mercado. Por ejemplo, las nuevas industrias intensivas en capital tenían una necesidad mucho mayor de supervisar el rendimiento de alto nivel que las antiguas industrias intensivas en mano de obra. Por lo tanto, las empresas de las industrias con uso intensivo de capital internalizaron la distribución, mientras que las de las industrias con uso intensivo de mano de obra siguieron dependiendo de distribuidores independientes... Además, la presión para internalizar en las industrias intensivas en capital variaba de una industria a otra.. 
Las rutinas aprendidas son las que se refieren a la producción, distribución y comercialización, la obtención de suministros, la mejora de productos y procesos, y el desarrollo de otros nuevos. Aún más importantes son las rutinas adquiridas para coordinar estas actividades. También son esenciales para responder a los movimientos de los competidores, para llevar a cabo el largo, costoso y arriesgado proceso de entrar en nuevos mercados y para adaptarse al entorno económico, social y político en constante cambio... las capacidades organizativas permitían a la empresa ser más que la suma de sus partes. Los individuos van y vienen, la empresa permanece...
Por lo tanto, sus fundadores se encontraban bajo una presión mayor que los de otras industrias para asegurarse un flujo continuo de insumos y un mercado relativamente seguro para su gran producción... Las consideraciones relativas a los costes de transacción desempeñaron un papel importante en la determinación del grado de integración vertical, pero el empuje inicial de estas empresas hacia integrar la distribución en su seno  se debió a que, a menudo, los proveedores y distribuidores no tenían ni el conocimiento suficiente de las productos nuevos y complejos ni las instalaciones necesarias para manipularlos de manera eficiente... En el caso de la maquinaria ligera producida en grandes cantidades, incluyendo maquinaria agrícola, de confección y de negocios (y un poco más tarde automóviles), las empresas crearon redes de distribución mayorista (pero no minorista que confiaban a concesionarios o distribuidores independientes). En estas industrias, los servicios de montaje, reparación y otros servicios de comercialización eran tan esenciales como en el caso de la maquinaria pesada, pero menos complejos... Por lo tanto, el análisis de costes de transacción es de gran valor para analizar por qué las grandes empresas manufactureras rara vez entraban en la venta al por menor, y por qué los grandes distribuidores - cadenas de tiendas - de masas rara vez fabricaban. Sin embargo, dado que esos costes variaban en función de las instalaciones y los conocimientos específicos, así como de las necesidades de las partes que intervienen en la reducción de esos costos de información, los cambios derivados de la internalización o externalización de las actividades pueden comprenderse mejor en el contexto de las capacidades organizativas de las empresas... Una vez que un número considerable de proveedores proporcionaba esos bienes, disminuyó la necesidad de integración vertical... 
Las características tecnológicas básicas de una industria en la que las empresas operaban en el momento de las inversiones en el extranjero eran más importantes que los costes de información para determinar el número y la ubicación de las plantas que se construían en el extranjero.
Alfred D. Chandler, Organizational Capabilities and the Economic History of the Industrial Enterprise, Journal of Economic Perspectives 6 (1992), 79–100

viernes, 5 de abril de 2019

Canción del viernes y nuevas entradas en el Almacén de Derecho, Fleetwood Mac - Little lies

jueves, 4 de abril de 2019

La reforma de la Directiva de cláusulas abusivas y la de prácticas comerciales desleales


El texto de la propuesta se encuentra aquí.

Las enmiendas a la directiva 93/13/EEC son bastante limitadas y se refieren sobre todo a las sanciones, es decir, ordena a los Estados miembro que establezcan sanciones administrativas contra las empresas que usen cláusulas abusivas cuando concurra dolo o culpa en su utilización.

También se incluyen los contratos en los que el usuario no paga con dinero si no con acceso a sus datos. Se enmienda la directiva 2011/83/EU para incluir en su ámbito estos contratos (cuentas de correo electrónico, redes sociales, nube, etc.).

