Congo belga. Belga mostrando a un congoleño exhibiendo la mano cortada de su hija
De Freitas et al. están de acuerdo con nosotros sobre la importancia de distinguir entre identidad personal y semejanza. Estamos de acuerdo con ellos en la afirmación según la cual un individuo desaparece si sufre un proceso de neurodegeneración severa, como ocurre en algunos casos de demencia. Como dijimos en el artículo que ha dado lugar a esta discusión, “'Hay casos. . . donde puede decirse que una persona deja de existir aunque su cuerpo sobreviva, como sucede en los de demencia severa ". Finalmente, compartimos el interés por la investigación acerca del concepto de un <<verdadero yo>> entendido como <<moralmente bueno>>
Pero tenemos una discrepancia importante. A nuestro juicio, cuando alguien se vuelve malo – inmoral – los demás consideran que ese sujeto ha sufrido una transformación sustancial, pero no que la persona ha dejado de existir. Por tanto la respuesta a la pregunta acerca de si volverse malvado es morirse, la respuesta es claramente <<no>>. Los argumentos de De Freitas et al. sugieren que piensen que la respuesta es 'sí'. Argumentan que la bondad moral se concibe como intrínseco respecto de la existencia de una persona, de manera que si se elimina la cualidad – la bondad moral – se elimina la persona. Si Roberto pierde su bondad – dicen –, “la gente cree que se ha ido”… Su opinión se basa en lo que las personas consideran como las características esenciales o centrales de un individuo. Pero esta es una cuestión diferente a la de qué características nos permiten decidir que un individuo sigue existiendo, esto es, persiste como tal en el tiempo. Existe una gran diferencia entre pensar que la característica más importante, esencial o central de Bob es su amabilidad y creer que si Bob perdiera su bondad, dejaría de existir.
De Freitas et al. señalan que la investigación del yo verdadero ha puesto de manifiesto una asimetría: se entiende que hay un cambio más importante cuando alguien pasa de ser bueno a ser malo que al revés. A nuestro juicio, esa valoración es correcta. Cuando alguien se vuelve bueno la gente tiende a pensar que tal transformación refleja la influencia del verdadero yo preexistente y, por lo tanto, que es una transformación menor. Pero eso no refuta nuestra consideración de que tales transformaciones no implican que no se preserve la identidad personal.
Finalmente, aceptamos que es importante distinguir entre identidad personal y jurídica; hay casos en que el concepto jurídico (propiedad, consentimiento, culpabilidad) es diferente al psicológico. Sin embargo, la identidad jurídica se basa al menos parcialmente en intuiciones sobre la identidad personal. Como un ejemplo de ciencia ficción, imaginemos que Roberto muere y su cuerpo es donado a la ciencia. Imaginemos que a Alfredo, que está bien de la cabeza pero tiene un cuerpo lastimoso de cuerpo, se le transplanta su cerebro al cuerpo de Roberto. En este caso, ciertamente asignaríamos a la persona que se parece a Roberto, al cuerpo que solía ser de Roberto, un nuevo nombre y una nueva identidad jurídica. ¿Por qué no hacemos lo mismo cuando una persona se vuelve inmoral? Creemos que, en estos casos, nadie piensa que estemos ante una persona diferente. Lo que percibimos es que una persona ha cambiado drásticamente. Concluimos…: ¿alguna vez has encontrado a alguien, ya sea en la vida real o en la ficción,que fuera bueno en sus comienzos y luego se volviera inmoral? Si es así, ¿esa persona desapareció? ¿Su cuerpo se convirtió en un caparazón, ahora ocupado por un individuo diferente? La respuesta, nos parece, es 'no'. De Freitas et al. podrían decir que estamos siendo injustos, no están diciendo que los individuos que se vuelven inmorales dejen de existir literalmente . Pero, en tal caso ¿cómo interpretar sus afirmaciones rotundas tales como "eliminar a la persona" y "ya no está allí". Si se trata de metáforas o formas de referirse a cambios personales importantes, entonces no estamos seguros de por qué consideran que están en desacuerdo con nosotros.
If You Become Evil, Do You Die?
Christina Starmans/Paul Bloom
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