miércoles, 11 de julio de 2018

martes, 10 de julio de 2018

La información social puede potenciar el conocimiento a pesar de inhibir el esfuerzo cognitivo


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Foto: EL PAIS, Obradoiro. Pórtico de la Gloria


O por qué el trabajo en equipo funciona y siempre hay uno que curra y otro que se aprovecha

Ya he advertido que traeré al blog algunos extractos más del libro “The Enigma of Reason” de Mercier y Sperber. La tesis central está explicada en trabajos previos de ambos y de algunos de ellos nos hemos hecho eco en el blog y en el Almacén. En su concepción, el razonamiento humano es una cualidad social. El razonamiento es un proceso que sirve al aprendizaje social y a mejorar las respuestas del grupo a los desafíos que plantea el entorno, o sea, maximiza la cooperación. De modo que la razón nos sirve para producir y evaluar argumentos lo que significa para justificarnos y refutar a los demás. Razonar es algo social.

En este proceso, la tarea de justificarnos se rige por la ley del mínimo esfuerzo: cuando percibimos algo que no nos cuadra – recuerden, el cerebro es una máquina de predecir – reaccionamos buscando intuitivamente – heurística – una explicación o justificación mínimamente “buena”. Sólo si el argumento es contradicho por otros miembros del grupo, nos esforzaremos en reforzarlo o lo desecharemos y aceptaremos la refutación. Y en grupo, el razonamiento florece y los grupos consiguen mejores soluciones a los problemas que los individuos por separado y aumentan notablemente su capacidad de predicción (amén de que reduce o elimina los sesgos que puedan sufrir los individuos, lo que es otra razón más para no preocuparse por ellos). Pero parece que lo que aprendemos, en buena medida, ni siquiera procede de nuestra heurística y razonamiento. Aprendemos de los demás mediante imitación selectiva.

O sea que, como ya dijera Joe Henrich, los humanos no somos tan listos, si se nos evalúa individualmente y por separado (acuérdense de lo del cerebro colectivo aunque no desconfíen de lo que puede hacer la inteligencia artificial) habríamos desaparecido de la faz de la tierra hace decenas de miles de años.

En este trabajo se explica un experimento para comprobar cómo interactúa el aprendizaje social y la capacidad de razonamiento – y, por tanto, de aprendizaje – individual. Los resultados son compatibles con lo que acabamos de explicar. Al parecer, si podemos “capturar” la información socialmente, no tenemos incentivos para producirla nosotros mismos. Como no hay comidas gratis, el aprendizaje social tiene un “pero”: la generalización de lo aprendido. Si nos lo dan sin esfuerzo, nuestra capacidad individual para hacer “inferencias útiles sobre el entorno” disminuirá. Y donde mayor será el problema es en la adquisición de conocimientos generalizables porque para adquirir estos, los individuos “deben procesar la información observada, generar hipótesis y comparar éstas con datos”. En lugar de hacer tal cosa, el individuo puede limitarse a copiar los comportamientos ajenos. Ese es el resultado de los experimentos previos: “la propagación de respuestas correctas y socialmente adquiridas no promovía el razonamiento analítico en los alumnos” pero esta tendencia puede quedar contrarrestada si se permite a los miembros del grupo interactuar verbalmente entre sí. Todos los experimentos con grupos demuestran que los resultados mejoran a los individuales tanto en resolver problemas como en realizar predicciones y que los miembros del grupo se aprovechan, a posteriori, individualmente de lo aprendido en el grupo.

¿Qué ocurre cuando los individuos pueden copiar, imitar, observar lo que hacen los otros pero no pueden interactuar verbalmente con los demás? Pues que los que resolvían el problema en grupo – socialmente – tenían mucho más éxito que los que lo resolvían individualmente. Pero si no se les permitía interactuar verbalmente, cuando se les hacía aplicar lo aprendido ahora individualmente, el rendimiento de los que habían aprendido socialmente era casi semejante a los que habían aprendido individualmente, de modo que

el hecho de que los que aprendían socialmente no fueran mucho más propensos a inferir la regla (generalizar) que los que aprendían individualmente a pesar de ser más exitosos durante la fase de prueba, sugiere que la exposición a la información social disminuyó el esfuerzo cognitivo de los que aprendían socialmente… los que aprendían socialmente invertían menos en procesar la información (para deducir la regla general) porque tenían pocos incentivos para tratar de inferir la regla durante la fase de aprendizaje social.

La razón: basta con que uno de los miembros del grupo haya inferido cuál es la regla que permite resolver el problema para que los demás se limiten a seguirle y aceptar la solución sin preocuparse por entender por qué esa solución “funciona”. Este razonamiento debería llevarnos a no pensar tan mal de los parásitos y aprovechateguis. En realidad, éstos pagan a los que resuelven el problema del grupo (“la imitación es la mayor expresión de halago”) y – si las interacciones son repetidas – pagan al que curra más en forma de reputación social. Por otro lado, el experimento, recuérdese, no incluía la interacción verbal.

¿Qué se deduce del experimento? Que

la inversión de esfuerzo que realizamos en extraer reglas generales (que podamos aplicar a futuros casos) viene determinada por una combinación del comportamiento adecuado socialmente con la minimización del esfuerzo cognitivo.

Los que aprenden en grupo no quieren aparecer ante los demás como gorrones o aprovechados pero no quieren gastar más neuronas de las imprescindibles. De forma que los menos inteligentes subcontratan su tarea a los mejor informados o más capaces del grupo. Y ni siquiera se molestan en tratar de entender por qué la solución propuesta por otro miembro del grupo “funciona”. Lo importante es que funcione. Recuerden lo de la opacidad causal.

Si las personas no adquirieran y ejecutaran conductas a menos que entendieran por qué son eficientes, las conductas exitosas que no son causalmente transparentes no persistirían. Al adquirir comportamientos que están correlacionados con el éxito / la eficiencia, aunque no entienden por qué funcionan, los que aprenden socialmente ayudan a que las soluciones exitosas se extiendan y aumentan la probabilidad de que otros miembros del grupo queden expuestos a ese comportamiento exitoso. Esto aumenta la probabilidad de que los comportamientos lleguen a personas más cualificadas (es decir, que entiendan por qué funcionan las soluciones) lo que, a su vez, refuerza la acumulación cultural.