Algunos párrafos de la propuesta de Directiva traducidos
Para garantizar que las autoridades de los Estados miembros puedan imponer sanciones efectivas, proporcionadas y disuasorias en relación con las infracciones generalizadas de la legislación en materia de consumo y con las infracciones generalizadas de dimensión comunitaria que sean objeto de una investigación y aplicación coordinadas de conformidad con el Reglamento (UE) 2017/2394, deben introducirse multas como elemento de las sanciones por dichas infracciones. Con el fin de garantizar la disuasión de las multas, los Estados miembros deben fijar en su legislación nacional el importe máximo de la multa por dichas infracciones en un nivel que represente al menos el 4% del volumen de negocios anual del comerciante en el Estado miembro o los Estados miembros de que se trate… el comerciante (a los efectos de la multa) también puede ser un grupo de sociedades 
En particular, las autoridades administrativas o los tribunales nacionales podrían imponer sanciones cuando se establezca el carácter abusivo de las cláusulas contractuales, incluso sobre la base de procedimientos judiciales iniciados por una autoridad administrativa. Los tribunales o las autoridades administrativas nacionales también podrían aplicar sanciones cuando el comerciante utilice cláusulas contractuales que se definan expresamente como abusivas en cualquier circunstancia con arreglo a la legislación nacional, así como cuando el comerciante utilice una cláusula contractual que haya sido declarada abusiva por una decisión final vinculante… 
Los Estados miembros podrían decidir que las autoridades administrativas también tienen derecho a establecer el carácter abusivo de las cláusulas contractuales. Los tribunales o las autoridades administrativas nacionales también podrían aplicar la sanción mediante la misma decisión por la que se establece el carácter abusivo de las cláusulas contractuales. Corresponde también a los Estados miembros establecer los mecanismos adecuados de coordinación de cualquier acción a nivel nacional en materia de recursos y sanciones individuales… 
Debe añadirse un nuevo punto al anexo I de la Directiva 2005/29/CE para dejar claro que deben prohibirse las prácticas en las que un comerciante facilite información a un consumidor en forma de resultados de búsqueda en respuesta a la consulta de búsqueda en línea del consumidor sin revelar que se trata de publicidad pagada o que ha habido un pago específico para lograr una mejor clasificación de los productos dentro de los resultados de la de la búsqueda. Cuando un comerciante haya pagado directa o indirectamente al proveedor de la función de búsqueda en línea por una mejor clasificación de un producto dentro de los resultados de la búsqueda, el proveedor de la función de búsqueda en línea debe informar a los consumidores de ello de forma concisa, fácil e inteligible. El pago indirecto podría consistir en un aumento de la comisión por transacción, así como en diferentes sistemas de compensación que conduzcan específicamente a una clasificación más alta. Los pagos por servicios generales, como las tarifas de cotización o las suscripciones de los miembros, que abordan una amplia gama de funcionalidades ofrecidas por el proveedor de la función de búsqueda en línea al comerciante, no deben considerarse un pago por lograr específicamente una clasificación más alta de los productos, a condición de que tales pagos no se dediquen a lograr una clasificación más alta. La funcionalidad de búsqueda en línea puede ser proporcionada por diferentes tipos de comerciantes en línea, incluidos los intermediarios, como los mercados en línea, los motores de búsqueda y los sitios web de comparación. 
La Directiva 2011/83/UE ya se aplica a los contratos de suministro de contenidos digitales que no se suministran en un soporte tangible (es decir, el suministro de contenidos digitales en línea), independientemente de que el consumidor pague un precio en dinero o facilite datos personales. En cambio, la Directiva 2011/83/UE sólo se aplica a los contratos de servicios, incluidos los contratos de servicios digitales, en virtud de los cuales el consumidor paga o se compromete a pagar un precio. Por consiguiente, esta Directiva no se aplica a los contratos de servicios digitales en virtud de los cuales el consumidor proporciona datos personales al comerciante sin pagar un precio. Dadas sus similitudes y la intercambiabilidad de los servicios digitales de pago y de los servicios digitales prestados a cambio de datos personales, deben estar sujetos a las mismas normas en virtud de la Directiva 2011/83/UE)… 
Los comerciantes pueden personalizar el precio de sus ofertas para consumidores específicos o categorías específicas de consumidores sobre la base de una toma de decisiones automatizada y de un perfil del comportamiento de los consumidores que permita a los comerciantes evaluar el poder adquisitivo de los consumidores. Por lo tanto, los consumidores deben ser informados claramente cuando el precio que se les presenta se personaliza sobre la base de una decisión automatizada, de modo que tengan en cuenta los riesgos potenciales en su toma de decisiones. Por consiguiente, debe añadirse a la Directiva 2011/83/UE un requisito específico de información para informar al consumidor cuando el precio se personalice sobre la base de una toma de decisiones automatizada. Este requisito de información no debe aplicarse a técnicas tales como la fijación de precios "dinámicos" o "en tiempo real" que impliquen modificar el precio de manera muy flexible y rápida en respuesta a las demandas del mercado, cuando no impliquen una personalización basada en la toma de decisiones automatizada… 
cuando los comerciantes den acceso a las reseñas de los consumidores sobre los productos, deben informar si existen procesos o procedimientos para garantizar que las reseñas publicadas proceden de consumidores que han comprado o utilizado los productos 
Debe prohibirse a los comerciantes revender a los consumidores entradas para eventos culturales y deportivos que hayan adquirido utilizando programas informáticos como los "bots".

