En el blog de Columbia Law School, Goldberg – uno de los grandes, a mi juicio,- hace una pequeña nota sobre el acuerdo de confidencialidad que una actriz porno habría firmado con un abogado de Trump para no hablar de su relación con el presidente. Lo interesante es que el abogado, que se llama Cohen, pagó a la actriz de su propio dinero, es decir, en el contrato no intervino Trump. Se discute, en primer lugar, si Cohen habría “liberado” a la actriz de su obligación de confidencialidad al haber revelado la existencia del pago y del contrato, lo que es dudoso. Pero – añade Goldberg – aunque no fuera tal el caso, las posibilidades de obtener una orden judicial para que la actriz se calle (una orden judicial por la que se prohíba a la actriz hablar) en los Estados Unidos es ínfima dada la ausencia de un remedio general de cumplimiento específico o in natura en el common law (aunque las obligaciones como ésta son especialmente idóneas para ser objeto de una orden de prohibición puesto que no se trata de entregar una cosa sino de no hacer de forma que la única forma de satisfacer plenamente el interés del acreedor es mediante una injuction u orden judicial prohibiendo a la actriz hablar públicamente del asunto sobre el que ha prometido confidencialidad. Por otro lado, se plantea Goldberg si puede haber una cláusula penal en el contrato para el caso de que la actriz rompa la confidencialidad. Pero, de nuevo, el common law no admite la validez de las cláusulas penales, de forma que tampoco tendría mucho que temer la actriz por ese lado. De forma que si la única consecuencia es que tendría que devolver al abogado los poco más de 130.000 dólares que recibió por su silencio, concluye Goldberg, la tentación de la actriz para contar su historia puede ser irresistible porque recibiría mucho más que esa cantidad por la correspondiente exclusiva.
En fin, tiene interés el hecho de que la confidencialidad pactada parece una estipulación a favor de tercero. En efecto, el contrato se celebra entre la actriz y el abogado. Este pone el dinero de su peculio. Pero la conducta omitida por la actriz – contar su relación con Trump – lo es en interés y beneficio de Trump. No sabemos si Trump aceptó esa estipulación incluida en el contrato entre la actriz y el abogado a su favor. Si no la aceptó – lo que parece probable – ¿podría la actriz revocar su promesa restituyendo los 130.000 euros? (art. 1257 II CC)
Victor P. Goldberg, Porn Star Might Talk Despite Confidentiality Agreement
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