La conclusión es que los beneficios de la especialización y la división del trabajo son extraordinarios. Dejemos que el listo resuelva el problema, ahorremos esfuerzo cognitivo y copiemos su solución y, a continuación, extendamos la buena nueva. Cuando otro listo la conozca, la mejorará y los imitadores tendremos una versión mejorada de la solución para copiar y extender aún más. Y mientras tanto, el no-tan-listo pero con mejores reflejos puede dedicarse a impedir que el tigre se coma al listo y a los demás aprovechados.


Maxime Derex/Robert Boyd, Social information can potentiate understanding despite inhibiting cognitive effort

(2018)

¿Cuáles son los problemas de España?

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Según el Informe que mide los avances en los Objetivos de Desarrollo Sostenible a nivel mundial, España está donde “le toca”. Un poco por debajo de la media europea. De la lectura de la ficha española se deduce que hay ámbitos respecto de los cuales no deberíamos preocuparnos –“prueba superada”-; ámbitos en los que España “progresa adecuadamente” y ámbitos en los que, claramente, “necesita mejorar”.


Pues bien, recibimos una “flecha verde” – que viene a significar “objetivos conseguidos” en Salud y Bienestar de la población, Igualdad sexual, agua corriente y alcantarillado, energía limpia y barata y acción contra el cambio climático. ¿Dónde salimos peor parados? Exclusivamente en Ayuda al Desarrollo, pobreza y desigualdad (Coeficiente Gini  y Palma ratio: el cociente entre el porcentaje del PIB en manos del 10 % más rico dividido por la proporción en manos del 40 % más pobre). En lo demás, “medianías”. Dentro de los demás grupos de indicadores, los sospechosos habituales emergen (paro juvenil, poca inversión en innovación etc).

Lo interesante es que, si juzgáramos por las cuestiones de las que hablan los periódicos y los políticos, parecería que los derechos de las mujeres y la pobreza energética son problemas serios en España. Quizá sea porque Sánchez & Calvo pueden ocuparse de esos problemas, que el informe considera inexistentes pero no puede hacerlo de los otros y muy graves que tiene la Sociedad española.

Calvo es peligrosa para la libertad y la salud pública. Porque le sobra determinación y le falta inteligencia

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Arellano, Peras y Manzanas, Museo del Prado

Dejen a Carmen Calvo el BOE durante un par de años y acabaremos en la situación norteamericana que tan bien ha descrito Mark Lilla. Esto no lo ha pensado bien la profesora de Constitucional de la Universidad de Córdoba:

las mujeres también tenemos derecho como ciudadanas, en un país democrático, a opinar y a proponer reformas que nos sean favorables en el orden del cumplimento de nuestras exigencias y seguridad.

Las mujeres no tienen un derecho específico a proponer nada. Ciudadanos libres e iguales de ambos sexos. Calvo está convirtiendo a las mujeres – más de la mitad de la población – en un grupo de presión. Allá ella. Ser mayoritario y convertirte en un grupo de presión es un poco estúpido, pero allá ella.

Yo debo reconocer que a Calvo la entiendo regulín. Emplea un lenguaje demasiado de madera para mis capacidades. No sé si quiere establecer una presunción contra el acusado de agresión o abuso sexual según la cual, si la víctima niega que hubiera consentido, y probada la relación sexual, el acusado habrá de ser condenado salvo que logre probar el consentimiento de la mujer (¿se aplicará solo a víctimas de delitos sexuales que sean mujeres o también a hombres y transexuales?). Dudo mucho que eso sea constitucional, pero si lo va a copiar de Suecia o Alemania, me quedo tranquilo porque, probablemente, no cambie nada respecto de la situación actual.

Tampoco entiendo

cómo se compagina el “respeto debido” al Ministerio Fiscal y añadir inmediatamente que las mujeres víctimas de delitos sexuales no están acompañadas en su defensa.

Eso quiere decir, precisamente, que el Ministerio Fiscal no cumple con su deber. Pero, ¿no ocurre lo mismo con tantas otras víctimas de delitos? ¿Respecto de esas víctimas – terrorismo, por ejemplo, – el Ministerio Fiscal sí que hace lo que debe para “acompañar” a las víctimas en momentos “complicadísimos”?

Tampoco entiendo

cómo pueden reformar la Constitución sin reformarla

("Independientemente de esta reforma, será necesario empezar por tener un texto que nos incluya a las mujeres"). Estoy de acuerdo en que quizá – tal vez debería aportar algún estudio empírico que justifique su propuesta si ésta se va a publicar en el BOE - "hablar en masculino" traslada al cerebro solamente "imágenes masculinas". Pero hay un riesgo grande de autoritarismo. Lo que mejor difumina las imágenes masculinas de nuestro cerebro no es dejar de usar el masculino (¿qué harán los ingleses que no tienen tanto masculino y femenino como nosotros?) es imaginarnos a una mujer cuando evocamos cualquier profesión o puesto de responsabilidad. Por ejemplo, cuando pensamos en una médico, una juez o una fiscal. Calvo parece invertir la dirección de la relación de causalidad y eso no es grave cuando sólo genera pequeños costes como el de incluir un informe sobre el “impacto de género” de una Ley de Carreteras, pero es mucho más peligroso cuando acostumbra a los que ocupan el poder público a dictar a los ciudadanos cómo han de expresarse.

Su última propuesta – la más banal – quizá la entiendo demasiado bien. Es la que más preocupación debe generar entre la ciudadanía porque revela el peor perfil del feminismo militante y posmoderno que padecemos. Propone la profesora titular de Derecho Constitucional

 que contemos a las asesinadas por sus parejas o ex parejas desde que existen estadísticas y no anualmente

¿Por qué? Contarlas anualmente tiene sentido porque permite comprobar la evolución del número de asesinatos y evaluar las medidas que se han ido adoptando para ver si son eficaces. Pero ¿para qué sirve contarlas desde el principio?

Contar a las víctimas desde que se recopilan estadísticas es, al margen de muy poco informativo y menos informativo cuanto más tiempo transcurra desde que se computen así, una forma de engañar al público. Como una sombra chinesca, el tamaño del problema no hace más que aumentar año tras año porque las víctimas del pasado siguen ahí. Se oculta así cualquier mejora. Y este año, precisamente, las cifras son de las mejores de la historia (o, si se quiere, de las menos malas). Si a mitad de año llevamos 21 asesinatos machistas (son las cifras de Calvo), cabe esperar en torno a 40 en todo el año. Repito. Una cifra de las más bajas de la historia. Que nos cueste bajar de esas cifras indica que, probablemente no se puede bajar mucho más. No creo que decir eso escandalice a nadie. ¿O alguien sueña qué ningún anciano que, a continuación se suicida, matará a su mujer, enferma de Alzheimer porque no soporta verla más en ese estado? ¿O alguien cree que los psicópatas desaparecerán de la faz de la tierra?