La Directiva 2005/29/CE debe modificarse para garantizar la seguridad jurídica, tanto para los comerciantes como para las autoridades encargadas de la aplicación de la legislación, abordando explícitamente la comercialización de un producto idéntico al que se comercializa otros Estados miembros, en los que esa composición o características son significativamente diferentes.
 
La presente Directiva no debe afectar al Derecho nacional en el ámbito del Derecho contractual en lo que respecta a los aspectos del Derecho contractual que no estén regulados por la presente Directiva. Por consiguiente, la presente Directiva debe entenderse sin perjuicio de la legislación nacional que regula, por ejemplo, la celebración o la validez de un contrato en casos como la falta de consentimiento o la actividad comercial no autorizada…
La redacción del nuevo artículo 8 b de la Directiva de cláusulas abusivas es la siguiente:
1. Los Estados miembros determinarán el régimen de sanciones aplicable a las infracciones de las disposiciones nacionales adoptadas en aplicación de la presente Directiva y adoptarán todas las medidas necesarias para garantizar su aplicación. Las sanciones previstas deberán ser efectivas, proporcionadas y disuasorias. 
2.Los Estados miembros podrán limitar dichas sanciones a las situaciones en las que las cláusulas contractuales se definan expresamente como abusivas en todas las circunstancias del Derecho nacional o en las que un vendedor o proveedor siga utilizando cláusulas contractuales que se hayan considerado abusivas en una decisión final adoptada de conformidad con el apartado 2 del artículo 7. 
3.Los Estados miembros velarán por que se tengan en cuenta los siguientes criterios no exhaustivos e indicativos a la hora de imponer sanciones, cuando proceda:(a) la naturaleza, gravedad, escala y duración de la infracción; (b) cualquier acción tomada por el vendedor o proveedor para mitigar o reparar el daño sufrido por los consumidores; (c) cualquier infracción previa por parte del vendedor o proveedor; (d) los beneficios financieros obtenidos o las pérdidas evitadas por el vendedor o proveedor debido a la infracción, si se dispone de los datos pertinentes; e) las sanciones impuestas al vendedor o al proveedor por la misma infracción en otros Estados miembros en casos transfronterizos cuando la información sobre dichas sanciones esté disponible a través del mecanismo establecido por el Reglamento (UE)2017/2394; f) cualquier otro factor agravante o atenuante aplicable a las circunstancias del caso. 
4.Sin perjuicio de lo dispuesto en el apartado 2, los Estados miembros velarán por que, cuando deban imponerse sanciones de conformidad con el artículo 21 del Reglamento (UE) nº 2017/2394, éstas incluyan la posibilidad de imponer multas a través de procedimientos administrativos o de incoar procedimientos judiciales por imposición de multas, o ambas cosas, cuyo importe máximo será al menos el 4 % del volumen de negocios anual del vendedor o proveedor en el Estado miembro o Estados miembros de que se trate. 
5.En los casos en que se imponga una multa de conformidad con el apartado 4, pero no se disponga de información sobre el volumen de negocios anual del vendedor o proveedor, los Estados miembros introducirán la posibilidad de imponer multas, cuyo importe máximo será de al menos 2 millones de euros....".

