jueves, 27 de noviembre de 2025

Lecciones para Europa: cómo disfrutar de un derecho de sociedades eficiente: el caso de Delaware y la virtud de la simplicidad

La vicecanciller de Delaware, la jurisdicción mundial lider en Derecho de Sociedades explica que el concepto básico que estructura el Derecho de Sociedades de Delaware es la "relación fiduciaria"

Cuando los accionistas invierten su capital en una sociedad anónima, están realizando un acto profundo de confianza. Están entregando sus bienes a la administración de otros—los consejeros y directivos de esa empresa. Este acto de confianza crea una responsabilidad solemne para esos fiduciarios... que, a cambio, prometen... ser leales y ser cuidadosos

El deber de lealtad es una piedra angular de nuestro derecho de sociedades. No se trata solo de evitar que se entreguen abiertamente a satisfacer sus propios intereses o que metan la mano en la caja corporativa. Es un estado mental que exige una lealtad absoluta a la corporación y a sus accionistas, a quienes el fiduciario pone en primer lugar. No solo gestiona los conflictos palmarios, sino el "fantasma omnipresente" de que el consejo de administración podría estar actuando en su propio interés. 

Luego está el deber de diligencia. Ese deber no se refiere a los resultados; se refiere al proceso de toma de decisiones. Es el compromiso de ser un administrador diligente… No se trata de vigilar que no se cometan errores menores o de buena fe, sino de evitar fallos graves y absolutos en el proceso de toma de decisiones. 

Sé leal. Actúa con conocimiento. Juntos, estos dos deberes apuntan a un propósito igualmente claro: generar valor sostenible a largo plazo para los propietarios de la sociedad —los accionistas— que invirtieron confiando en esas promesas. 

Nuestro derecho de sociedades se concentra en los accionistas pero no es insensible respecto de otros intereses. Es solo que para que haya rendición de cuentas efectiva, los deberes deben tener un destinatario concentrado. Un consejo que pueda justificar cualquier decisión invocando intereses contrapuestos de distintos grupos de interés se vuelve irresponsable. Si un consejo pudiera justificar una acción que perjudicara deliberadamente a los accionistas alegando beneficios para el medioambiente, o afirmar que una decisión perjudicial para los empleados se adoptó para favorecer a los clientes, no existiría un mecanismo eficaz para controlar las infracciones del deber fiduciario.

 En Delaware no pedimos que las sociedades anónimas actúen como si fueran un órgano de composición de los intereses de la Sociedad y de promulgación de políticas públicas. Queremos que sea una empresa. Y no imponemos nuestras opiniones sobre normas medioambientales, laborales o de protección al consumidor bajo el disfraz del derecho de sociedades. A mi juicio, esas normas establecen los límites dentro de los cuales la compañía debe operar, y los fiduciarios tienen el encargo de crear valor para los accionistas dentro del derecho. Pretender que hagan más... equivale a diluir la responsabilidad que... legitima al Derecho de Sociedades..., que lo hace previsible... 

...l a regla del juicio empresarial... hace posible... asumir riesgos. Cada decisión empresarial significativa — entrar en un nuevo mercado, adquirir un competidor, invertir en una nueva tecnología — es una apuesta por un futuro incierto...  sin la regla de juicio empresaria, cada vez que un consejo de administración tomara una decisión audaz que resultara finalmente errónea, se enfrentaría a una demanda.  El resultado sería parálisis corporativa. Los administradores, comportándose racionalmente y ante la perspectiva de responsabilidad por cualquier apuesta que salga mal, estarían incentivados a evitar el riesgo. No tratarían de crecer ni de innovar y optarían por decisiones conservadoras... para evitar litigios. Al hacerlo, se verían impedidos de alcanzar el verdadero potencial del negocio, limitando el valor óptimo a largo plazo para los accionistas... 

La regla del juicio empresarial ... (tiene como consecuencia que)... no importa si la decisión resultó ser una mala decisión. No importa si el demandante o si cualquiera habría tomado una decisión diferente. La única cuestión es si los administradores actuaron sin conflicto y con la información adecuada... 

 La presunción de la regla del juicio empresarial simplifica toda la actividad judicial. En lugar de pedir a un tribunal que desentrañe una red de factores que influyeron en una decisión, le pedimos que se centre en un conjunto de preguntas mucho más limitado y manejable: ¿Estaban los administradores en conflicto de interés? ¿Tomaron las decisiones con la información adecuada y de buena fe?

