martes, 10 de septiembre de 2024

Las bobadas de Innerarity (V); sobre Macron esta vez

 
Foto: JJBOSE

 La política es el arte de hacer lo que se puede con lo que se tiene. Esto implica que nadie obtiene lo que inicialmente quería porque ni parte de las condiciones ideales, ni dispone de todas las posibilidades que habría deseado. Siempre que juzgamos una decisión política hay que tener en cuenta ambas cosas: las opciones de las que se disponía y lo que era políticamente posible. Lo que califica a los actores políticos no es aquello que quieren, sino lo que estarían dispuestos a considerar como aceptable, eso que llamamos soluciones suboptimales, los compromisos con el adversario que podrían aceptar, lo admisible considerando las circunstancias, la capacidad de elegir no tanto entre el mal y el bien como entre lo malo y lo peor. En política, como en la vida, lo máximo vale menos que lo bueno posible.

Cualquier persona con dos dedos de frente rechazaría que la primera frase del párrafo transcrito sea una definición aceptable de "política". Es más bien la definición que los economistas dan de una conducta "maximizadora": el consumidor trata de maximizar la utilidad que extraer de sus decisiones limitado por su presupuesto; las empresas tratan de maximizar beneficios. El homo oeconomicus es un maximizador. Es archifamosa la cita "la política es el arte de lo posible" (Bismarck, Churchill, Maquiavelo). ¿Por qué no se limita a la cita? Al no hacerlo, Innerarity acaba diciendo, como suele, una chorrada: la política es el arte de lo políticamente posible dadas las circunstancias. O sea, lo definido - la política - entra en la definición "lo que era políticamente posible". 

El resto de la columna es un análisis bastante incomprensible de la decisión de Macron de hacer primer ministro a Barnier. Pero previamente nos hace saber que ¡asesoró personalmente a Macron! cuando él - Innerarity - era profesor en la Sorbona y Macron ayudante de Ricoeur. 

Dice que "si Macron hubiera designado para ese cargo a Castets, los otros dos tercios de la Asamblea Nacional habrían hecho caer a ese gobierno inmediatamente" y que Barnier, aceptado por Le Pen y por los propios macronistas tiene más posibilidades de sobrevivir. Y añade que la inflexibilidad de Mélenchon, que "no ha querido ponerle condiciones a Barnier" ha provocado que se las haya puesto Le Pen con los que "Lo que había comenzado por una (relativa) victoria de la izquierda ha terminado siendo una (relativa) victoria de la derecha". Pero añade a continuación que "el gobierno de Barnier, pese a ser más estable que cualquier otra de las posibilidades, podrá caer en cualquier momento si la derecha del Frente Nacional y la izquierda del Frente Popular se ponen de acuerdo a este respecto", es decir, que está en manos del Frente Nacional y del Frente Popular provocar elecciones anticipadas. 

¿Acaso cree Innerarity que si Macron hubiera nombrado a Castets, los diputados macronistas se habrían aliado con Le Pen para derribarla? ¿No había convocado elecciones para evitar el triunfo de la extrema derecha? ¿Se ha acabado el cordón sanitario? 

Es lo que tiene hacer análisis sin las pesadas limitaciones del principio de no contradicción, un principio que el premio príncipe de Viana olvida las más de las veces cuando se pone a perorar.

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