En El Confidencial tienen por Kant la misma devoción que, en el pueblo de Amanece que no es poco, se tenía por "William Fulner". Dice el columnista:
Esto sugiere que, de nuevo, el voluntarismo político cocinado durante años en la oposición ha vuelto a imponerse a la razón teórica, dependiente de leyes intangibles, pero tan contundentes como la propia realidad. Como las dos toneladas que cobijan al dictador, que, por el momento, chocan contra la realidad legal, como las medallas del torturador Billy el Niño. Si bien, en el caso de Sánchez, existe una realidad muy visible: intentar hacer cambios significativos en la compleja piel de toro con solo 84 diputados, apenas el 24% del Congreso de los Diputados.
¿Quitarle las medallas a un policía franquista o sacar a Franco del Valle de los Caídos o revelar el nombre de los que se acogieron a la amnistía fiscal es “hacer cambios significativos en la compleja piel de toro”? ¿Cree Carlos Sánchez que somos imbéciles? ¿Pedro Sánchez es tan tonto que no sabía cuando dijo, por diez veces, que iba a publicar los nombres de los que se acogieron a la amnistía que eso no era posible legalmente? ¿Es que el art. 10 de la Constitución no estaba en vigor cuando lo repitió una y otra vez? ¿Es tan tonto que no sabe que una ley deroga otra ley y, por tanto, que no puede prohibir por ley y para siempre que se hagan nuevas amnistías fiscales? ¿Es tan tonto que no sabe la diferencia entre consentimiento expreso y consentimiento tácito y que expreso no significa lo mismo que inequívoco o claro? ¿Qué nivel de tontuna, ignorancia y mala fe travestidos de “voluntarismo” hemos de aguantar, querido Carlos Sánchez? ¿Tan oculta está la realidad que Pedro Sánchez no la ve cuando abre la bocaza para tratar de robar un par de votos a Podemos?
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