viernes, 23 de febrero de 2024

La conjura contra España (LVII): cuatro expertos que no hicieron su trabajo y “cuatrocientos y pico wassaps congratulándose por su nombramiento”


Hace un par de meses dediqué una entrada al Informe sobre la gestión de la pandemia elaborado por cuatro expertos de ‘reconocido prestigio’ e independencia que trabajaron intensamente durante dos años por encargo del gobierno para producir una bazofia sin contenido que exculpaba a todo el mundo y se limitaba – cual chatGPT – a dar consejos sobre cómo hacerlo mejor la próxima vez. Dado que fuimos uno de los países desarrollados con más muertos y restricciones a la libertad deambulatoria más severas del mundo, no parece difícil.

Los cuatro expertos eran Hervada Vidal, Xurxo. Dirección Xeral de Saúde Pública de Galicia (Jubilado); Pérez Romero, Carmen, Escuela Andaluza de Salud Pública; Rodríguez Artalejo, Fernando, Universidad Autónoma de Madrid, CIBERESP e IMDEA-Food; Urbanos Garrido, Rosa. Universidad Complutense de Madrid. Tres universitarios, tres y una empresa pública con un claro conflicto de interés. No dijeron nada en su informe de la corrupción rampante en la provisión de material sanitario. Ni una palabra. La palabra ‘corrupción’ no aparece. A lo más que se atrevieron es a hablar de fallos de coordinación.

El PSOE, con los nacionalistas, ha decidido arruinarnos. Como en 1917 y en 1934. No hay día que no traiga malos augurios sobre la capacidad de la economía española para aumentar su productividad. No hay día que no sea más difícil que el anterior ganarse la vida honradamente en España. Y no hay día que no traiga una noticia de ocultamiento y manipulación de la Administración Pública por el Gobierno. El informe de los cuatro expertos era de 30 de abril pero se dio a conocer el 21 de diciembre de 2023. La respuesta de Suiza a la solicitud de cooperación judicial de la Audiencia Nacional tardó 55 días en llegar a manos del juez. Seguimos sin saber qué pasó con el teléfono móvil del presidente del Gobierno ni nada de los acuerdos de Sánchez con Mahoma VI, y no sabemos nada de nada de nada de la gestión de la pandemia entre el 30 de enero de 2020 y el verano de ese año. Nada de nada. El Constitucional se ha convertido en el guardaespaldas del gobierno frente al Supremo. Sánchez acaba de nombrar a Carmen Calvo tras declararse que Magdalena Valerio no es una jurista de reconocido prestigio ¿Cómo se atreverá a salir de casa a partir de ahora una vez que el Gobierno ha dejado que la humillen de esa forma? Pero, sobre todo, ¿cómo se atreve Carmen Calvo a aceptar el nombramiento de presidenta del Consejo de Estado? En la prensa, ha contado que ha recibido “cuatrocientos y pico” whatsapps congratulándose por su nombramiento. 

Mientras tanto, las ratas del PSOE ya han abandonado el barco o se disponen a hacerlo rumbo a climas más frescos y donde el forrajeo sea más remuneratorio (las ratas que viajaban en primera clase, claro). Sánchez ha tenido que nombrar para los puestos más relevantes a los perdedores en la última ronda electoral. A Francina Armengol, que tiene un armario lleno de cadáveres (¿cuándo terminará la instrucción del caso de los puertos deportivos?), al canario y al macarra vallisoletano. ¡Vaya trío! ¿Está haciendo la señora Prohens todo lo que debe para que la verdad salga a la luz? ¿Qué pasa en Baleares y en Canarias? Adif compró las mascarillas al portero de prostíbulo, pero no he visto el nombre de Isabel Pardo de Vera en la prensa. ¿Adif soltó 12 millones de euros sin que se enterase Pardo de Vera? ¿Y qué decir de Illa, que en febrero de 2020 dijo que España estaba perfectamente preparada para hacer frente a una pandemia?

Todo esto pasa porque no se hizo una evaluación de la gestión de la pandemia. Porque no se revisó lo que hizo todo el que tenía responsabilidades públicas en 2020. Por eso y porque no votamos popperianamente, estamos condenados a convertirnos en el país más pobre de Europa.

No hay comentarios:

Archivo del blog