Calvo es peligrosa para la libertad y la salud pública. Porque le sobra determinación y le falta inteligencia.

Sánchez y Torra: la parábola del hijo pródigo y la editorialista de EL PAIS

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Foto: Fachada del Obradoiro, EL PAIS

En el sermón de esta mañana, EL PAIS acepta que lo de Cataluña – no lo de los separatistas catalanes – es un problema político (“el de Cataluña es un problema político”) y que la solución evidente una vez descartadas las demás es la de que hay que hacer concesiones al gobierno separatista en materia de recursos ante el Tribunal Constitucional y atender a las reclamaciones – (“la lista de las 45 reivindicaciones administrativo-políticas”) creando una relación bilateral entre el Estado y el gobierno separatista.

Obsérvese el mensaje que está mandando el Gobierno español a los nacionalistas de cualquier rincón de España:

Primero, convertid vuestras pretensiones en una reclamación “política”. Suplantad a la propia región o comunidad autónoma: los separatistas son Cataluña. El problema político no lo plantean los separatistas sino Cataluña. Y, en el colmo de la metonimia, nosotros los separatistas somos Cataluña.

Segundo, pedid lo imposible. El derecho de secesión. No os lo darán pero obtendréis privilegios para la clase política separatista o, en todo caso, concesiones que no tendrían por qué otorgarse de no ser por el pifostio que habéis montado.

Tercero. Acusad a los que señalan que no se deben hacer concesiones a los que se saltan las reglas de vivir felizmente” en el conflicto y no querer resolverlo.

Cuarto. No permitáis que os distraiga el resto de la población de la región. Su única reivindicación legítima es “que no les den patadas” siempre que se mantengan sumisos ante la hegemonía separatista.

Concluye la editorialista de EL PAIS – con una metáfora (“más que la pérdida de tiempo en quimeras divisivas, explica que la reunión fuese fructífera: se llenó del principio de realidad más que de retórica. Ojalá así se continúe” no puedo evitar pensar en un argentino cuando leo la frase).

Lo que la literata editorialista olvida es que esas concesiones son las que querían los separatistas en primer lugar y son las que les llevaron a intentar un golpe de Estado hace unos meses: sólo querían negociar. Lo han dicho por activa y por pasiva. Si el Gobierno de España lleno del “principio de realidad” concede a los separatistas lo que querían que sabían que podían conseguir, éstos comprenderán perfectamente que saltarse la Ley y buscar privilegios es el camino. Nunca se pierde nada. Siempre se gana. En el mejor de los casos, el cielo de la independencia y el control absoluto de las instituciones en Cataluña por los separatistas y el sometimiento de la mitad de la población. En el peor de los casos, y una vez imbuido el Gobierno español del “principio de realidad”, las concesiones que llevaban en su lista de hace un par de años.

¿Es tan obtuso el entorno del PSOE que no se da cuenta que, de esta reunión, Sánchez no ha obtenido nada para todos los españoles y para la mitad de la población catalana que está harta del Procés y de la hegemonía separatista? ¿Qué hay para ellos en estas conversaciones Sr. Sánchez? ¿Qué ganan ellos? ¿Que dejen de darles patadas? ¿Eso es lo que pueden esperar de su Gobierno?

En la parábola del hijo pródigo, nuestras simpatías están, no cabe duda, con el buen hijo que se queja ante su padre de que él, que se ha portado bien, no ha recibido un homenaje semejante al que el padre ordena realizar al hijo pródigo. Sánchez – y la editorialista de EL PAIS – no han tenido, ni siquiera, la decencia de explicar al hijo mayor, al hijo bueno, lo que le explicó el padre de la parábola: que “todas mis cosas son tuyas”, que “tú estás siempre conmigo”. Y eso que ni siquiera tenemos nada de qué alegrarnos, porque el hijo pródigo no “ha revivido”. Se había perdido pero “no ha sido hallado”. Torra no ha podido dejar más claro que su actitud no es la del hijo pródigo al que las cosas le van cada vez peor y decide volver, cabizbajo, a solicitar el perdón y la acogida del padre.

Los del PNV ya están tomando nota.

lunes, 9 de julio de 2018

¿Por qué nos gusta discutir?

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Lorenzo Lotto, Retrato del Obispo Bernardo de Rossi

Por lo mismo que nos gusta el coito. Porque nuestros genes quieren reproducirse y el coito aumenta nuestras posibilidades de reproducción. De manera que practicamos el sexo porque nos gusta y nos gusta porque eso favorece la transmisión de nuestros genes. Con el razonamiento humano pasa algo parecido. Razonar es resultado de la socialidad humana. Razonar no nos sirve para resolver rompecabezas cognitivos. Razonar nos sirve para producir y evaluar argumentos. Cuando los producimos, somos muy benevolentes con nosotros mismos (myside bias mejor que sesgo de confirmación) y nos damos por satisfechos rápidamente con el producto de nuestra intuición (heurística) pero cuando evaluamos los argumentos de los demás somos muy objetivos y estamos mucho más alerta. Una vez que nos refutan los argumentos que hemos avanzado, nos aplicamos a defender nuestra posición o según los casos, nos sumamos a la posición del que nos refuta. El conocimiento sólo surge de la discusión y las soluciones a los problemas sociales – de los que depende la supervivencia individual – sólo pueden ser suficientemente buenas si los miembros del grupo discuten. Decenas de experimentos lo demuestran: la tasa de “acierto” en la solución de problemas de los grupos es muy superior a la tasa de aciertos individual. De manera que la evolución ha tenido que hacernos placentera la habilidad de convencer a otros

¡Ah! y cuando no discutimos es, a menudo, porque no nos importa lo que nos dicen, sino quién nos lo dice. Por eso los alumnos reproducen, en sus apuntes, cualquier tontería que diga el profesor (“cuando un profesor explica la solución a un problema de matemáticas, los alumnos la creen porque confían en ella. No necesitan atender mucho a sus explicaciones ya que, de todas formas, están dispuestos a aceptar la conclusión”, pero no aceptarían de ninguna manera la misma conclusión de un compañero de clase aunque – esto es lo bueno – “la mayoría de ellos, la mayor parte de las veces estarán dispuestos a cambiar de opinión si se le da buenas razones para ello”. (A ver si explico algún día cómo podría este hallazgo mejorar la docencia porque esto explica, como dicen los autores, por qué “los propios alumnos pueden ser, recíprocamente, sus mejores profesores” y en el libro se encuentran algunas indicaciones interesantes respecto a la difícil cuestión de cómo enseñar a pensar).