Título de experto en Corporate Governance y Operaciones de M & A




miércoles, 3 de abril de 2019

La normalización social de los extremistas por medio de su acceso a las instituciones


En este trabajo, el autor trata de “probar” la siguiente tesis: los extremistas de derechas (los que mantienen posiciones xenófobas (antiinmigración, nacionalistas, reaccionarias en materia de moral sexual y familiar) ocultan sus preferencias por temor a la sanción social, sobre todo en entornos donde es hegemónica una suerte de corrección política basada en los principios liberal-progresistas. Si, una vez más, Adam Smith tenía razón y los individuos actúan, no para maximizar sus ganancias per se, sino porque haciéndose ricos logran la consideración de sus conciudadanos, esto es, logran honor y reputación social, la preocupación por la consideración social de alguien que vota a un partido de extrema derecha ha de ser, necesariamente, una explicación potente de la conducta de los individuos en un entorno tan social como el de una elección política.

Pues bien, cuando los grupos políticos que representan estas preferencias reaccionarias acceden al parlamento, los votantes extremistas entienden dicho acceso como una “señal de aceptación” social de su ideología que lleva a estos votantes a considerar que la oposición social a sus ideas y preferencias se ha debilitado y, “en consecuencia, será más probable que manifiesten abiertamente su apoyo a la derecha radical”. Para probar tal hipótesis, el autor – dice – hay que distinguir entre los votantes que son de extrema derecha pero lo ocultan de los que no lo son y por eso no se muestran como tales. La estrategia del autor para separar a estos votantes entre sí pasa por analizar las encuestas poselectorales y la respuesta a la pregunta sobre el recuerdo de voto (¿A quién votó usted?). Si el partido de ultraderecha accedió al parlamento y el acceso al parlamento es, como dice el autor, una señal de respetabilidad social del voto a la ultraderecha, los niveles de recuerdo de voto deberían ser más elevados para el partido de ultraderecha que en el caso de que dicho partido no hubiera accedido al parlamento.

Aunque no quiero desarrollarlo aquí, sería interesante realizar un análisis semejante respecto de los votantes de partidos de extrema izquierda. Mi impresión es que la moral social hegemónica (las normas sociales “vigentes”)  no sanciona simétricamente las preferencias que se articulan en torno a los partidos de extrema izquierda lo que provoca que no haya “voto oculto” a dichos partidos ni que su acceso al Parlamento emita señal alguna de oposición de la Sociedad en general a las ideas defendidas por esos grupos. Si los partidos de la derecha radical son “norm defiers”, los partidos de la extrema izquierda no parecen serlo tanto lo que indicaría que las “normas sociales” hegemónicas están muy escoradas hacia la izquierda (p.ej.., en términos de restricción e incluso supresión de la libertad de empresa, trabajo y propiedad o en términos de establecer un sistema fiscal confiscatorio o con tipos elevadísimos para los que más ingresan o los que tienen más patrimonio o en términos de prohibición de titularidad privada de escuelas, universidades o medios de comunicación).

