Andre Benz, Unsplash
Qué es populismo y qué no lo es
Un populista es un outsider que moviliza los votos prometiendo tumbar al establishment político, a la casta. Es el caso de Milei y el de Trump. Pero en Europa, por ejemplo, se suele asociar con la ultraderecha, la derecha antiinmigración. Para mí son dos cosas distintas. ¿En qué se diferencian? Hay una nueva tendencia política cuyo dicurso anticosmopolita y antiinmigración tiene su reflejo en la ultraderecha de Europa occidental -también es el caso de Viktor Orban, aunque él venga de la Democracia Cristiana realmente-. A mí personalmente no me gusta esa tendencia, pero no la considero por fuerza populismo... En realidad la polarización es parte de la democracia, pero cuando llega a estos extremos existe la tentación de abusar del poder. Porque si el rival no es simplemente un partido con el que se compite sino un fascista, o comunista, o marxista, o cualquiera de esas etiquetas, eso es algo intolerable. Surge la presión para manipular las reglas del juego y las instituciones para derrotarlo. pero sabe que tiene que gobernar poniendo a su gente en las instituciones. Y ha prometido usar esas instituciones estatales y el poder judicial, todos los mecanismos de la Administración, para investigar, amenazar y castigar a sus rivales tanto en su propio partido como en la oposición.
Y no salen juntos para evitar hablar de política
Suecia ha sido una sociedad mayoritariamente socialdemócrata durante muchos años. Ahora el partido que apoya el gobierno de centroderecha, aunque no hayan entrado en él, es el SD (con raíces neonazis). La mayoría de los jóvenes en Suecia está votando a este tipo de partidos. Ese hombre sueco, tan soft (suave) está cambiando. Los hombres están votando más a la derecha y las mujeres, a la izquierda. Y no salen juntos para evitar hablar de política... Algunas de las situaciones que explico en el libro son un poco confusas. ¿Y qué pasa cuando no somos totalmente claros con la otra persona? Si accedes a irte a la cama con alguien no estás aceptando hacer todo lo que a él le apetezca. ¿Y si no me lo estoy pasando bien? Creo que hay que discutir todo eso.
Diversidad de la buena
Muchos cirujanos, generales militares y directores ejecutivos son psicópatas o narcisistas, lo que no significa que anden por ahí asesinando gente, simplemente que no sienten el sufrimiento de otras personas tan intensamente como el resto de nosotros. Esto les permite tomar decisiones puramente racionales sin verse influenciados indebidamente por el sufrimiento emocional de los demás; algo que viene muy bien a la hora de tomar decisiones duras pero necesarias. La mayoría de nosotros tendríamos dificultades para ordenar que miles de tropas fueran a una zona de guerra para salvar a su país si supiéramos que la mayoría terminaría muriendo. O el director ejecutivo que se ve obligado a despedir a la mitad de su empresa para que sobreviva la otra mitad. Aunque es lo correcto a largo plazo, jugaría con nuestra conciencia en el corto, debido a nuestra capacidad de empatizar con el sufrimiento que podemos causar. La razón por la que los tiranos y narcisistas parecen llegar a lo más alto en muchos ámbitos es que pueden soportar más cosas desagradables que el resto de nosotros, lo que les permite seguir persiguiendo sus objetivos pase lo que pase".
La Ciencia como quehacer colectivo - cooperación
La ciencia también es una empresa social, y no es divertido que te critiquen. Practiquemos juntos, y empecemos a enseñar a la gente desde el principio de sus carreras que ellos no son su trabajo académico y que critiquen y refuten tus hipótesis o tus teorías no signifca que estén criticándote personalmente. Practiquemos la crítica, por ejemplo, siguiendo las reglas de Rapaport, y practiquemos ser criticados. Cito: Debes intentar formular lo que dice el artículo que estás criticando de forma tan clara, vívida y justa que el que es objeto de tu crítica diga: "Gracias, ojalá se me hubiera ocurrido expresarlo así". Enumera los puntos en los que hay acuerdo (sobre todo si no se trata de cuestiones en las que hay acuerdo generalizado). Menciona todo lo que hayas aprendido de tu interlocutor. Sólo entonces se le permite decir siquiera una palabra de refutación o crítica... La gente ha empezado a ofrecer recompensas para encontrar errores en su propio trabajo, ofreciendo pagos o donaciones a organizaciones benéficas si se identifican errores. Y hace unas semanas se puso en línea ERROR, "un programa de recompensas por errores para detectar y notificar sistemáticamente errores en publicaciones científicas, inspirado en los programas de recompensas por errores de la industria tecnológica", en el que se paga a los investigadores por descubrir errores.
