viernes, 7 de septiembre de 2018

Larry Summers, en contra de que el cortoplacismo sea un problema y a favor de mantener la obligación de publicar resultados trimestrales

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Mosaico Pompeya, Museo Arqueológico Nacional, Nápoles

En el Financial Times, dice el profesor de Harvard que hay bastantes datos empíricos que indican que los que gestionan las grandes sociedades cotizadas no actúan sólo con la vista puesta en el corto plazo amenazados constantemente por la presión que les imponen los mercados de capitales y la bajada de cotización que sigue inmediatamente a los resultados trimestrales un poco inferior a lo esperado. De ahí que el gobierno de Trump haya propuesto eliminar la obligación de publicar resultados trimestrales.

Summers empiezan con el caso de Amazon que sería una prueba de que los mercados de capitales son capaces de premiar a los que tienen proyectos a largo plazo. Amazon, a pesar de no haber obtenido beneficios significativos hasta muy recientemente, cotizaba con enormes múltiplos porque los mercados confían en la estrategia a largo plazo de Bezos.Lo propio ocurre con los “unicornios”. Luego añade un argumento más sofisticado:

muchos estudios han confirmado que las empresas en las que los flujos de caja son más elevados en relación con las cotizaciones bursátiles son las que obtienen los mayores beneficios. Si, como sugiere la tesis del corto plazo, estas empresas estuvieran sobrevaloradas, se esperaría que obtuvieran rendimientos anormalmente bajos en lugar de inusualmente altos.

Añade que, donde hay propietarios “fuertes”, como ocurre con las empresas controladas por fondos de private equity o de capital riesgo, los ejecutivos han de proporcionar a los socios de control información mensual y tal es la estrategia también de las matrices respecto de las filiales.

En cuanto al dato empírico según el cual las sociedades cotizadas invierten poco, Summers afirma que es un argumento falaz: ¿por qué hemos de estar seguros de que deberían invertir más? Pero lo más interesante es que eliminar la información trimestral tiene costes. Beneficia a los insiders que dispondrán de mucho más tiempo que ahora para utilizar en su beneficio la información sobre la marcha de la compañía (y aumentaría los incentivos y las posibilidades de los ejecutivos para manipular la contabilidad o jugar a “doble o nada” para ocultar los malos resultados) y aumentaría la volatilidad de los mercados.

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