El resultado que permite al autor extraer la conclusión es el siguiente:
Los análisis muestran que, por cada diez individuos que votaron por un partido de la derecha radical, tres o cuatro más (dependiendo de la especificación del modelo) estaban dispuestos a decirle al entrevistador que lo habían hecho si el partido había logrado entrar en el parlamento por un margen estrecho que si no lo habían logrado por un margen estrecho.
Y lo que es más interesante
Los análisis también muestran que el efecto no se observa cuando se utiliza (para el análisis) a los partidos del centro-derecha. Además, el efecto no está impulsado por diferencias en las características sociodemográficas de los votantes que responden a las encuestas postelectorales después de que un partido de la derecha radical entre en el parlamento, y el efecto no está impulsado porque los partidos de derecha radical situados por encima del umbral sean más moderados que los partidos de derecha radical situados por debajo de dicho umbral.
Al fijarnos en los resultados de partidos que “por poco” entraron en el Parlamento o “por poco” no lo lograron, podemos estar relativamente seguros de que el efecto (decirle al entrevistador que habían votado por el partido de derecha radical) es debido a esa causa (el acceso al Parlamento) y, por tanto, concluir que el acceso al Parlamento “normaliza socialmente” a estos partidos. Sería interesante examinar el aspecto contrario: si el acceso al Parlamento desplaza hacia el “centro” a estos partidos, es decir, si les hace cambiar o ablandar sus postulados y propuestas.

El autor utiliza otras encuestas para confirmar su hipótesis que aprovechan si la entrevista se hacía cara a cara (“pública”), esto es, entre el entrevistador y el votante o no (privada) porque el votante contestaba al cuestionario en soledad. De nuevo se confirma que “la presencia de un partido de la derecha radical en el parlamento hace que los individuos informen que les gusta más el partido cuando la entrevista es pública que cuando es privada.

En fin, los resultados se confirman cuando se compara la disposición de los votantes de un partido de derecha radical a decir que han votado por él antes y después de que hubieran conseguido acceder al Parlamento. Se utilizan las encuestas a los votantes del UKIP británico.

¿Qué consecuencias se siguen para nuestro Vox? Que el acceso al Parlamento de Andalucía ha reducido el voto oculto a este partido en las próximas elecciones generales. De manera que cabe esperar que no haya una diferencia tan grande entre la intención de voto directa en las encuestas y el voto realmente emitido a su favor el día 28 de abril. ¿Tendrá algún efecto esta mayor “respetabilidad” de Vox sobre el volumen de voto oculto al PP? 

Otra consecuencia tiene que ver con el uso y la tolerancia de la violencia. Los partidos de la derecha radical han estado asociados tradicionalmente con el empleo de la violencia (quizá solo reactivamente pero decidiendo muy libremente cuándo puede uno reaccionar a un gesto que se interpreta como agresivo por parte de otros grupos) y ha llamado la atención, en el caso de Vox, que al margen de su propuesta para liberalizar la tenencia de armas, no se ha producido ningún incidente violento en el que hayan participado miembros de Vox. Es más, en los que se han producido, los militantes de Vox han sido víctimas de la violencia de los partidos de la izquierda radical. Que Vox es consciente de que la mayoría social sancionaría severamente cualquier cultura violenta se muestra en que – dice el autor – sus “votantes tienen incentivos para falsear sus preferencias” esto es, a decir lo que no piensan y no decir lo que piensan “para evitar la reacción de la Sociedad en general en su contra”. De manera que la interpretación conclusiva de su análisis es que 
la entrada en el parlamento de los partidos de derecha radical proporciona a los votantes de extrema derecha la señal necesaria para percibir que hay un número suficiente de (otros) ciudadanos que también están en desacuerdo con las normas sociales que sancionan la expresión de los puntos de vista de la derecha radical. Los umbrales electorales tienen una función de control de acceso. Tener un escaño en el parlamento significa que un partido es aceptado como un político legítimo. En consecuencia, la presencia parlamentaria de un partido de la derecha radical puede hacer que las personas que tienen preferencias de derecha radical las revelen con más tranquilidad”
Es decir, la entrada en el parlamento no significa solo que el votante de extrema derecha percibe que no está solo, sino que los que piensan como él ya no son unos parias sociales.

Valentim, Vicente, Into the Parliament and into the Mainstream: How Radical Right Parties Become Normalized (November 22, 2018).

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