El punto de partida es que para maximizar la cooperación que nos permite obtener bienes públicos, asegurarnos frente a los riesgos medioambientales y obtener las economías de escala es imprescindible la comunicación. La comunicación permite adoptar las mejores soluciones a los problemas a los que se enfrenta el grupo y coordinar la actuación de todos los miembros
"Razonar es una actividad cognitiva que requiere una inversión relativamente alta y cuyos efectos beneficiosos para nuestra supervivencia y adaptación son indirectos. Estos beneficios consisten en que nos permite superar los límites que, a la comunicación entre humanos…impone la necesidad de confiar en el otro. Gracias al razonamiento empleado en la comunicación, estamos en mejores condiciones para influir en los demás y más dispuestos a aceptar la influencia de los demás previa prudente evaluación de los argumentos de éstos. Pero este tipo de recompensa no parece suficiente para explicar por qué nos gusta tanto discutir, de manera que se nos ocurre que la propia actividad de razonar debe proporcionar algún tipo de recompensa hedonista. Obviamente, esto quizá no sea así para todos los humanos en el mismo grado y de la misma forma. Sin embargo, aquellos que, debido a su posición social o a su inclinación personal son reacios a discutir, pueden disfrutar viendo a otros discutir entre sí y pueden razonar, como observadores, usando su capacidad de raciocinio para evaluar la calidad de los argumentos empleados más que para producirlos. De ahí que se hayan extendido tanto los concursos y torneos de debate: es una suerte de exaptación. Razonar se capturó para utilizarlo en una actividad (placentera) para la que no evolucionó.
Traeremos más extractos de este libro que me ha gustado mucho. Sobre todo cómo desmonta la idea de que existe un sistema dual en nuestro cerebro a la hora de razonar.

Sperber/Mercier, The Enigma of Reason, 2017

La ministra de Trabajo, la competencia y el Derecho de la competencia

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La ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio, se ha mostrado este lunes "convencida" de que los bancos serán "solidarios" con el sistema público de pensiones y no repercutirán en los ciudadanos el llamado impuesto a la banca que plantea el PSOE para financiar las pensiones, en caso de que éste finalmente se implante.

En un mercado competitivo, las empresas no tienen libertad de actuación. Si producen a un coste superior al de sus competidores, venderán a un precio superior a éstos y acabarán expulsados del mercado. Precisamente por eso se dice que las empresas, en un mercado competitivo son precioaceptantes. No pueden influir sobre el precio ni la cantidad pero pueden vender cualquier cantidad que produzcan al precio de mercado.

Si el gobierno establece un impuesto sobre la banca, cada uno de los bancos intentará, si puede, asumir el impuesto y no traspasarlo a los consumidores en la esperanza de que otros sí que lo traspasen y sus clientes se pasen a nuestro banco que, ahora, es más barato. Pero claro, sólo si pueden. Si nuestro banco está vendiendo sus productos a un precio competitivo eso quiere decir que no puede venderlos más barato. Por tanto, si nuestros costes aumentan pero nuestros ingresos no – porque no repercutimos el aumento de los costes en nuestros precios – entraremos en pérdidas con la agravante de que estas pérdidas serán tanto mayores cuanto mayores sean nuestras ventas.

Así que, una de dos. O bien los bancos tienen beneficios supracompetitivos y lo que tendríamos que hacer es introducir más competencia o los bancos no tienen beneficios supracompetitivos y lo que tenemos que hacer, si queremos más ingresos para el Estado es subirle los impuestos a los ciudadanos. Pero si los bancos no tienen beneficios supracompetitivos y el Estado les añade un impuesto, no tienen más remedio que repercutirlo a los clientes. La inocencia de Valerio es tal que cree que los bancos son individuos y que tienen emociones, entre ellas la de ser agradecidos

"Estoy convencida de que igual que este país ha sido solidario con la banca y con las cajas de ahorros quebradas, los bancos van a ser solidarios con el sistema público de pensiones, entre otras cosas porque los pensionistas son sus clientes",

sin darse cuenta de que

1. Es de bien nacidos el ser agradecidos pero sólo los individuos experimentan la emoción del agradecimiento, no las personas jurídicas

2. Los bancos que quedan en pie son, precisamente, los que no han sido rescatados, de manera que difícilmente “sentirán” nada cuando la Ministra apela a la solidaridad con las cajas de ahorro – las únicas rescatadas – que fueron quebradas por los colegas de la Ministra: los gerentes y administradores designados por los políticos del PP y del PSOE.

3. Si el mercado bancario es competitivo, los bancos no pueden ser solidarios con nadie que no sean sus accionistas, sus trabajadores, sus proveedores y sus clientes. En otro caso, estarían haciendo caridad con dinero ajeno.

Pero las declaraciones de la Ministra no son sólo inocentes. Son graves desde el punto de vista económico y la CNMC debería llamarle la atención. Está sugiriendo a los bancos que se pongan de acuerdo para no repercutir el impuesto a los clientes, es decir, está recomendando a los bancos que se cartelicen y que respondan colectivamente a la actuación del Gobierno. Las declaraciones de la Ministra pueden actuar, como cualquier recomendación de precios, como un “focal point”: reduciendo los costes de los bancos para ponerse de acuerdo en su reacción al establecimiento del impuesto. En la mayor confianza de que los demás no repercutirán el impuesto, cada banco tiene ahora más incentivos para no repercutirlo él mismo sin perder clientes frente a la competencia.

La prensa posmoderna apoya al gobierno más posmoderno de la democracia

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DE NOBIS FABULA NARRATUR-detail 1-Miriam Escofet

¿Se acuerdan de Zapata y la exploración de los límites del humor en twitter con chistes sobre judíos y víctimas del terrorismo? A EL PAIS se le ha escapado hoy el ramalazo posmoderno y en el titular más amable posible con el amado-lider afirma que “Sánchez y Torra exploran los límites del diálogo en Cataluña”. Apoyo posmoderno al Gobierno más posmoderno de la democracia española. Por posmoderno entiendo aquella aproximación a la realidad que consiste en afirmar que no hay realidad objetiva que describir con palabras y que todo son textos e interpretación de los textos.

