Nos cuenta Matt Levine que las SPAC están proliferando como setas. El FT dice que han recaudado de los inversores 109.000 millones de dólares en un mes. Y dice también este periódico londinense que ya se ha constituido una en la bolsa de Nueva York que declara en su folleto que su objetivo es fusionarse con – y sacar a la bolsa de Nueva York por esta vía – una compañía europea que tenga una valoración superior a los 1000 millones de dólares. Esto es una mala noticia para los despachos de abogados europeos puesto que significa que el negocio de constituir y sacar a bolsa a la SPAC y realizar la fusión posterior se lo van a llevar los despachos norteamericanos. Sería deseable, si se quiere preservar el negocio en Europa, que los organismos que supervisan los mercados de valores y el legislador europeo adoptaran regulaciones de las SPAC posibilitadoras. En principio, no hay nada en la legislación societaria de un país europeo tipo que impida su utilización. Si los EE.UU. tienen una gran ventaja será por la profundidad y liquidez de sus mercados de capitales.
Levine explica que las SPAC están recurriendo a los famosos para meterlos en los consejos de administración como una forma de atraer inversores. ¡Qué tiempos aquellos en los que eran los aristócratas o los capitanes de la industria los que tenían la reputación necesaria para atraer inversores a la bolsa! Ahora son los cantantes y los deportistas . ¿Qué ventajas tiene tener un famoso en tu consejo de administración si eres una SPAC? Se supone que es publicidad barata para los inversores minoristas (conocen a alguien) y se supone que los dueños de las empresas con las que se fusionará eventualmente la SPAC se pirran por conocer a gente famosa.
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