“the greatest tragedy that befell the world was that the Romans ran out of lions”
(que se comieran a los cristianos)
Al comienzo de la era cristiana (0 d.C.), Occidente compartía sus creencias cosmológicas relativas a la familia con sus primos euroasiáticos de las civilizaciones china e hindú. Fueron destruidas gradualmente después de que el mundo pagano clásico grecorromano fuera aplastado por dos erupciones que combinaron la fuerza bárbara con las cosmologías semíticas: la combinación del cristianismo semítico paulino con la fuerza bárbara de los bosques alemanes que destruyó el imperio occidental, y el desarrollo de una nueva religión semítica -el islam- por parte de los bárbaros nómadas del desierto de Arabia que destruyó el imperio oriental al tiempo que creaba una nueva civilización semítica.
Dos revoluciones papales fueron necesarias, las dos emprendidas por dos Gregorios: Gregorio Magno, en el siglo VI, y Gregorio VII en el siglo XI. La primera:
La revolución papal de Gregorio Magno en el siglo VI (en respuesta a las preguntas del primer arzobispo de Canterbury sobre el sexo y el matrimonio) eliminó las prácticas tradicionales del Mediterráneo y Oriente Medio en el ámbito doméstico, que permitían a las familias sin hijos tener herederos varones (a través de) la adopción… (que) estuvo prohibida en Inglaterra hasta el siglo XIX. Esto significó que la Iglesia, que desde sus inicios se había enriquecido gracias a los legados de las viudas ricas, se convirtió en la principal beneficiaria de los legados resultantes gracias a la prohibición de los métodos tradicionales para tratar la falta de hijos. A finales del siglo VII era inmensamente rica. Llegó a poseer… un tercio de las tierras productivas de Francia.
Lo de que la Iglesia, desde sus inicios se había enriquecido gracias a los legados de las viudas ricas se prueba porque
... en julio del 370, el emperador Valentiniano había dirigido al Papa una indicación de que los clérigos y los ascetas varones solteros... deberían restringirse, ellos y sus iglesias a vivir a expensas de las mujeres de sus familias y parientes de sangre... En este sentido, se explica la exaltación por la Iglesia de la virginidad y la soltería de las viudas
Fue para proteger esta riqueza para lo que Gregorio VII emprendería la Segunda Revolución Papal en 1076. En esta ocasión para glorificar el amor como base del matrimonio y la independencia de la pareja frente a su familia extensa, lo que transforma las relaciones con los padres de afectivas en jurídicas:
apoyar la independencia de los jóvenes a la hora de elegir pareja matrimonial, establecer sus propios hogares y entablar relaciones contractuales en lugar de afectivas con los mayores. Promovió los matrimonios por amor en lugar de los matrimonios concertados, comunes en toda Eurasia… el amor es una emoción biológica universal (y no una invención romántica de los trovadores de la Edad Media). Pero también es efímero.
de modo que no puedes garantizar la estabilidad social que proporcionan las familias si las relaciones entre los cónyuges se basan en la permanencia de un sentimiento efímero
….La agricultura asentada requería familias asentadas. (las civilizaciones asiáticas) Utilizaron restricciones culturales para frenar esta peligrosa emoción… recurriendo a los matrimonios concertados, los esponsales infantiles y similares, restringiendo la pasión romántica a las relaciones fuera del matrimonio.
En Europa Occidental, la Iglesia tuvo que ‘inventarse’ otras instituciones que aseguraran la permanencia de la familia nuclear fundada en la libertad de elección de pareja por los jóvenes: “Primero separó el amor y el sexo”. Recuerden que, hasta no hace mucho, el Código de Derecho Canónico decía que el fin del matrimonio era la reproducción.
