Las leyes de la vida
La primera ley de la vida es la ley de la energía, según la cual el límite último en la biomasa y en la complejidad de cualquier forma de vida es la disponibilidad de energía.
La segunda ley de la vida es la ley de la innovación. La vida innova es decir, crea nuevas formas para capturar eficientemente y controlar la energía disponible en competencia con otras formas de vida. Estas innovaciones incluyen cambios biológicos como la fotosíntesis o la habilidad para digerir la carne o la leche o tecnologías, como la agricultura o el motor u organizaciones sociales, como las corporaciones y los países.
La tercera ley de la vida es la ley de la cooperación cuando hay suficiente energía para aprovechar y se puede obtener más energía con la ayuda de algunos otros individuos. Podemos trabajar juntos para capturar esta mayor porción de energía. Así las células pueden conectarse y unirse y formar organismos complejos. Las regiones se pueden conectar y unirse en estados-nación. Las corporaciones se pueden fusionar. Las innovaciones que permiten atrapar más energía bien porque se encuentren nuevas fuentes de energía o bien porque aumente la eficiencia, incrementan a su vez el espacio de la cooperación posible.
La cuarta ley de la vida es la ley de la evolución lo que significa que la explotación de la energía, la forma en que innovamos, y los mecanismos de cooperación no son típicamente producto de un diseño inteligente, sino producto de millones de intentos o ensayos con la consecuencia de que los que resultan exitosos desplazan a los que resultan fallidos. Energía innovación, cooperación y evolución. Son cuatro leyes. Las cuatro están interconectadas
El origen de la vida
Al poco de formarse la tierra hace unos 4.500 millones de años, un asteroide enorme colisionó con nuestro planeta y se formó la luna. Fue un feliz accidente, porque fueron la Luna y la Tierra las que juntas crearon la vida.
En comparación con las lunas de otros planetas, nuestra luna es relativamente grande, más de una cuarta parte del tamaño de la Tierra. De hecho, algunos científicos han sugerido que la Tierra y la Luna deberían considerarse un planeta binario, dos planetas que orbitan entre sí. Una definición de un planeta binario es que el centro de masa de los dos cuerpos, el punto que ambos orbitan, se encuentra más allá de ambos. Actualmente, esto no es cierto para la órbita Tierra-Luna. El centro de masa está a unos 1.000 kilómetros bajo la superficie de la Tierra. Pero la Luna se está alejando lentamente. La deriva no es lo suficientemente rápida como para que el sistema Tierra-Luna alcance esta definición de planeta binario en un tiempo razonable. Pero si pasas la cinta al revés, significa que la Luna solía estar mucho más cerca de la Tierra. Las mareas son creadas por la gravedad de la Luna que tira de los océanos, por lo que la Tierra primitiva tenía mareas masivas, agitando la sopa química primordial, moviendo el calor y chapoteando los océanos de un lado a otro sobre la tierra. Esto creó pozas de marea que trajeron la vida oceánica a la tierra y la vida de las pozas de marea a los océanos.
La vida pudo comenzar gracias a la energía gravitacional o gravitatoria.
La abiogénesis
es el proceso por el cual la no-vida se convirtió en vida, y todavía no hay consenso sobre cómo sucedió exactamente. No sabemos cómo los primeros compuestos químicos autorreplicantes se convirtieron en las primeras células individuales simples autorreplicantes, pero alrededor de... hace 3-5 a 4.000 millones de años vemos el comienzo de la vida.