Pero el posmodernismo de EL PAIS de Soledad Gallego-Díaz no se limita al apoyo al Gobierno más posmoderno de la democracia (todo son gestos, todo es simbólico) en sus titulares. Alcanza de lleno, no podía ser de otra forma, a los artículos editoriales. Lo que no resulta tan obvio es que alcance al panel de periodistas-que-escriben-papers e incluso a las noticias. Todo en el mismo ejemplar, el del día de hoy. Veamos.

El editorial de hoy es sobre la LOMCE

El objetivo del artículo es convencer a los sufridos lectores de EL PAIS que este Gobierno lo hace todo bien, incluso, cuando centra la urgencia de la reforma de la LOMCE, no en adoptar las medidas que garanticen la mejor calidad de la enseñanza en España o, más realistamente, su simple mejora, sino – posmoderno EL PAIS – en las cuestiones simbólicas que llevamos discutiendo desde hace cuarenta años y que han provocado los bandazos en la legislación educativa. Dice EL PAIS que es urgente volver a dar un bandazo que lleve al próximo gobierno de centro—derecha a volver a modificar la legislación educativa. Pero la cosa es grotesca porque la muy posmoderna editorialista de EL PAIS le pide al PP que coopere en la derogación de la LOMCE y en la puesta en práctica del ideario educativo socialista. Hemos llegado a tal altura en la autoestima moral por parte del posmodernismo feminista que se sienten legitimados para exigir a la oposición la renuncia a su ideario político en el altar de un gobierno ultraminoritario que hace concesiones a populistas y separatistas cada vez que le conviene. El editorial es posmoderno porque ninguna de las “tesis” que en él se mantienen está comprobada científicamente ni existen estudios que avalen que explicando los “valores” en una asignatura específicamente destinada a tal fin se logre nada concreto en las cabecitas de nuestras niñas y nuestros adolescentes. Lo de los itinerarios educativos es discutible pero ¿puede pedirse al PP que renuncie a ese rasgo del sistema educativo porque el PSOE llevara en su programa, desde la misma fecha de aprobación de la LOMCE la derogación de ésta?

Como decimos, el posmodernismo de EL PAIS – falta de argumentos racionales basados en datos empíricos y su sustitución por afirmaciones de elevada moralidad – no se limita a los titulares y a los artículos editoriales. Llega a la mismas noticias. Por ejemplo, en el día de hoy se publica una noticia a toda plana

sobre los esfuerzos del centro de supercomputación de Barcelona por atraer chicas a la informática

Ya el titular anuncia cómo la realidad se sustituye por el deseo y la pasión en el diario de referencia español: “Las chicas querrán ser ingenieras”. O no. Mire usted, Pere Ríos. Los estudios indican que, aunque puede haber algo de estereotipos en la elección de carreras por parte de las mujeres, en buena medida, las mujeres de los países más ricos y más igualitarios huyen de las carreras relacionadas con la ingeniería y con la informática y, sin embargo, casi monopolizan las carreras de ciencias relacionadas con la salud. Por tanto, es falso – Defensora del Lector, por favor, péguele un toque a Pere Ríos – que “la presencia minoritaria de ingenieras o informáticas… se explica… por los estereotipos sociales, la ausencia de referentes y la estigmatización de esa opción profesional”. Eso es lo que querrían las feministas posmodernas. Que las preferencias ni la biología explicasen nada. Que todo fueran constructos culturales y presión social. Pero no es así. En buena medida, esas cifras se explican por las diferencias entre hombres y mujeres en lo que a sus preferencias laborales se refiere.

Y la toma de EL PAIS por parte del posmodernismo feminista alcanza, incluso,

a la sección de Economía

En ella, Estefanía afirma con desparpajo que la baja calidad del empleo creado se debe a la reforma laboral de 2012, como si el empleo creado en los años anteriores a su entrada en vigor fuera de alta calidad. Decimos con desparpajo porque Estefanía sabe más – eso cree él – que la OCDE con todos sus expertos. Seguimos sin entender por qué EL PAIS no apoya el contrato único.

Pero la cosa es peor. En la magnífica noticia titulada La recuperación económica no reduce la brecha entre las rentas altas y las bajas, el periódico se desmiente a sí mismo ya que los gráficos que en ella se contienen indican una reducción progresiva del índice Gini y una reducción leve, pero reducción, de la relación entre los ingresos del 20 % que más ingresa respecto del 20 % que menos ingresa. Pero el mal no está solo en lo engañoso del titular. Está en que EL PAIS disfraza como un problema de desigualdad lo que es un problema de pobreza. El problema de España es que no reduce la pobreza todo lo que debiera porque las clases medias impiden la redistribución a favor de los más pobres. Esto es de sobra conocido y está documentado, entre otros por el nuevo director general del ramo Pau Mari-Klose. Nuestros ricos no son especialmente ricos ni ganan mucho más que nuestros pobres en comparación internacional. Por tanto, es hipócrita que el mismo periódico que, el día anterior, había alabado la reducción del IVA al cine y no ha puesto el grito en el cielo porque se gasten miles de millones en televisiones públicas o en subir las pensiones, se rasgue las vestiduras ahora cuando comprueba que nuestro Estado redistribuye muy poco hacia los más pobres. Naturalmente, no se puede redistribuir a favor de las clases medias y a favor de los pobres a la vez. Porque las clases medias están compuestas por el 60 y 70 % de la población y cuando quieres darle algo al 70 % de la población, no te queda dinero para nada más.

En fin, que EL PAIS progresa adecuadamente hacia la fusión con esas otras publicaciones de cuyo consejo de administración, al parecer, también forma parte su directora.

No se pierdan, sin embargo, la columna de Juan Claudio de Ramón

sábado, 7 de julio de 2018

670.000 españoles declaran ingresos por encima de 60.000 euros anuales (de unos 17 millones de declarantes)

Crecen los ricos de la declaración de la renta: 8.481 personas declaran más de 600.000 euros

Lo cuenta EL PAIS. Recuérdese que el marginal máximo (45 %) se aplica a partir de 60 mil euros. El año pasado, ese 3,5 % de los contribuyentes con ingresos de más de 60.000 euros dejaron en Hacienda el 36% del IRPF recaudado, lo mismo que el 37 % que formaban los contribuyentes que ingresaron entre 30.000 y 60.000 euros. Si se quieren aumentar los ingresos del Estado para financiar la seguridad social, hay que mirar al IVA (es indecente que continúen los tipos reducidos de IVA. Hay que suprimir todos y hacer como Dinamarca: 25 % y ni un solo producto o servicio con tipo reducido. Pero a los políticos les encanta engañarnos diciendo que nos han rebajado el precio de las entradas de cine), a la propiedad (en España se paga un IBI muy bajo y el IBI tendría una enorme capacidad recaudatoria y de movilización del mercado del alquiler al margen que encontraría menos oposición que un tipo alto en el impuesto del patrimonio y sucesiones con la ventaja de que los inmuebles no se pueden desplazar a paraísos fiscales) y a otros impuestos indirectos. Desde luego sería una mala idea gravar aún más el trabajo por cuenta ajena (los autónomos declaran pocos ingresos).

