Cuando en un seminario o en un congreso alguien del público añade un "matiz" a la tesis que alguien de la mesa está exponiendo sobre una cuestión en Ciencias Sociales, dice el autor, lo más frecuente es que el "matizante" se justifique diciendo que trata de hacer "algún aspecto de la teoría más rico o más sofisticado añadiéndole complejidad" pero sin incluir algún mecanismo que permita "disciplinar o especificar la relación entre los elementos nuevos - el matiz - y los preexistentes".
Añadir matices - continúa el autor - nos mete, a menudo, en una trampa. Identifica tres tipos de trampa:
La primera es que el matiz añade detalles a la descripción del fenómeno pero no mejora su análisis. Lo llama matiz de "afinación". Es una forma de rechazar la teoría expuesta con la excusa de aumentar su precisión.
La segunda trampa es la del "matiz del marco conceptual". Consiste en que el autor de la teoría "expande el propio sistema teórico de manera que hace imposible refutar sus afirmaciones"
Y la tercera es el matiz del 'connoisseur'
... la insinuación de que ser sensible a los matices es una manifestación de la capacidad del que tiene esa sensibilidad (a menudo expresada metafóricamente y a veces aparentemente inefable) de captar y expresar la riqueza, la textura y el flujo de la realidad social misma.
Exigir o añadir matices a una tesis, doctrina o teoría no es una comida gratis ya que "inhiben el proceso de abstracción del que depende una buena teoría". Abstracción no es solo generalización,
"es decir, de producir afirmaciones similares a leyes como "Todos los cuervos son negros" o "Todas las revoluciones sociales son precipitadas por una crisis fiscal cuando las élites están divididas" (Hempel y Oppenheim 1948). Tampoco es un razonamiento metafórico o analógico. El razonamiento analógico es una herramienta común y poderosa para la teoría y tiene elementos abstractos, pero es un proceso más complicado que la simple abstracción (Hesse 1966; Stebbing 1933). Rosen (2014) proporciona una definición útil: la abstracción es una forma de pensar en la que "se forman nuevas ideas o concepciones considerando varios objetos o ideas y omitiendo las características que los distinguen". La abstracción significa deshacerse de los detalles, deshacerse de los particulares. Comenzamos con una variedad de cosas o eventos diferentes —objetos, personas, países— y al ignorar cómo difieren, producimos algún concepto abstracto como "muebles", "asesinato por honor", "estado de bienestar socialdemócrata" o "privilegio blanco".
La abstracción implica construir 'modelos' y prescindir de la las diferencias entre los objetos - por tanto, lo que hace distintos unos objetos de otros - que incluimos en la misma categoría. Pues bien, las abstracciones deben aceptarse si "son útiles". Y así como "las reglas para producir conceptos y teorías lógicamente defendibles están bastante bien formalizadas. La literatura sobre cómo producir ideas buenas o productivas es más vaga"
Al pedir que una teoría sea más completa, o que una explicación incluya dimensiones adicionales, o que un concepto se vuelva más flexible y multifacético, paradójicamente terminamos con menos claridad. Perdemos información al agregar detalles. Por lo general, es imposible generar el tipo de datos empíricos que harían justicia a todas estas dimensiones o permitirían compararlas o relacionarlas sistemáticamente. En cambio, el resultado es una constelación de casos, cada uno con su propio vocabulario teórico grotescamente dominado que permite al investigador evadir la refutación y decir más o menos cualquier cosa.
En cuanto a la trampa del connoisseur, el juicio no es tan severo: los "connoisseurs triunfan donde se necesita buen juicio pero el buen juicio es difícil de medir".
Los connoisseurs... adoran la complejidad por sí misma o nos recuerdan que las cosas son más sutiles de lo que parecen... La teoría se basa en la abstracción, la abstracción significa desechar los detalles en aras de un poco de generalidad, por lo que las cosas en el mundo son siempre "más complicadas que el modelo"... Se insinúa... que la persona que intenta simplificar las cosas es un pensador algo menos sofisticado que la persona que señala que las cosas son más complicadas...
Los connoisseurs son grandes creadores de nuevos términos, de "vocabularios especializados" muy elaborados (difíciles de aprender y cuyo uso se somete a reglas muy estrictas e incluso a certificaciones por parte de terceros) pero solo "tenuemente conectados a rasgos medibles" del objeto de estudio.
Un sommelier probablemente sabe mucho más sobre el vino que la persona promedio, pero es razonable ser escéptico sobre si una charla muy detallada sobre el vino tiene una conexión totalmente codificable con el sabor de los vinos. La teoría en este estilo se lleva a cabo en una nube similar de términos, lo que permite una rica expresión verbal que también señaliza claramente la sofisticación del hablante.
En este punto, el autor sugiere que es preferible la tesis de Davis respecto de que tendemos a aceptar más fácilmente una teoría si es interesante cuando no es fácil determinar si es veraz.
La verdad de una teoría es lo que importa a largo plazo en la vida intelectual en general, y a corto plazo cuando se trata de cosas como la construcción de puentes o el funcionamiento de los motores de los aviones. En las ciencias humanas, tales aplicaciones directas suelen estar muy lejos... Para la práctica cotidiana de la teoría sociológica, y estrictamente como una cuestión de estilo, puede ser preferible un criterio de interés similar al de Davis a un criterio de matiz y complejidad similar al de un connoisseur... El interés es solo una cuestión de estilo. Pero dado que estamos obligados a cultivar algún tipo de estilo al hacer teoría, es probable que sea mejor desarrollar un gusto por lo que es interesante (con respecto a las audiencias de nuestro trabajo) en lugar de un gusto por los matices en nombre de la sofisticación
Kieran Healy, Fuck Nuance, Sociological Theory, 2017, Vol. 35(2) 118 –127
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