Citas de Hitchens, Arguably
Dios sabe cómo habría sido Orwell en el ejército. No tengo ninguna duda de que habría sido valiente, pero la valentía en el ejército es, en general, un requisito último, no inmediato, una ccualidad que sólo se exige al final de un largo y tedioso aprendizaje.
Antony Powell
Lo que Wodehouse sí descubrió fue que una vez que se había liberado de las cadenas de la condición proletaria y se había convertido en un trabajador independiente, la jornada laboral no terminaba nunca.... que un hombre que finalmente logró vivir muy acomodadamente nunca olvidó que tenía un jefe infinitamente exigente y despiadado: él mismo... era un trabajador. Su principal habilidad consistía en hacer que el producto de su trabajo pareciera fácil
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No se puede juzgar el valor de una opinión simplemente por el coraje que se requiere para defenderla.
George Orwell
Los fascistas tienen la palabra acción en los labios de la mañana a la noche
Wyndham Lewis
Traidores a la clase social, fieles al interés general
Se dice que, justo antes de la escisión chino-soviética, Nikita Khrushchev tuvo una tensa reunión con Zhou Enlai en la que el primero dijo al segundo que ahora había entendido le problema: "Yo soy hijo de mineros. Tu eres descendiente de funcionarios imperiales del medievo. No tenemos nada en común". "Quizá sí tenemos algo en común" - dijo el segundo - "¿Qué?" - respondió Krushchev - "Somos, ambos, traidores a nuestra clase social",
Lo difícil que fue publicar Rebelión en la Granja de Orwell y por qué la primera traducción fue al ucraniano contado por Christopher Hitchens, Arguably
El libro fue escrito en el apogeo de la Segunda Guerra Mundial, y en un momento en que el pacto entre Stalin y Hitler había sido reemplazado abruptamente por una alianza entre Stalin y el Imperio Británico. Londres estaba bajo bombardeo nazi y el manuscrito original de la novela tuvo que ser rescatado de los escombros de la bombardeada casa de Orwell en el norte de Londres.
La forma cínica en que Stalin había cambiado de bando no había sorprendido a Orwell, que para entonces estaba acostumbrado a la deshonestidad y la crueldad del régimen soviético. Esto lo colocó en una minoría bastante pequeña, tanto dentro de la Gran Bretaña oficial como entre la izquierda británica. Un número considerable de personas "progresistas" todavía creían que la colectivización comunista de la agricultura rusa había beneficiado a los campesinos y sostenían que el asesinato judicial de sus antiguos camaradas políticos por parte de Stalin había constituido un juicio justo. Orwell no había visitado la URSS, pero había visto de cerca la versión española del estalinismo y en términos generales se puso del lado de la Oposición de Izquierda o de las fuerzas trotskistas, cuya perspectiva es expuesta por un personaje de cuatro patas en este libro. Con algunas ligeras modificaciones en la secuencia de los acontecimientos, la acción se aproxima al destino de la generación de 1917 en Rusia. Así, el gran plan revolucionario del veterano jabalí Viejo Mayor (Karl Marx) es al principio adoptado con entusiasmo por casi todas las criaturas, lo que lleva al derrocamiento del granjero Jones (el zar), a la derrota de los demás granjeros que acuden en su ayuda (las hoy olvidadas invasiones occidentales de Rusia en 1918-19) y el establecimiento de un nuevo Estado modelo. En poco tiempo, las criaturas más despiadadas e inteligentes (naturalmente los cerdos) tienen a los demás animales bajo su dictadura y viven como señoritos. Inevitablemente, los cerdos disputan entre ellos. Las fuerzas sociales representadas por diferentes animales son fácilmente reconocibles (Boxer, el noble caballo, como encarnación de la clase trabajadora, Moisés, el cuervo, como la Iglesia Ortodoxa Rusa), al igual que los individuos identificables interpretados por diferentes cerdos. La rivalidad entre Napoleón (Stalin) y Snowball (Trotsky) termina con el exilio de Snowball y el posterior intento de borrarlo de la memoria de la granja. Stalin hizo asesinar al exiliado Trotsky en México menos de tres años antes de que Orwell comenzara a trabajar en el libro...