La energía dio movimiento a la vida. De hecho, eso es lo que hace la vida: tratar de aprovechar y controlar la mayor cantidad de energía posible para manipular los recursos y hacer más de sí misma. Más energía significa más movimiento para acceder a más recursos... (a la 'bola' original con un orificio le sucedió un 'tubo' con dos orificios, uno de entrada y otro de salida. Luego aparecieron las extremidades que nos permitían interactuar con el mundo y movernos): brazos y piernas, aletas y tentáculos. Y se añadieron los sentidos para interpretar características específicas del mundo que permiten a los seres vivos encontrar pareja, comer y evitar ser comidos. Por ejemplo, podemos "ver" una banda estrecha del espectro electromagnético que llamamos luz visible, pero no el alcance electromagnético de las ondas de radio de la Wi-Fi. Podemos "escuchar" las vibraciones en el aire dentro de un estrecho rango de frecuencia, pero no el sonido de la ecolocalización de un murciélago. Podemos "saborear" y "oler" el azufre con aroma a huevo podrido, pero no el monóxido inodoro. Podemos sentir la rugosidad del papel de lija y la suavidad del cristal, pero no los campos eléctricos débiles, como pueden hacer algunos tiburones, o los campos magnéticos, como pueden las palomas mensajera... poder percibir algunas de estas cosas podría ser muy útil. Por ejemplo, oler el monóxido de carbono podría salvarnos la vida y detectar señales fuertes de Wi-Fi sería útil, pero estas capacidades o bien no son esenciales para la supervivencia y reproducción o son demasiado difíciles para que la Evolución las produzca a partir de la fisiología actual de un ser humano.
Es importante tener en cuenta que los dinosaurios se extinguieron, no porque les cayera encima un meteorito, sino porque el choque del meteorito contra la tierra, provocó una nube de polvo que bloqueó el sol en la atmósfera terrestre durante mucho tiempo. Y como no había luz solar, las plantas murieron y como murieron las plantas, los herbívoros murieron y como los herbívoros murieron los carnívoros también. Así que los dinosaurios que eran herbívoros y los que eran carnívoros se extinguieron,
pero no se extinguieron unos animales mucho más pequeños de sangre caliente y pudo empezar la edad de los mamíferos hace 65 millones de años.
Por qué la revolución industrial nos hizo ricos
utilizando mucha más energía y gracias a innovaciones técnicas que permitieron fabricar máquinas, los humanos pudieron producir bienes y servicios que requerían millones de personas en la época maltusiana, empleando a unas pocas centenas de personas. Eso significaba que la producción por cabeza era muy superior y por tanto, que era posible aumentar extraordinariamente el consumo por cabeza mucho más allá de los niveles de subsistencia.
Y así es como nos hicimos ricos, pero el problema era aumentar la producción de alimentos al menos al mismo ritmo que aumentaba la población y eso se logró ampliando las tierras cultivables, lo que era posible porque se mejoró el sistema de transporte (lo producido muy lejos se podía consumir en Europa) y definitivamente con la revolución verde en el siglo XX y la producción de amoniaco con el que acelerar el crecimiento de las plantas.
El patrón cíclico de las leyes de la energía, innovación y cooperación
Las leyes de la energía, la innovación y la cooperación crean un patrón cíclico inexorable. En un primer momento, una nueva fuente de energía aumenta la población potencial. Se eleva el techo energético. Esto, a su vez, crea condiciones de suma positiva que incentivan a las personas a cooperar a una escala lo suficientemente alta como para acceder a esa nueva fuente de energía. Una mayor cooperación conduce a una mayor capacidad innovadora, lo que a su vez conduce a nuevas eficiencias para hacer más con menos energía. Esas innovaciones en eficiencia pueden llevar a que se requieran menos personas para el sector energético. El resto puede simplemente disfrutar del exceso de energía y utilizarla para mejorar la vida.
Pero dado que estas eficiencias significan que se requiere que menos personas accedan a la misma cantidad de energía, surgen escalas más pequeñas de cooperación (feudalismo, aristocracias, oligarquías o cábalas corruptas) que intentan controlar esa riqueza. Esto, a su vez, conduce a menos oportunidades para muchas personas, lo que reduce el potencial humano, reduce la calidad de vida y reduce la capacidad innovadora y cooperativa.
