EL PAIS publica hoy un artículo de Angel Viñas en el que comenta esto, un índice sobre el Estado de Derecho y el lugar que ocupa España. El resumen de Viñas es
En esta perspectiva comparada sobresale un dato. En lo que se refiere a la situación de los derechos fundamentales España figura en quinto lugar, tanto regionalmente hablando como en el mundo. Está por delante de países tan emblemáticos como Australia, Japón, Francia y Estados Unidos. Le superan solo Austria, Suecia, Holanda y Canadá.
España descuella también en dos parámetros esenciales. Uno es el de la limitación de los poderes gubernamentales. Otro, la facilidad de acceso a la justicia civil. En el primer caso ocupa el quinto puesto regionalmente (por delante de, ¡qué le vamos a hacer!, Estados Unidos y Francia) y el séptimo en el mundo. En el segundo, está en cuarto puesto (por delante de Canadá, Francia, Japón y, ¡de nuevo!, Estados Unidos) y el séptimo en el mundo.
Ciertamente, en relación con el resto de los parámetros, España baja, pero no deja de mantener un puesto honroso. En lo que se refiere a la carencia de corrupción, y a pesar de los estragos del caso Gürtel y otras lamentables “hazañas” de parecido tenor, figura en noveno lugar en el mundo y, desde luego, por delante (¡otra vez!) de Estados Unidos. Su peor score (ocupa el decimoquinto puesto en el mundo, aunque el séptimo regionalmente) se refiere al carácter más o menos abierto del Gobierno. En los demás parámetros se encuentra en los puestos décimo o decimosegundo en el mundo, pero siempre entre los siete mejores del entorno.
Además de lo que dice Viñas, debería preocuparnos la inseguridad jurídica (el 12 de 35 en la predictibilidad y estabilidad normativa). La mejor noticia, sin embargo, es, a mi juicio, que España se ha convertido en una sociedad abierta y mantenernos así es la mejor garantía de salida de la crisis económica. Es urgente, por esta razón, mejorar la transparencia de la actuación de los poderes públicos. Toda la información en manos de las administraciones públicas debe estar colgada en internet (ya sé lo de los límites). Con más transparencia se reducirá también la tasa de corrupción, mejorará el nivel de cumplimiento de las normas y la efectividad de la Justicia y de los mecanismos de control de los poderes públicos. Resulta increíble que el Presidente de una Comunidad autónoma diga que no puede hacer público cuanto ha pagado al yerno del Rey porque acordó que lo mantendría confidencial. El contrato debería estar colgado en Internet. Si es que la noticia es correcta.