Es aleccionador considerar lo cerca que estuvo esta novela de permanecer inédita. Habiendo sobrevivido a los bombardeos de Londres por Hitler, el bastante maltrecho manuscrito fue enviado a la oficina de TS Eliot, entonces un importante editor de Faber & Faber. Eliot, amigo de Orwell, y conservador político y cultural, por no decir reaccionario, quizá incitado por la alianza de Gran Bretaña con Moscú en la Segunda Guerra Mundial, rechazó el libro porque le parecía demasiado "trotskista" añadiendo que elegir a los cerdos como los jefes de la granja era una elección desafortunada y que los lectores podrían sacar la conclusión de que lo que se necesitaba eran "más cerdos con espíritu de servicio público". Quizás esto no fue tan fatuo como el rechazo que recibió Orwell de The Dial Press en Nueva York, que le informó solemnemente que las historias sobre animales no tenían mercado en los Estados Unidos. Y esto en la tierra de Disney…La solidaridad en tiempos de guerra entre los conservadores británicos y los comunistas soviéticos encontró otro aliado en Peter Smollett, un alto funcionario del Ministerio de Información que resultó ser un agente soviético. Smollett advirtió a otros editores para que no publicaran el libro y Rebelión en la Granja fue rechazado por otras reputadas editoriales como Victor Gollancz y Jonathan Cape. Durante un tiempo, Orwell pensó en la autopublicación del libro con ayuda de su amigo el poeta canadiense radical, Paul Potts. El enfado llevó a Orwell a escribir un ensayo titulado "La libertad de prensa", que se incluiría como introducción a Rebelión en la Granja. Un ensayo que ni siquiera fue redescubierto e impreso hasta 1972. Finalmente, el honor del mundo editorial fue salvado por la pequeña empresa Secker & Warburg, que en 1945 publicó una edición con una tirada muy limitada y pagó a Orwell cuarenta y cinco libras como derechos de autor.
Es imaginable que la historia pudiera haber terminado de esta manera, pero dos acontecimientos posteriores le dieron a la novela su lugar en la historia. Un grupo de socialistas ucranianos y polacos, que vivían en campos de refugiados en la Europa de la posguerra, descubrieron una copia del libro en inglés y descubrieron que era una alegoría casi perfecta de su propia experiencia reciente. Su líder y traductor autodidacta de habla inglesa, Ihor Sevienko, encontró una dirección para Orwell y le escribió pidiéndole permiso para traducir Rebelión en la Granja al ucraniano. Le dijo que, no obstante, muchas de las víctimas de Stalin todavía se consideraban socialistas y no confiaban en que un intelectual de derechas pudiera expresar sus sentimientos. "Quedaron profundamente afectados por escenas como la de los animales cantando 'Bestias de Inglaterra' en la colina... Reaccionaron muy vívidamente ante los valores 'absolutos' del libro". Orwell acordó conceder los derechos de publicación de forma gratuita (lo hizo para ediciones posteriores en varios otros idiomas de Europa del Este) y escribir el prefacio que cité antes. Es conmovedor imaginar a hombres curtidos en la batalla. ex soldados y prisioneros de guerra y que habían sobrevivido a todas las privaciones del Frente Oriental, conmovidos por la imagen de los animales de granja británicos cantando su propia versión de La Internacional (que había sido prohibida por Stalin), pero este fue un ejemplo temprano de la influencia que el libro iba a tener entre sus lectores. Las autoridades militares estadounidenses en Europa no se conmovieron tan fácilmente: reunieron todas las copias de Rebelión en la Granja que pudieron encontrar y las entregaron al Ejército Rojo para que las quemara. La alianza entre los granjeros y los cerdos, tan inquietantemente descrita en las páginas finales de la novela, todavía estaba vigente.
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