Jerga contra jerga

Medusa with Perseus' head (2008), by Luciano Garbarti

Medusa with Perseus' head (2008), by Luciano Garbarti

Se queja la subdirectora de la revista Política Exterior en el periódico EL PAIS de que los que tienen púlpito para dirigirse a la gente no son capaces de explicar los cambios que observamos en la política y que tampoco se les entiende cuando hablan de tales cambios. Esto es un insulto a gente como, por ejemplo, Naim o Fukuyama, a los que se les entiende de maravilla; no emplean jerga cuando se explican y dan razón bastante exacta de algunos fenómenos políticos recientes. Lo lamentable es que Moltó sí incurre en la jerga para quejarse de que no se entiende a los que hablan de estas cosas.

El problema parece ser que no somos capaces de describir adecuadamente – analizar – los cambios políticos. A Moltó lo del populismo no le vale (lo de la disrupción no tiene mucho que ver)

Esta crisis conceptual la sufren los medios de comunicación —como formadores de opinión pública—, los partidos políticos, los científicos sociales y los think tanks, maestros en la construcción de términos sofisticados y “nuevos paradigmas”. Todos quieren encontrar esa gran narrativa en la que encajen los fenómenos que estamos viviendo. Utilizan conceptos como populismo, autoritarismo, disrupción, posverdad. Construyen sintagmas en los que depositan una clave explicativa: regreso de los hombres fuertes, fin del orden liberal, rebelión de las clases medias, crisis de representación. No es que sean inexactos o inútiles. Lo que sucede es que han dado lugar a una jerga utilizada en debates circulares entre periodistas, políticos, analistas y académicos que muy pocas veces llega a la sociedad.

La última es una afirmación irrefutable. ¿Quién es “la sociedad”? ¿Los periodistas, políticos, analistas y académicos no forman parte de ella? ¿Llegaron alguna vez estas discusiones al 20 % de la población de menor formación?

A continuación, llega el peloteo a las masas que está a la orden del día. Las masas siempre tienen razón y son las instituciones intermedias las culpables de no enterarse. Pero observen el lenguaje de Moltó (en negrita): más jerga

Los ciudadanos parecen ir por delante en la aceptación de la confusión y la asimilación del cambio. La tecnología y la comunicación sin intermediarios tienen mucho que ver con esto. Pero la brecha con los ciudadanos se debe en gran medida a la resistencia y lentitud de medios de comunicación, partidos, centros de pensamiento e instituciones a la hora de asumir su cuestionamiento como intérpretes sociales ante la complejidad de los fenómenos actuales.

Luego nos suelta una simpleza como si fuera una gran pregunta filosófica: no tenemos ni idea pero es un buen comienzo reconocerlo, pero ojo, que la “sociedad” se puede adelantar a los más leídos y “escribidos”. Ahora la “sociedad” es el mundo entero. Se hacen Ciencias Sociales en Asia y África (pobre India, parece que allí no)

Muy posiblemente, la falta de certeza sea el punto de partida para que el tesauro de las ciencias sociales se amplíe, si es que no se adelanta la sociedad con sus propios términos y claves explicativas. Muchos de ellos procederán, con seguridad, de China y de África, pero es más que probable que sea Occidente, sobre todo los países anglosajones, en el centro del desconcierto actual, los que vuelvan a definir el marco de análisis dominante. Al fin y al cabo, las universidades y los medios de comunicación auténticamente globales son anglosajones.

Y la última frase le ha salido al revés: ¿a qué debemos resignarnos? ¿o no debemos resignarnos? ¿Cómo que no necesitamos certezas? ¡Claro que las necesitamos! Otra cosa es que no nos engañemos sobre la probabilidad de obtenerlas.

Mientras tanto, debemos acostumbrarnos a no entender, sin resignarnos a buscar los conceptos que nos ayuden a comprender. No es tiempo para certezas. Ni falta que nos hacen.

viernes, 6 de julio de 2018

El video del gorila y la ceguera humana ante la obviedad

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Dan Witz

‘Whether you can observe a thing or not depends on the theory which you use. It is the theory which decides what can be observed.’

Albert Einstein

Recuerden lo del cerebro como máquina de predecir lo que nos rodea (o esta entrada para entradas relacionadas). Buscamos activamente la conformidad entre lo que esperamos percibir y lo que hay a nuestro alrededor (El video del gorila para los que no hayan visto y lean aquí cómo puede ser el proceso físico que permite a – las moscas en este caso – tomar decisiones como respuesta a un estímulo – el olor en el caso de las moscas - a través de la generación de un impulso eléctrico)

En resumen, la lista de cosas obvias en el video del gorila es extremadamente larga. Y ese es el problema: podríamos llamarlo la falacia de la obviedad. Existe una falacia de obviedad porque hay un montón de cosas fácilmente evidentes en el video. Pero perderse una de estas cosas no es base para decir que los humanos son ciegos. El experimento está configurado de tal manera que las personas dejan de ver al gorila porque se distraen contando los pases de la pelota de baloncesto. Preocupados por contar todos los pases, que el observador deje de percibir al gorila no es sorprendente. A toro pasado, el gorila es prominente y obvio… Pero “lo que es obvio viene determinado por lo que la gente está tratando de encontrar, no por lo que la gente ve

En un extremo tenemos a los economistas que presumen la omnisciencia perceptiva: todo lo que es obvio y relevante es preciado. Como dice el chiste, no hay billetes de 500 dólares por el suelo porque los agentes económicos omniscientes los recogen inmediatamente que caen. En el otro extremos tenemos a los psicólogos económicos que se centran en los sesgos y en la ceguera humanos describiéndolos o recordándonos lo que se les pasa a los humanos.. Una tercera posibilidad es imaginar a los humanos… tratando de lidiar con su entorno… los ordenadores… no pueden saber lo que es relevante…