Luego creó una feroz cultura de la culpa basada en el Pecado Original. Su omnipresente enseñanza contra el sexo y la culpa asociada que engendraba proporcionaron el control necesario sobre las "pasiones animales" que, de otro modo, se habrían desatado por su interesado derrocamiento del sistema tradicional de matrimonio euroasiático. Sin embargo, una vez que, con las revoluciones científica y darwiniana, el Dios cristiano murió para muchos en Occidente, las restricciones construidas sobre el Pecado Original se aflojaron. Con las revoluciones sexuales y culturales de los años 60 se eliminaron. La familia, tal y como la conocían la mayoría de las civilizaciones, enfermó en Occidente cuando la gente volvió a las prácticas "familiares" de sus antepasados cazadores-recolectores…
En el resto del mundo se ha producido una curiosa evolución: se han adoptado los patrones de conducta económica occidentales, copiándose las instituciones capitalistas que permiten la maximización de la producción y la prosperidad pero se han mantenido las instituciones tradicionales en lo que se refiere a la familia, al sexo, a la religión y a la moralidad. Este autor, en otros trabajos ha explicado que hay que distinguir entre "creencias... relacionadas con la forma en que uno se gana la vida (creencias materiales) y... relacionadas con la comprensión del lugar de la humanidad en el mundo (creencias cosmológicas) y señala que Asia ha adoptado las creencias materiales de Occidente, pero no las cosmológicas incluyendo las relativas a la familia y a la organización de la sociedad porque "las creencias materiales son más maleables que las cosmológicas" por la misma razón por la que la anestesia se extendió mucho más rápidamente que la desinfección de los quirófanos: los beneficios de utilizarlas/adoptarlas se perciben inmediatamente. Hasta el hindú o chino más tradicional percibe las ventajas del comercio y de la especialización y división del trabajo. Las ventajas de la familia nuclear frente a la familia extensa no son tan evidentes.
... la familia tradicional en el resto del mundo parece relativamente intacta. Hayek, entre otros que creen en una forma de evolución cultural, había afirmado que la modernización basada en la revolución jurídica de Gregorio VII, que ha sustentado la globalización del capitalismo, conduciría también a la occidentalización, es decir, a la adopción de las creencias cosmológicas de Occidente, incluidas las relativas a la familia. Sin embargo, los datos recientes de China y la India sugieren que, aunque aceptan el cambio de puntos de vista materiales con su adopción del mercado, las creencias cosmológicas tradicionales relativas al ámbito doméstico son resistentes: se están modernizando sin occidentalizarse, como hizo Japón tras la Revolución Meiji
El autor da especial importancia a la relación entre padres – ancianos – e hijos y los deberes filiales de atención a los padres ancianos. Los valores correspondientes han desaparecido en Europa con efectos muy beneficiosos en términos de promoción de las innovaciones, de igualdad y de libertad individual pero han obligado a crear un Estado enorme que garantice la atención a los ancianos que antes proporcionaba la familia extensa. En Europa Occidental, el cuidado de los ancianos
no dependía de la responsabilidad de los hijos hacia sus padres o viceversa. Los padres podían desheredar a los hijos y los hijos podían, en cierto modo, desheredar a los padres negándose a mantenerlos. La soledad resultante de los ancianos es un precio que esta revolución familiar provocó, al igual que la sustitución de las redes de seguridad privada por las públicas para hacer frente a los problemas de la indigencia y la pobreza coyuntural.
Esto es así en Europa, seguramente desde el Bajo Imperio: la Iglesia cristiana se convierte en la protectora de los pobres mientras que en el resto del mundo esa labor corresponde a la familia extensa. Quizá ni siquiera sea cristiana sino romana. Recuérdese la importancia de la annona en Roma y otras grandes ciudades del Imperio. Y en la Edad Media se desarrollan en Europa Occidental una red de corporaciones dedicadas a atender a los individuos que en Asia atendía su clan (desde los gremios y las causae piae hasta los montes de piedad). Lo extraordinario es que la atención a los pobres como ‘excusa’ justificó la apropiación por parte de la Iglesia y de las instituciones dedicadas a esos fines de – casi – la mayor parte de los medios de producción – tierra – en Europa hasta la Revolución Francesa. Los europeo occidentales no son sólo los más individualistas. Son también los que más creen en la obligación del Estado de asegurar al individuo. Quizá el modelo de Joe Henrich de WEIRD podría enriquecerse incluyendo la inmensa aportación a la cultura occidental de los países del sur de Europa Occidental, esto es, las tres principales provincias del imperio romano de occidente: Galia, Hispania e Italia.
Continúa Lal subrayando otra diferencia “cosmológica” trascendental: la Iglesia cristiana es católica, o sea, universal, lo que está estrechamente ligado con la idea de igualdad de todos los hombres, (esto lo llevó al paroxismo el Islam) lo que, a su vez, retira cualquier legitimidad a la organización jerárquica de la Sociedad que es una creencia generalizada en las sociedades humanas de gran tamaño que surgen como consecuencia de la extensión de la agricultura cerealista hace entre 8000 y 5000 años.