Los riesgos para la simplicidad 

En primer lugar, observamos una dispersión de deberes. El consejo de administración moderno se ve obligado a gestionar una multitud de intereses mientras afronta un escrutinio intenso por parte de los inversores, nuevos riesgos tecnológicos y geopolíticos, y cambios profundos en las expectativas sociales —desde ESG (Medioambiente, Social y Gobernanza) y DEI (Diversidad, Equidad e Inclusión)... que presionan para expandir el Derecho de Sociedades para satisfacer tales expectativas. Pero hay consecuencias no pretendidas. Un derecho de sociedades más complejo afectaría a la eficiencia del gobierno de las sociedades. Los administradores se enfrentarían a expectativas contradictorias o directamente erróneas.  

Segundo, vemos un aumento de los estándares subjetivos, lo que añade otra capa de complejidad a nuestro derecho. Por ejemplo, sobre si el administrador era independiente, lo que ha llevado a preguntar... por sus amistades, actividades filantrópicas y otros vínculos débiles. Aunque ninguno de esos vínculos fundamente un conflicto de interés que le obligue a abstenerse, se pide a los tribunales que consideren si las conductas podían considerarse independientes... y lo propio sobre quién controla a quien y, por tanto, a quién deben lealtad. 

La responsabilidad derivada de la omisión por los consejeros de su deber de supervisión de la conducta de los directivos que rara vez se litigaba (porque nunca tenían éxito las demandas correspondientes) se ha convertido en un arma de ataque para hacer responsables a los administradores "siempre que pasa algo malo a la compañía incluso cuando las causas son externas". Se está invitando a los jueces a que se conviertan en activistas y a los accionistas en rent seekers. 

El coste último de esta fricción es la erosión de la previsibilidad. Los administradores y sus asesores ya no pueden planificar con confianza, ya que cada decisión se convierte en un cálculo de riesgo de litigio. Eso es justo lo contrario del régimen que Delaware ha trabajado durante décadas para proporcionar... 

 Lo que podamos ganar en matices superficiales en la aplicación de las normas, lo perdemos en practicidad. Cuando el derecho se convierte en un conjunto de estándares vagos en lugar de principios claros, cada caso se transforma en una oportunidad para distorsionar las normas en una nueva dirección.

¿Qué significa equity?

No se trata de dar a la jueza una invitación para imponer sus propias nociones de equidad sobre decisiones empresariales adoptadas sin conflicto de interés. Significa que no estamos ciegos ante conductas indebidas y que el Tribunal de Cancillería tiene el poder —y el deber— de mirar más allá del mero cumplimiento formal. La equidad no juzga el resultado, sino al actor. Es nuestro mecanismo para controlar al fiduciario que utiliza la letra de la ley para traicionar su espíritu. La equidad cumple una función que la normativa legal, por su carácter general, no puede realizar por sí misma. Nuestro derecho societario puede seguir siendo simple y previsible porque la equidad impide el oportunismo. Pero la equidad es más que un complemento: es la conciencia de nuestro derecho societario, la que garantiza que la letra de la ley permanezca vinculada a su propósito esencial. Equidad, unida a reglas claras, es la respuesta a la complejidad... Permite abordar casos de verdadera mala conducta y de mala fe, de modo que las reglas sigan siendo sencillas y eficaces para los que adoptan decisiones de buena fe.

La equidad permite evitar el confuso y complejo debate de la protección de los intereses de todos los que participan en la producción empresarial o se benefician de ella 

La equidad se plantea una pregunta mucho más simple y, me atrevo a decir, mucho más poderosa: ¿actuó el consejo de buena fe para promover el valor a largo plazo de la sociedad, o su decisión encubrió el interés propio, la violación del deber de lealtad o una abdicación de sus deberes de diligencia? La equidad.. se centra en la integridad del proceso.

 ¿Quién es un administrador independiente y quién es un accionista de control?

La regla sencilla es que presumimos independencia, salvo en caso de un conflicto real —uno que genere sesgo. La equidad permite al tribunal apartar esa presunción cuando sea necesario. Sin embargo, debemos mantener expectativas básicas desde el principio si queremos que los consejos y comités estén adecuadamente formados. No queremos que los consejeros descubran por primera vez, a través de un juez de Delaware, que carecen de independencia o que son accionistas de control. 
Un juez de Delaware no es un gestor, un estratega ni un ingeniero social, sino un guardián de la integridad de las sociedades anónimas. En la práctica, esto significa que mi función principal es proteger el proceso, asegurando que los deberes de lealtad y diligencia no sean meras palabras vacías, sino obligaciones efectivas.

Lori Will, Back to Basics: Delaware’s Genius of Simplicity, 2025

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