La cuestión trivial aquí es que si queremos que a la gente no se le pase algo – el gorila en el video – hemos de sacrificar otra cosa – todo cuesta – y, en el caso del video, será a costa de contar correctamente el número de pases de la pelota de baloncesto… la inteligencia y la racionalidad son más que simple cálculo o cómputo y tiene más que ver con la capacidad humana para percibir e identificar lo que es más relevante

Teppo Felin, The fallacy of obviousness

Caducidad parcial de la marca por falta de uso

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Como hemos dicho en nuestra reciente Sentencia de 18 de mayo de 2017 (ROJ: SAP B 4049/2017), el titular de una marca registrada tiene la obligación de usar la marca de forma real y efectiva. El art. 39 LM dispone que "si en el plazo de cinco años contados desde la fecha de publicación de su concesión la marca no hubiere sido objeto de un uso efectivo y real en España para los productos para los cuales esté registrada, o si tal uso hubiera sido suspendido durante un plazo interrumpido de cinco años, la marca quedará sometida a las sanciones previstas en la presente Ley, a menos que existan causas justificativas de la falta de uso ", trasponiendo la normativa contenida en el apartado 1 del art. 10 de la Directiva 89/104/CEE .

La obligación de uso de la marca se justifica porque las marcas cumplen su función de distinguir productos o servicios en el mercado solo cuando se utilizan efectivamente. Además, con el fin de reducir el número total de marcas registradas y protegidas en la Comunidad y, por ende, el número de conflictos entre las mismas, es preciso exigir que las marcas registradas sean efectivamente utilizadas so pena de caducidad (Considerando 9 de la Directiva 2008/95/CE). Es pues esencial que las marcas registradas se utilicen efectivamente en conexión con los productos o servicios para los que están registradas y, en caso de no ser utilizadas, puedan ser objeto de una declaración de caducidad.

En relación con ello, el art. 55.1 c) LM determina la caducidad de la marca cuando no hubiera sido usada con arreglo al art. 39 de la propia LM y el art. 58 LM atribuye al titular de la marca registrada la carga de demostrar que ha sido objeto de un uso efectivo.

La obligación de uso a la que nos hemos referido alcanza a todos y cada uno de los productos y servicios para los que el signo se encuentra registrado, de forma que cabe apreciar la caducidad parcial cuando el signo haya sido usado en relación con algunos de los productos pero no respecto de otros. Así resulta de lo dispuesto en el art. 60 LM , conforme al cual, si la causa de nulidad o caducidad solamente existiese para una parte de los productos o servicios para los cuales esté registrada la marca, su declaración sólo se extenderá a los productos o servicios afectados .

Sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona de 18 de diciembre de 2017 ECLI: ES:APB:2017:12390

¿Se ha vulgarizado aftersun?

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V., ampliamente, la entrada de Áurea Suñol en el Almacén de Derecho

Los casos más memorables de vulgarización de una marca, en mi infancia, eran los de la casera, para gaseosa, rodex, para fregona, e incluso romy para armario de baño con espejo frontal. Nadie diría, hoy, que cualquiera de esas marcas se ha vulgarizado. O sea, que las marcas se vulgarizan y se “desvulgarizan”. Piensen en el caso de Aspirina. Es probable que se hubiera vulgarizado pero, tras muchas inversiones recalcando que se trata de una marca de Bayer, es probable que hoy no esté ya vulgarizada.

¿Qué ha pasado con aftersun?

L´Oreal, que vende cremas para aliviar las quemaduras del sol bajo la marca Garnier quiere poder utilizar el término “aftersun” y considera que la marca correspondiente, que es titularidad de Genesse, ha caducado por vulgarización, esto es, porque carece de capacidad distintiva: la gente identifica el término con el género del producto, esto es, la crema para después del sol.
El artículo 55.1, apartado d) de la Ley de Marcas
"se declarara la caducidad de la marca cuando en el comercio se hubiera convertido, por la actividad o inactividad de su titular, en la designación usual de un producto o de un servicio para el que esté registrada"
El juzgado de lo mercantil de Barcelona concurrió con esta opinión.
La sentencia estima íntegramente la demanda y declara la caducidad del signo por vulgarización. De un lado, tras valorar la prueba practicada, llega a la conclusión que el signo " aftersun" se ha convertido en la designación usual de un producto de tratamiento corporal para después del sol. De otro lado, también concurre el elemento subjetivo, por cuanto la titular de la marca ha tenido una conducta pasiva en la defensa de la marca que ha propiciado la vulgarización. Además, también ha llevado a cabo una conducta activa, al utilizar el signo en términos descriptivos junto a la marca ECRAM. La íntegra estimación de la demanda determina la desestimación de la demanda reconvencional.
La Audiencia confirma la sentencia. Empieza citando la sentencia del Tribunal Supremo de 22 de diciembre de 2008 (ECLI ES:TS:2008:7352)
alude a los dos presupuestos de la vulgarización de la marca. Así, señala la Sentencia que "para que pueda apreciarse la vulgarización se exige, pues, en primer término, un elemento objetivo, consistente en que la marca se haya convertido en la designación usual del producto o servicio para el que fue registrada" . En segundo lugar, a diferencia de los sistemas objetivos, en los que es suficiente que, con independencia de la actividad del titular de la marca, esta haya devenido un medio de designación usual del producto o servicio designado, la Ley de Marcas (tanto la de 1988, a la que se refiere la Sentencia, como la de 2001) exige que esta mutación haya tenido lugar "por la actividad o inactividad" del titular de la marca. La Sentencia analiza el presupuesto subjetivo de la siguiente manera: " De ello se desprende, como afirma la sentencia recurrida, que es menester que haya existido una actividad de acción o de omisión por parte del titular de la marca que haya determinado su vulgarización, o, al menos, haya contribuido a ella de manera relevante.
A continuación, la Audiencia resume las pruebas aportadas de que, en el comercio, la marca se ha vulgarizado y extendido su uso para referirse a cualquier crema calmante de las quemaduras solares. Son indicios de vulgarización su utilización por otros competidores, su utilización en la prensa y medios de comunicación… y a la pobre Genesse – la titular de la marca aftersun – le reprochan que, como se ve en la imagen que acompaña a esta entrada, utilice, junto al término “Aftersun” el término “Ecran”.
Compartimos con la sentencia apelada cuando concluye que LABORATORIOS GENESSE ha contribuido activamente a la vulgarización del signo AFTERSUN, al haber utilizado dicho signo junto con la marca ECRAM.
Y no deja de tener gracia que el tribunal considere relevante un estudio encargado por L’Oreal a un “mistery shopper”
Por último también estimamos relevante como medio de prueba el informe realizado por el detective privado Juan Manuel por encargo de L’OREAL. El detective se personó en diferentes establecimientos especializados en perfumería así como en grandes superficies (Bodybell, Juteco, Douglas, Carrefour y El Corte Inglés), solicitando el producto "after sun". En todos los casos los dependientes ofrecían una amplia gama de productos de distintas marcas, esto es, los dependientes no identificaban el signo con la marca de LABORATORIOS GENESSE sino con un tipo de producto con distintas marcas y comercializados por distintos fabricantes.
Por lo que
En consecuencia, estimamos que la marca AFTERSUN se ha convertido en la designación usual de los productos de aplicación para después del sol y que esa situación objetiva de hecho se ha producido por la actividad e inactividad de la demandada. Concurren, por tanto, los requisitos del artículo 55.1.d), de la Ley de Marcas para la caducidad, por lo que debe confirmarse la declaración de caducidad de la marca que realiza la sentencia apelada.

