En 1555, por ejemplo, un tal Jean-Baptiste Ferufini solicitó al gobierno español el establecimiento de una oficina de registro de seguros en Amberes, ofreciendo a cambio un pago anual al Rey de España de 500 florines. No es de extrañar que la propuesta suscitara una enérgica oposición por parte de los comerciantes, pero en 1559 fue aprobada. Los comerciantes debían pagar una tasa de registro, y sólo las pólizas registradas serían ejecutables en los tribunales locales. Sin embargo, aunque se redactó una ordenanza para establecer el monopolio, no hay pruebas de que la oficina de registro llegara a funcionar. Lo más probable es que los comerciantes simplemente la ignoraran….
En 1577, un hombre llamado Francesco di Nasi hizo una propuesta similar para registrar pólizas en Venecia, comprometiéndose a pagar 800 ducados al año al gobierno. La junta de gobierno encargada de los asuntos financieros y económicos, apoyada por comerciantes y corredores, rechazó la propuesta
En 1576, Richard Candeler logró obtener una patente para establecer una "Oficina de Seguros" con el monopolio del registro de pólizas de seguros en Londres. Inicialmente, Candeler también tenía el monopolio de la redacción de pólizas, pero ese elemento de la patente se abandonó ante la oposición de comerciantes, corredores y suscriptores. Malynes (1622) señaló que las pólizas de seguros se registraban en la Oficina de Seguros de la Bolsa Real de Londres. Pero la mayoría de los comerciantes, que preferían mantener sus asuntos en privado, no registraron sus pólizas, y la Oficina acabó desapareciendo…
… aunque las autoridades de Ámsterdam a menudo aprobaban reglamentos formales que estaban en desacuerdo con la práctica real, "parece que el negocio "en la calle", la rutina diaria del sector de los seguros, seguía su propio camino. La mayoría de las veces, las ordenanzas y los reglamentos se infringían, se desafiaban o simplemente se ignoraban. A los comerciantes y armadores no se les permitía asegurar hasta el valor total de sus bienes, pero lo hacían de todos modos. Los corredores no estaban autorizados a comerciar por cuenta propia, pero se sabía que lo hacían. Los corredores no autorizados nunca debían ser admitidos en el gremio, pero [algunos antiguos corredores no autorizados sí
Christopher Kingston, Governance and institutional change in marine insurance, 1350–1850 European Review of Economic History (2014) 18 (1): 1-18
No hay comentarios:
Publicar un comentario