lunes, 24 de diciembre de 2018

La ventaja de Europa occidental: una psicología que redujo los costes de acción colectiva en la negociación con los gobernantes

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Inmaculada de Tièpolo. detalle

Si los europeo-occidentales tenían más facilidad, por su psicología social, para cooperar con extraños y hacer de los demás vecinos y paisanos parte de la propia “familia imaginada”, es probable que fueran capaces de resistir más eficazmente frente a los gobernantes y que Europa acabara siendo la cuna y trono del gobierno limitado, el liberalismo y la democracia. Algunos extractos de dos posts recientes de Greer que se citan al final

los occidentales son más individualistas, más confiados con extraños/instituciones públicas, más propensos a donar anónimamente; menos preocupados por las opiniones y juicios de terceros, menos propensos a engañar, hacer trampas y a infringir las normas y menos tolerantes con el nepotismo que los habitantes de otras zonas geográficas del planeta.

"La vida política en Europa era una batalla constante entre gobernante y gobernados. El primero necesitaba dinero y los segundos se resistían todo lo que podían a dárselo. De modo que, a veces, los monarcas se veían obligados a hacer concesiones a nobles, burgueses o – en menos ocasiones – a campesinos, concesiones que implicaban limitar los poderes del Trono

Así se inició el camino hacia el gobierno representativo ¿Cómo fue posible que se produjeran estas "negociaciones"? Qué podría dar a los ciudadanos una ventaja al negociar con el Trono? ¿Cómo tal ventaja podría cambiar los resultados y los incentivos de cada parte?

Schulz ha demostrado que las normas pro-sociales que dominan la psicología de los europeo occidentales hoy estaban ya ahí a comienzos de la Edad Moderna ¿Da esa psicología una ventaja a los sujetos que negocian con un monarca? En caso afirmativo, ¿cómo podría modelarse esa ventaja?

Sospecho que una manera de abordar esto es a través de la lente de la acción colectiva… los politólogos William Roberts Clark, Matt Golder y Sona Golder admiten que lo menos realista de su modelo es que no tiene en cuenta la dificultad que tienen los gobernados para coordinar una respuesta a las decisiones del gobernante, lo cual es un buen punto de partida. Me parece verosímil que una población de sujetos vecinos que tengan una mentalidad como la de los europeos tiene más facilidad para superar los problemas de la acción colectiva que una población con un perfil psicológico diferente. Estoy muy interesado en ver un modelo formal que demuestre cómo podrían cambiar los beneficios a medida que cambian los costos de coordinación de la negociación colectiva. Si estos costes pueden vincularse a la variación psicológica que Schulz ha descubierto, se habrá encontrado una teoría convincente de la construcción institucional europea.

A lo que debe añadirse que los gobernantes europeos que surgieron de la descomposición del Imperio Romano en Occidente nunca fueron lo suficientemente poderosos como para que sus gobernados tuvieran que coordinarse a una escala superior a la local. Recuérdese que, incluso en el siglo XVI, las ciudades castellanas creyeron que podrían doblegar al Emperador y que los Estados que consiguieron consolidarse y liderar el crecimiento económico con una alta capacidad fiscal tenían una extensión territorial pequeña. La comparación entre el Imperio español y el británico en este sentido es ilustrativa.

Tanner Greer, How the Catholic Church Created Our Liberal World, The American Conservative 2018

Tanner Greer, Taking Cross Cultural Psychology Seriously , The Scholar's Stage 2018

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