Obstaculización vía aumento de las comisiones

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En el supuesto de autos debemos tener en cuenta: (1) Que el contrato de apertura de cuenta corriente preveía que la entidad pudiera incrementar las comisiones. (2) Que las comisiones se mantuvieron sin alteración durante más de 15 años, pese a los cambios que se han producido en el mercado financiero europeo e internacional. (3) Que el incremento de comisiones no se produjo de modo unilateral respecto de la demandante, ni tan siquiera respecto de otras entidades de pago (la prueba documental practicada en segunda instancia permite considerar acreditado que no hay un criterio fijo y uniforme de comisiones a entidades de pago por parte de Bankinter, ya que la propia Asociación Española de Entidades de Pago indica que la comisión varía según los países y las cuentas). (4) Que el incremento de las comisiones no era ilimitado, sino que establecía un tope máximo de 300 €. (5) Que el incremento de la comisión, que ha pasado de un 0'3 por mil a un 0'25 por ciento, debe ponerse en relación con el tiempo transcurrido desde el establecimiento de la comisión inicial y la existencia de ese tope. (6) Que la propia demandante no ha sido capaz de precisar la concreta incidencia que ese incremento de comisiones haya podido tener en su negocio y, en concreto, la incidencia que ese incremento haya podido tener en la viabilidad del negocio o en el coste que la demandante haya tenido que repercutir a sus clientes. En definitiva, debe estimarse el recurso por considerarse objetivamente justificado el incremento de las comisiones, no pudiéndose reputar un acto de obstaculización ya que no se acredita que el incremento fuera injustificado o desorbitado.

Es la Sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona de 19 de junio de 2018. Sobre estos casos hemos recogido varias sentencias en el blog y Aurea Suñol ha estudiado detenidamente este grupo de casos de conductas desleales en su entrada en el Almacén de Derecho.

Determinación de la cuantía de los daños indemnizables derivados de un cártel

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Es la Sentencia del Juzgado de lo Mercantil de Barcelona de 6 de junio de 2018. La sentencia es muy larga porque hay varios demandados y la cuestión de fondo es compleja.

Analiza en primer lugar si la pretensión de Cortefiel había prescrito, prescripción que se rechaza. El juez toma como fecha a quo para realizar el cómputo del plazo de un año el día de la publicación de la resolución de la CNC que sancionó el cártel de los sobres. Quizá podría entenderse que si la Resolución fue recurrida por los cartelistas ante la Audiencia Nacional, el inicio del plazo debería retrasarse ya que la Resolución no sería firme y, por tanto, habría que discutir también en el seno del proceso (follow-on) para fijar la cuantía de los daños si existió el cártel, lo que, por el contrario, debe considerarse probado si la resolución sancionadora de la autoridad de competencia es firme – art. 75 LDC –. Ya dijimos en otra entrada que la regla ahora sancionada por el art. 76.3 LDC (“Se presumirá que las infracciones calificadas como cártel causan daños y perjuicios, salvo prueba en contrario”) debía considerarse “en vigor” también con anterioridad a la trasposición de la Directiva de daños a nuestro Derecho.

En el caso, el problema fundamental es el de determinar la cuantía de los daños sufridos por un cliente de los cartelistas que compró, en los años en los que el cártel estuvo vigente, abundante número de sobres y otros materiales de papelería. El juez va desmontando los informes periciales de los demandados y concluye – de acuerdo con lo ahora dispuesto en el art. 76.2 LDC – que el demandante ha conseguido probar suficientemente la cuantía de los daños que el juez estima como que debe ser indemnizados. La cuestión central, para el perito, es cómo calcular el sobreprecio establecido por los cartelistas gracias al cártel sobre el precio que hubiera resultado del libre juego de las fuerzas de la competencia. Al parecer el perito utilizó, para fijarlo, una generalización de los sobreprecios que se pudieron deducir de contratos de compraventa concretos y de gran envergadura celebrados por los cartelistas. Este es el párrafo clave de la sentencia:
 Respecto del segundo elemento, partiendo de vestigios concretos y destacados por la Resolución, a propósito de los diversos sobreprecios que el cártel fue aplicando de manera sucesiva en operaciones determinadas y que suponen un muestreo suficiente, el dictamen ALFA obtiene, por aplicación de reglas de aritmética simple, una estimación de inspiración comparativa sobre cuál pudo ser el sobreprecio aplicado por el cártel a la actora en cada ejercicio económico durante el lapso temporal de duración de la relación de suministro. 
De nuevo, la homogeneidad del mercado y la unidad de la infracción respaldan esta manera de proceder a la hora de reconstruir, de manera verosímil, el sobreprecio aplicado por los cartelistas. Y no solo eso: el perito justifica de forma solvente por qué recurre a esos datos, siendo que la propia metodología comparativa, ortodoxa o heterodoxa donde la anterior no es posible, se encuentra en la base de todo el sistema aceptado por la Guía para la cuantificación de daños derivados de una infracción anticompetitiva. 
…  lo que no es razonable es sostener que los cartelistas habrían aplicado unos sobreprecios… inferiores a la… actora, en contraste con la importancia de las alteraciones en el precio de venta que aplicaron a licitadores públicos y privados o respecto del sobre blanco. 
No se trata tanto de discriminar si existe base suficiente o no para apreciar la homogeneidad de la infracción y del mercado… se trata, por el contrario, de acentuar que, desde luego, lo que no existe es ningún indicio
de que el mercado fuera heterogéneo y, por tanto, que el sobreprecio probado en relación con algunos clientes no fuera semejante al cargado a otros clientes

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