Conforme las poblaciones crecen, pero el espacio de lo posible no lo hace en la misma proporción o incluso se reduce porque hay menor innovación o no se produce la transición al siguiente y superior nivel de energía, la abundancia se convierte en escasez y las condiciones de lo que se conoce como un juego de suma cero dominan las relaciones entre los individuos.
¿Cómo saber si tenemos energía de sobra? Por el precio de la energía. Si la energía está barata, es que hay exceso de energía, si la energía está muy cara, la innovación se reducirá porque las innovaciones requieren siempre más energía que las innovaciones previas. Pero lo peor es que la energía cara conduce a recesiones y afecta a nuestra psicología, a nuestra conducta, y a nuestra tendencia a cooperar con los demás.
Cooperamos para competir y competimos cooperando; cooperación y conflictos son dos caras de la misma moneda. Cooperación y conflicto conducen a innovaciones y ocasionalmente a romper los límites de tu presupuesto energético total.
El rendimiento de los combustibles fósiles está cayendo y su disponibilidad disminuyendo
Y no se trata solo de eficiencia. Nuestra fuente de energía actual está gastándose y el espacio de lo posible ha disminuido. Para volver a un mundo de juegos de suma positiva, lo que requiere exceso de energía, abundante energía y ventajas elevadas de esta energía por persona, necesitamos innovaciones en las tecnologías de producción de energía. Sin esas innovaciones, nuestro futuro no pinta bien.
La energía nuclear es imprescindible para la transición hasta que alcancemos la fusión nuclear. Las renovables no van a permitirnos continuar aumentando nuestro consumo de energía. Imprescindible para todas las innovaciones y ser más eficientes tampoco va a resolver el problema.
El rendimiento de la fusión nuclear es tan elevado que prácticamente no tiene límites superior si conseguimos fusionar dos átomos de hidrógeno para producir uno de helio, tendríamos energía suficiente para desalinizar nuestros océanos y proporcionarnos agua dulce, para crear nuevos ríos y mares para extraer minerales - tierras raras - de asteroides e incluso para construir la esfera de Dyson, que nos permitiera capturar energía directamente del sol.
El problema más importante de la fusión nuclear es que requiere enormes cantidades de innovaciones y desarrollos tecnológicos y de inversiones de manera que no es probable según Vaclav Smil que esté disponible para sustituir a las fuentes de energía actuales antes del 2050.
La ilusión de la profundidad explicativa
consiste en que todos nosotros, sufrimos de un sesgo que supone que creemos saber más de lo que realmente sabemos. Asumimos que entendemos y que tenemos modelos causales razonables para nuestras creencias, nuestras conductas y las tecnologías que usamos, porque amenazaría a nuestro sentido de identidad, pensar de otra manera. Y esta ilusión de que entendemos el mundo a nuestro alrededor (no es así, ni siquiera entendemos bien cómo funciona la cisterna del váter), solo se ve sacudida cuando se pone a prueba, es decir, cuando nos preguntan por las explicaciones concretas que nos llevan a sostener una cosa u otra. La ilusión de la profundidad explicativa permite ilustrar el hecho de que el mundo no solo es muy complejo, sino que es más complejo de lo que nuestras psicología puede aceptar.
Los himba sin escolarizar razonan de forma diferente a los himba escolarizados
Por ejemplo, cuando se les dice: “hay un país en el que las barcas están hechas de arena. Yo tengo una barca de ese país. De qué está hecha la barca ? Las respuestas de los que no habían ido nunca al colegio eran siempre del tipo 'no sé' o del tipo 'probablemente de madera'.
o sea, si no han ido al colegio, no son capaces de manejar hipótesis y de razonar de forma hipotética:
La disposición manejar hipótesis y la facilidad para razonar de forma hipotética es una cualidad enseñada e evolucionada culturalmente y transmitida a través del sistema educativo. Los himba que nunca fueron a la escuela pueden razonar, pero la forma en la que razonan es diferente a la de los himba, que sí que fueron a la escuela.
Michael Muhutkrishna, A Theory of Everyone: Who We Are, How We Got Here, and Where We’re Going, 2023
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