Hay otras diferencias importantes en las creencias cosmológicas de lo que se convirtió en el Occidente cristiano y estas antiguas civilizaciones euroasiáticas. El cristianismo tiene una serie de rasgos distintivos que comparte con su primo semítico, el islam, y en parte con su progenitor, el judaísmo, pero que no se encuentran en las otras grandes religiones euroasiáticas. La primera, y más importante, es la universalidad. Ni los judíos ni las civilizaciones hindúes o cínicas pretendían ser religiones universales. No se podía elegir ser hindú, chino o judío, se nacía como tal. En segundo lugar, esto también significaba que, a diferencia del cristianismo y el islam, no hacían proselitismo. En tercer lugar, sólo las religiones monoteístas semíticas han sido igualitarias. La mayoría de las demás religiones euroasiáticas creen en órdenes sociales jerárquicos. Por el contrario, sólo entre las civilizaciones euroasiáticas, las semíticas hicieron hincapié en la igualdad de las almas de los hombres. El eminente antropólogo francés Louis Dumont ha caracterizado la profunda división entre las sociedades del Homo Aequalis, que creen que todos los hombres nacen iguales (como proclaman los philosophes y la Constitución estadounidense) y las del Homo Hierarchicus, que no creen tal cosa. Esto significa que las sociedades jerárquicas de la antigua Eurasia tampoco pueden contagiarse del igualitarismo que también ha alimentado la expansión del Estado de Bienestar occidental…
¿Quién cuidará de la generación del bay boom? En la medida en que los bay boomers se dan cuenta de que no pueden confiar en los jóvenes de hoy para que cuiden de ellos, la solidaridad entre generaciones es cada vez más fragil en Europa Occidental. Los viejos extraen cada vez más recursos a través del sistema político (las elecciones) a costa de los que están en edad de trabajar. Son los que apoyan a Putin en la guerra contra Ucrania porque no pueden morir en ella. Y necesitan de un ejército cada vez mayor de inmigrantes que les ‘limpien el culo’ como dice Arcadi Espada. Y como no se fían de los jóvenes, ahorran para su ‘supervejez’ que dura veinticinco o treinta años en promedio. La mayoría no tienen hijos con lo que su solidaridad ha de basarse en sentimientos altruista y no en lazos genéticos. ¿Llevará esto a la generación que hoy tiene 20 años a comportarse de forma diferente a sus padres?
A medida que los hijos, o más probablemente los nietos de los "baby boomers", ven a sus mayores declinar hacia la senilidad y la demencia, y convertirse en dependientes de un Estado cuyos únicos " proveedores de cuidados" son los miembros de la "clase baja" creada por el Estado del Bienestar, podrían decidir que deben evitar a toda costa un destino similar. Podrían entonces decidir tener más hijos, y socializarlos a través de la emoción moral de la vergüenza para que cuiden de los ancianos, e inculcarles los hábitos que son esenciales para que una sociedad civilizada funcione. También podrían llegar a comprender que confiar en el Estado para asegurarse contra los riesgos de la vida es una trampa y un engaño. Tal vez esto sea una fantasía. Pero entonces, ¿quién podría haber predicho el extraño curso que ha tomado el individualismo occidental en la esfera social?
La conclusión y la referencia a San Agustín y al ecologismo es extraordinariamente perspicaz:
A Occidente le persigue también la cosmología cristiana de la Ciudad de Dios de San Agustín. Desde la Ilustración francesa hasta el marxismo, pasando por el freudismo y el ecofundamentalismo, la visión de Agustín de la Ciudad Celestial ha tenido un tenaz arraigo en la mente occidental. La misma narrativa con un Jardín del Edén, una Caída que lleva al Pecado Original y un Día del Juicio para los Elegidos y el Infierno para los Condenados sigue siendo recurrente. La más extraña de estas mutaciones seculares es la última: El ecofundamentalismo. Lleva el mensaje cristiano del desprecio del mundo - contemptus mundi a su conclusión lógica. La humanidad es mala y sólo puede salvarse si vive en armonía con una naturaleza deificada. El sentimiento de culpa por pecar contra Dios ha sido sustituido por el de pecar contra la Naturaleza. La salvación de la nave espacial Tierra ha sustituido a la salvación de las almas. ¿Es sorprendente, en el contexto de lo que he dicho, que los únicos países no afectados por esta religión secular sean China e India, las civilizaciones supervivientes del mundo clásico pagano?
Deepak Lal, Towards A New Paganism: The Family, The West And The Rest, Biblioteca della libertà, XLV (2010)