martes, 3 de diciembre de 2024

La conjura contra España (CIII): la jeta de Sánchez-Cuenca

foto: JJBOSE

Me fastidian especialmente los de la "opinión publicada" que se meten con los que no pueden defenderse. Sánchez Cuenca, con la mediterránea ordinariez, la malevolencia y el sectarismo que le caracterizan, ha publicado un artículo contra los jueces. He buscado artículos suyos de este jaez cuando los jueces emplumaban a los del PP, pero no he encontrado ninguno. Entonces sólo publicaba en EL PAÍS muy de cuando en cuando. Pero su aversión a los jueces conservadores viene de antiguo (¿por qué no tiene esa misma aversión a los jueces progresistas?): ya se metía con los jueces que se metían con el gobierno de Zapatero y se ha metido con los jueces que emplumaron a los golpistas nacionalistas catalanes y más recientemente, con los jueces que se atreven a aplicar la ley cuando no conviene al gobierno de Sánchez que se aplique la ley.

Más o menos a la mitad del artículo Sánchez Cuenca nos dice que 

"No es mi propósito en absoluto cuestionar los fundamentos jurídicos de las decisiones que están tomando los tribunales involucrados en estos casos" 

Pero parece una pura y simple mentira. Ese es su propósito, porque inmediatamente dice que
parece que algunos jueces aplican un celo excepcional al sopesar las denuncias que se presentan contra el Gobierno o el PSOE. Es como una especie de huelga de celo selectiva."

O sea, que los jueces habrían perdido la imparcialidad. Jeta-Sánchez-Cuenca se olvida de los jueces que archivaron las denuncias por el caso Delcy; los que archivaron las denuncias por el rescate de Plus Ultra, esa línea aérea venezolana que estaba en quiebra (que EL PAÍS defendió diciendo que se trataba de "asegurar los vuelos de los migrantes latinoamericanos"; los que archivaron las denuncias de Vox y del PP contra el PSOE y contra Sánchez; los que archivaron las denuncias contra Illa por las consecuencias de la pandemia, etc etc etc. 

Pero es que continúa diciendo que 

Por supuesto que una filtración puede ser un delito, pero llama la atención que la filtración sobre los delitos de la pareja de Díaz Ayuso merezca el esfuerzo ímprobo del magistrado Hurtado cuando en España hay filtraciones judiciales constantemente y no se investigan porque los jueces consideran que sería muy difícil descubrir la autoría de las mismas, empezando por las filtraciones del propio procedimiento del que Hurtado es responsable.

A este jeta le faltan conocimientos y criterio. Al que corresponde impulsar la acción de la justicia no es al juez, sino al fiscal. Así que, su pregunta debe dirigirla, precisamente, a García Ortiz, que calificó de "cáncer" las filtraciones. El magistrado Hurtado, como él le llama, no ha elegido ocuparse de ese asunto. Es el juez predeterminado por la ley porque el presunto delincuente es Fiscal General del Estado. Y esta filtración es muy grave porque implica que el mismísimo fiscal general del Estado habría urdido una conspiración en cuya ejecución incumplió una de las obligaciones más sagradas de un funcionario público: mantener reservadas las informaciones que conoce por razón de su cargo. Y lo habría hecho para favorecer al Gobierno en su enfrentamiento con la presidenta de la Comunidad de Madrid perjudicando, por el medio, a un particular que, como es un hombre fascista, no estará pasando "las de Caín" como las pasaría si fuera una mujer y no fuera la novia de un fascista, claro. Lo de que "nos van a ganar el relato" no puede ser más expresivo de la conducta delictiva del fiscal general.

Entre paréntesis: si ya hasta el presidente del gobierno ha afirmado que la filtración del primer correo electrónico (el que recogía la "aceptación" por el fiscal de la oferta del abogado de González Amador) la cometió el jefe de gabinete de Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez, ¿por qué tenemos que andarnos con melindres al afirmar que el fiscal general del Estado mandó a La Moncloa el correo electrónico "que faltaba" para componer el "verdadero" relato de las negociaciones entre el abogado de González Amador y la fiscalía? Nos queda por saber si la filtración a la Cadena SER y a El Diario la realizó la fiscalía general o se realizó desde Moncloa, esto es, por la jefa de gabinete del jefe de gabinete de Sánchez. También necesitamos saber qué grado de participación tienen en la filtración el jefe de la jefa de gabinete y el jefe del jefe de la jefa de gabinete. Pero que García Ortiz delinquió parece prácticamente probado porque fue él, sin duda, el que envío (o hizo enviar) todo el 'dossier' a La Moncloa. Lo sabemos porque le preceden tres sentencias del Tribunal Supremo anulando sus nombramientos, lo que demuestra que el gallego no se para en barras para servir a su amo, al 'puto amo'. Así se explica la cerrada defensa que de él está haciendo el Gobierno. Si García Ortiz dijera la verdad, revelaría que no fue él quien filtró esos documentos a la prensa. Él sólo se los envió a Óscar López, jefe de gabinete de Sánchez y jefe de su jefa de gabinete. Le habrán dicho a García Ortiz que el 'puto amo' no olvida a los que le sirven bien y que, a través del Tribunal Constitucional, encontrarán la forma de anular la sentencia que lo condene. 

Sánchez-Cuenca es otro Perfectus Detritus de los que abundan en la izquierda española en la última década. Illa debería sacarle una plaza en la Pompeu Fabra o en la UAB o en la Universidad de Gerona y así podría abandonar este infierno fascista que es Madrid. En la UAM hemos acogido a la no-acreditada para titular que perdió su plaza de titular en la Carlos III a la espera, supongo, de que le vuelvan a sacar la plaza que se merece en la Carlos III.

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